El hijo perdido de Philomena Lee
¿Sucumbir a la tentación adolescente? La respuesta de Philomena Lee fue sí. En una época en que la educación sexual brilla por su ausencia, no es de extrañar lo que le sucedió a nuestra protagonista. Basada en hechos reales, Philomena (2013) nos cuenta la historia de Philomena Lee, una adolescente que se ve obligada a dar a su hijo en adopción y que toma la decisión de buscarlo cincuenta años después.
En el campo de la feria un apuesto joven consigue engatusar a la inocente Philomena. Fruto de su aventura, representada con una manzana de caramelo mordida al más puro estilo bíblico, nace Anthony. Es forzada a darlo en adopción y, así, madre e hijo se convierten en afectados de las numerosas adopciones irregulares que se llevaron a cabo en los años 60 en Irlanda. Estas prácticas eran realizadas por algunas monjas, que entregaban “niños huérfanos” a familias norteamericanas a cambio de jugosas cantidades de dinero. El periodista Martin Sixmith ayudará a Philomena a buscar a Anthony a cambio de que le deje publicar su historia. Vuelven al convento buscando respuestas pero todo se torna sospechoso cuando les cuentan que un misterioso accidente arrasó los registros de adopciones que almacenaban allí. Muchas incógnitas rodeaban todo lo referente al paradero de Anthony, que no provocaron, sino, acrecentar el interés de la madre por encontrar a su hijo perdido.
Nada más conocer la trama de la cinta nos vienen a la mente los casos similares que se produjeron en España durante el franquismo. Esto me recordó a una miniserie que se estrenó en Telecinco hace escasos meses. Niños robados analiza el mismo tema que Philomena centrándose en el caso español. Salvando las distancias, en la producción española nos encontramos ante individuos muy encasillados, mientras que en el trabajo de Stephen Frears los personajes evolucionan. No se trata de la prototípica historia de sujetos planos y cuadriculados. El comportamiento de Philomena ante algunas situaciones nos causa sorpresa e incluso cierta incredulidad, lo que hace más enriquecedora la historia. Durante la escasa hora y media que dura el filme, Frears no nos da la oportunidad de aburrirnos. Los hechos se suceden de forma dinámica y, al tratarse de un caso tan concreto, no se centra en anécdotas irrelevantes, lo que hace que el espectador no pierda interés en ningún momento.
Con el objetivo de encontrar a Anthony a toda costa, Martin y Philomena se embarcan en una aventura que les llevará al otro lado del charco. Martin, cuya vida familiar no está pasando por su mejor momento, acabará entablando una estrecha relación con la protagonista. Este acercamiento le hará volcarse de lleno en la truculenta historia de Philomena, que llegará a tomarse como algo personal. Sixsmith resulta ser el punto de apoyo esencial de la protagonista cuando los deseos de encontrar a Anthony se desvanecen y, a su vez, es la fuerza que le falta a Philomena para continuar adelante. Ella se verá obligada a enfrentarse a sus fantasmas internos y a situaciones que le harán querer negar la realidad. La inquebrantable fe de Philomena es un claro eje de los acontecimientos que se contrapone al ateísmo más exacerbado de Martin. Estas diferencias llevan a momentos de gran tensión entre los dos personajes. Sin embargo, entre ambos existe una conexión más que evidente y se complementan a la perfección: cuando uno encuentra algún problema, el otro posee la clave que les ayudará a seguir adelante. Cabe destacar la fuerza del personaje de Judi Dench, que es capaz de mantener a un lado sus creencias para que no interfieran en la búsqueda. Por otro lado, también despunta la evolución de Martin con respecto a la dicotomía en que se encontraba: por un lado la presión de su editora para que llegase hasta el fondo de la historia y por otro el vínculo de amistad que estaba desarrollando con Philomena. Al final distinguimos un giro más humano en su personalidad que hace que nos acabemos encariñando con él.
Nos encontramos ante una de las películas mejor valoradas del año. Ha cosechado grandes éxitos en lo que a críticas y a nominaciones a premios se refiere. A Judi Dench su actuación le ha valido una nominación de La Academia como Mejor actriz principal. Steve Coogan, que interpreta al periodista en paro Martin Sixsmith en el filme, también está nominado en la categoría de Mejor guion adaptado junto a Jeff Pope. La cinta está basada en la obra The lost child of Philomena Lee de Martin Sixsmith y la adaptación para la gran pantalla es una de las afortunadas candidatas a conseguir la estatuilla como Mejor película. Por último, Philomena también está entre las posibles ganadoras a Mejor banda sonora por las composiciones del ya asiduo nominado Alexandre Desplat.
Con esta película, Stephen Frears sigue en su línea, ahondando en las relaciones interpersonales y mostrando la evolución de estos ante situaciones adversas. El director de The Queen (2006) o Alta Fidelidad (2000) es capaz de mezclar la terrible tragedia que supone para Philomena buscar a su hijo y situaciones cómicas que calman el ambiente; y consigue salir airoso del reto.
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