Submarino, la asfixia de Thomas Vinterberg

A Nick (Jakob Cedergen) y a su hermano (Peter Plaugborg), les toca crecer muy pronto. Su madre, alcohólica y agresiva, es incapaz de cuidar de sí misma, y mucho menos de sus tres hijos. Así que los dos mayores tienen que empezar a llevar una vida de adultos a los diez años. Pero sin ser conscientes de qué pasa de verdad, porque son niños y para ellos no deja de ser un juego. Hasta que una mañana su hermano recién nacido esta frío y azul y no llora cuando lo zarandean. Ahí, el juego termina.

El siguiente paso de la película de Thomas Vinterberg Submarino (basada en la novela de Jonas T. Bengtsson) nos muestra a los dos hermanos unos veinte años después, profundamente marcados por la muerte del tercero. Nick vive en un apartamento de protección oficial, acaba de salir de la cárcel y tiene muchos problemas para controlar su temperamento. Su hermano tiene un hijo, Martin, y una seria adicción a la heroína.

cinescopia.com

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Vinterberg se pregunta en esta película hasta qué punto puede marcar un hecho traumático nuestra vida. A pesar de que su perspectiva parece bastante determinista, los dos hermanos muestran ópticas diferentes. La muerte de su hermano pequeño marca a ambos protagonistas, pero ellos decidirán hasta qué punto van a dejar que esto influya en sus vidas. Nick va a intentar controlarlo, y su hermano va a dejarse arrastrar. Cuando, tras veinte años sin contacto, los protagonistas se reencuentran, ambas vidas chocan. Sobre todo para Nick, que no soporta ver a su hermano actuar con su hijo Martin como su madre hacía con ellos. Pero sobre todo chocan porque ambos se sienten responsables, y no han sabido perdonarse.

En Submarino no logramos encajar un final feliz, pero no podemos dejar de esperarlo. Es una cinta triste, sórdida, que nos cuenta una historia de total desesperanza, a pesar de ofrecer algunos claros entre tantas nubes. Pero Vinterberg logra evitar juzgar a sus personajes y caer en el morbo fácil. Para crear un ambiente acorde con la tristeza de la historia, el director recurre a una puesta en escena gris, vacía y fría. Consigue que nos sintamos como sus personajes, asfixiados, como en el método de tortura al que hace referencia el título del film.

Lo mejor de la cinta es el personaje de Nick, con la interpretación de Cedergen. Cada vez que aparece un niño en escena se le puede ver en los ojos recordar el momento en el que descubre que su hermano está muerto en su cuna. Es capaz de dar vida a un personaje muy complejo, que deja ver tan poco dolor pero da a entender que dentro de él tiene que haber tanto.

Submarino es, en resumen, una cinta en la que Vinterberg logra con un reducido presupuesto contar una historia profundamente triste sin caer en lo melodramático ni morboso, en la que es capaz de llegar al espectador y, sobre todo, con una interpretación sobrecogedora por parte de Jakob Cedergen.