Retales de Sochi: historias humanas

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed
Invictus

Resultados, competiciones, rivalidades. Ellos parecen máquinas perfectas que, bandera en mano, ofrecen cada minuto de su vida a esa disciplina en la que ponen todos sus sueños. Los vemos entrenar para conseguir sus objetivos. Disfrutamos con sus victorias y nos hacemos un poco más humanos con cada lágrima vertida en la derrota. No les importa sufrir porque cada logro que alcanzan sirve para paliar todo el dolor. La victoria: su antídoto. Son deportistas olímpicos y, para muchos, los mejores representantes de una sociedad. Pero detrás de ellos hay seres humanos, hay historias, personas, familias. Detrás de cada salto de patinaje o de cada descenso de luge hay un pasado que se puede convertir en un gran cuento. Los Juegos Olímpicos de Sochi, como el resto, no dejan sólo medallas y podios sino también pequeños retales de vida.

Roberto Carcelén intentando llegar a meta | Fuente: AFP

Roberto Carcelén intentando llegar a meta | Fuente: AFP

Vancoucer 2010 le dio la oportunidad de ser el primer peruano en participar en unos Juegos de Invierno. Sochi 2014 le brindó el respeto olímpico. El esquiador Roberto Carcelén se lesionó unas semanas antes de alzar los colores de su país como abanderado. Dos costillas rotas y un desgarramiento muscular lo acompañaron durante la carrera de esquí de fondo. El esquiador fue capaz de completar el recorrido pese a los problemas físicos y, aunque llegó en el último puesto, sus compañeros y el público lo recibieron como a un héroe. Para añadir un poco de emoción cabe destacar que estos Juegos han sido los últimos del peruano ya que se retira de la competición oficial para dar clases a niños. Su mérito ha sido reconocido con una medalla al respeto debido a su ejemplo de superación.

El esquiador Roberto Carcelén se lesionó unas semanas antes de alzar los colores de su país como abanderado. Dos costillas rotas y un desgarramiento muscular lo acompañaron durante la carrera de esquí de fondo

Del coraje de Carcelén a la precocidad de la patinadora rusa Julia Lipnitskaia. Sus quince años cumplidos en el mes de junio le permitieron ceñirse a la norma de edad de los Juegos para poder estar en Sochi. La que fue hace dos años campeona del mundo en categoría júnior es la nueva promesa del patinaje artístico sobre hielo ruso y, desde hace unos días, ya tiene un oro olímpico por equipos. Sus contorsiones, elegancia y rapidez auguran un futuro aún más prometedor a una Julia que ya es la medallista más joven en la historia de los Juegos invernales. Pasando de las dos ruedas del patinaje al trineo del luge nos encontramos con el auténtico dominador de este deporte, Felix Loch. La semana pasada revalidó el oro individual que ya había conseguido en Vancouver 2010 y sumó otro primer puesto con su equipo. En el Campeonato del Mundo celebrado en su país natal hace seis años, Felix batió récords al situarse como el ganador más joven de un Mundial de luge. A ese título mundial individual, le sumaría tres más en 2009, 2012 y 2013. Pese a todo, ni Julia Lipnitskaia ni Felix Loch ocupan a diario las portadas de las principales cabeceras. Ellos, desde un injusto anonimato en algunos países, continúan destellando ráfagas de éxito.

Julia Lipnitskaia en Sochi 2014 | Fuente: Getty Images

Julia Lipnitskaia en Sochi 2014 | Fuente: Getty Images

Nuestra siguiente protagonista es el vivo reflejo de la valentía. La saltadora de esquí Abby Hughes siente temor cada vez que se encuentra en un lugar alto. Para superarlo, convirtió su miedo en un reto al que enfrentarse diariamente cuando decidió comenzar a practicar salto. El vértigo le impide mirar más allá de sus pies, por lo que cada entrenamiento es un verdadero desafío para la estadounidense. Valiente también es el adjetivo que mejor define al patinador de origen filipino Michael Christian Martínez. Por si no fuese poco tener diecisiete años y ser el único representante de su país en estos Juegos de Invierno, el patinador no recibió ninguna de las ayudas que solicitó al Gobierno filipino para poder ir a Sochi. Los problemas económicos no frenaron las ilusiones de Martínez. Con el apoyo de su madre, hipotecó su casa con el propósito de reunir el dinero que le habían denegado en tantas ocasiones. Nadie podía asegurar que la inversión fuese a ser rentable si bien, en estos casos, cumplir un sueño puede con todo.

La saltadora de esquí Abby Hughes siente temor cada vez que se encuentra en un lugar alto. Para superarlo, convirtió su miedo en un reto al que enfrentarse diariamente cuando decidió comenzar a practicar salto

Roberto, Julia, Felix, Abby y Michael Christian. Conocen la sensación de la satisfacción personal. No se arrepentirán nunca de no haber intentado todo aquello que un loco día se propusieron. Vidas al mismo tiempo distintas y paralelas en su destino aventurero. Ellos, ante las garras de las circunstancias, vencieron: invictus.