Hasta siempre, Tiburón

Hace ya algo más de una semana Carles Puyol anunciaba que tras casi quince años de profesional abandonaría la disciplina F.C. Barcelona el próximo día 30 de junio. Siete días pueden parecer poco tiempo, pero para los aficionados blaugranas han debido de parecer una eternidad. La marcha de su gran capitán podría marcar el adiós de una era. Ya que la salida de Puyi es mucho más que la retirada de un gran central, ocasionalmente lateral, es la salida del club de un autentico líder de la zaga, en el terreno de juego y en el vestuario.

Carles Puyol Saforcada es sin duda uno de los mejores centrales que ha dado fútbol español y la cantera del Barcelona. Un lateral reconvertido que asentó su carrera en sus virtudes tácticas y en lo que en lenguaje llano se conoce como “cojones”. Su intensidad, su garra y su comportamiento dentro y fuera del campo es lo que le hará tener un hueco entre los grandes del balompié. Todo esto a pesar de que el jugador catalán nunca destacó por tener una técnica sobresaliente, pero a unas condiciones aseadas le sumó muchísimo esfuerzo que le valió para lograr un físico privilegiado para este deporte que supo aunar a una capacidad de liderazgo pocas veces vista en el verde.

“Su carrera estuvo marcada por saber superarse a su sí mismo y no rendirse ante las adversidades”

Su carrera estuvo marcada por saber superarse a su sí mismo y no rendirse ante las adversidades. Desde su debut en el club en el año 1998 de la mano de Van Gaal en la demarcación de lateral fue poco a poco haciéndose hueco en el once de su club, mientras tanto se fue reconvirtiendo su posición hacia el centro de la defensa donde terminó ganándose el reconocimiento de los aficionados a este deporte. .

Su melena al viento fue la imagen que le acompañaría toda su carrera. Su apariencia tosca no podía ocultar a un defensor con una habilidad natural para salir al corte en parte apoyado por su gran velocidad, con un gran juego por alto y con una capacidad de liderazgo único. Como pequeño lunar puede decirse a pesar de haber sido lateral, su capacidad para sacar el balón jugado nunca fue excepcional y casi siempre era su acompañante en la zaga el que debía dar los primeros pases. Con el paso de los años supo compensar su perdida de físico con mucha inteligencia y orden táctico que le sirvió para poder seguir llegando a los balones sin necesidad de correr tanto como antes. Incluso cuando las lesiones, especialmente varias graves en la rodilla, le han hecho perder muchos partidos hasta el punto de privarle de continuidad en sus dos últimos años como profesional, Carles ha seguido cumpliendo y dejando su sello en cada minuto que saltaba al campo.

Puyol anunciado su retirada del Barcelona. Sacada de Zimbio.com

Puyol anunciado su retirada del Barcelona.
Sacada de Zimbio.com

Su valor como futbolista resulta casi incalculable, pero su contribución como persona es incluso mayor. Durante su carrera siempre ha mantenido una actitud irreprochable con el Barcelona y con la Selección Española, sus acciones tanto fuera como dentro del campo le han válido para ser uno de los grandes estandartes de los valors que pregona el club blaugrana.

Su buena aptitud es aún más meritoria debido a no haber tenido una consideración tal alta como posiblemente mereció en muchos tramos de su carrera. Durante gran parte su carrera se dijo de él que solo era un gran central por su velocidad, que después de su primera lesión de rodilla no sería más que un tronco, que nunca sería capaz de volver a rendir a un nivel cercano al de sus mejores días. Pero Carles fue capaz de seguir su camino, enseñar que era un magnífico central y poco a poco ganarse a partes iguales el respeto y la admiración del universo futbolístico.

A pesar de su gran regularidad y su buen hacer hay varias acciones individuales que sirven como guindas a una impresionante trayectoria rubricada en un palmarés colectivo al alcanza de muy pocos. En su vitrina particular colgarían: tres Champions, un Mundial, dos Eurocopas, seis Ligas, dos Copas del rey, una plata olímpica, varias Supercopas tanto nacionales como europeas y, a día de hoy, 100 internacionalidades con la selección.

El primer gran momento individual es el gol frente a Alemania que sirvió para clasificar a la Selección Española a su primera final de una Copa del Mundo.

Otro de sus grandes momentos. Fue su enésima lección de liderazgo, una particularmente difícil de ver en el fútbol moderno. En un partido zanjado a favor de su equipo de forma holgada, cuando Tiago y Alvés deciden celebrar un gol con un baile que puede resultar humillante para sus adversarios, el capitán hace acto de presencia y recrimina la actitud poco deportiva de sus compañeros. Una imagen de esas que más que mil palabras.

Para terminar, un bonus track. Incluso en medio de un enfrentamiento contra el Real Madrid en el Santiago Bernabeu Puyol supo mantener el tipo. Tras el lanzamiento de un mechero al campo, su compañero Piqué decide cogerlo para mostrárselo al colegiado, pero Carles sabe que el duelo es más importante y quita el objeto de las manos de su compañero y lo lanza fuera del rectángulo de juego para que el partido pueda seguir con normalidad. En la historia del fútbol existen pocos jugadores que puedan presumir de tener un comportamiento tan deportivo como este en el campo de su mayor rival.

Incluso se puede permitir el lujo de decir que centrales de talla de Rafael Márquez o Gerard Piqué exhibieron su mejor fútbol con el capitán azulgrana como pareja de baile. Una muestra más de la capacidad de Puyol para lograr lo que siempre se le da mejor, brillar en la sombra para hacer mejor a sus equipos en cualquier aspecto necesario. Uno de los pocos jugadores que echaran de menos hasta los aficionados rivales. Capaz de saber dejarlo a tiempo, de retirarse al saber que su condición física no da para más. Se va el “tiburón” pero su legado dentro y fuera del campo quedará para siempre.