Dallas Buyers Club dejando huella

El título no es quizás el más apropiado, en nuestro país nos suena a chino y la sinopsis parece sacada de un western protagonizado por drogadictos texanos, pero no os dejéis engañar. La película está basada en la vida del texano Ron Woodroof, pero, ¿quién fue este hombre? Un enfermo de SIDA, protagonista de un reportaje de The Dallas Morning News en el otoño de 1992 y que un mes antes de fallecer supo que algún día alguien haría una película sobre su vida. La realización de esta película, bajo la dirección de Jean-Marc Valleé, ha sido posible gracias al guionista Craig David, que grabó múltiples conversaciones con Ron Woodroof y además tuvo acceso a sus diarios personales.

No sé a vosotros, pero un personaje como Ron Woodroof a mí me resulta entrañable. Todo un cowboy propio del condado de Dallas en los años 80. Americanismo en estado puro. Con sus Ray-Ban, sus vaqueros ajustados, su melena, su bigote y su flaca figura; amante de las mujeres, del alcohol, de los rodeos de toros y de la seductora cocaína; y además homófobo. En los ratos que le deja libres su vida de vicios y diversiones varias, trabaja como electricista.

Todo un cowboy propio del condado de Dallas en los años 80, americanismo en estado puro.

Su homofobia es todo un centro temático a lo largo de la película. La escena inicial es bastante sorprendente: Ron disfruta de la entregada compañía de dos prostitutas en lo que parecen los establos del rodeomientras observa cómo un toro le da cornadas a un hombre que acaba de caer al suelo tras montarlo. Escuchamos un pitido que parece brotar de la cabeza de Ron, mientras dolorido, cierra fuertemente sus ojos. En la siguiente escena, Ron habla de apuestas con varios compañeros y comenta que “Rock Hudson era un chupavergas”. Curiosamente señala que esa información la ha sacado del periódico; podemos ver en la portada del mismo el titular: “Rock Hudson in Paris Hospital with AIDs”, la sociedad del momento relaciona el SIDA con la homosexualidad y la drogoadicción. El desconocimiento de la enfermedad y la falta de información conllevan a prejuicios y leyendas. Sin embargo, un accidente en una plataforma petrolera reclama sus servicios como electricista y al abrir una caja de cables, recibe una descarga que lo electrocuta. Amanece así en el hospital, con diagnóstico positivo en VIH tras un análisis de sangre. Ron Wodroof tiene SIDA. La vida de nuestro personaje será a partir de ahora una continua lucha por sobrevivir.

La sociedad del momento relaciona el SIDA con la homosexualidad y la drogoadicción.

Resulta sorprendente una de las preguntas que le hace el doctor, tras notificarle su enfermedad: “¿Alguna vez ha usado drogas intravenosas? ¿Se ha involucrado en conductas homosexuales?”, como si fuesen esas las únicas posibles causas de la enfermedad. Y es que vemos en una secuencia posterior, cómo Ron Woodroof sale de dudas sobre las causas de su enfermedad, buscando información en Internet en lugar de ser su doctor quién le aclarase sus preguntas.

El miedo y los prejuicios le bloquean la razón y reniega de su enfermedad hasta que se le hace insoportable, le está llevando al borde de la muerte. Busca información, lee y termina por descubrir que su vida de excesos le ha pasado factura; que el SIDA no es una enfermedad exclusiva de los homosexuales y drogadictos. Aquí empieza la lucha de Ron. Una lucha que según su médico sólo podría librar durante los 30 días de vida que le quedaban, pero Ron Woodroof era demasiado terco y rebelde.

Podría decir sarcásticamente: “Mala hierba nunca muere”, a pesar de la ternura que le profeso a este pedazo de personaje que interpreta Matthew McConaughey. Ron pelea contra su propio país y sus leyes, contra las farmacéuticas y contra la FDA, que tiene como objetivo superior la maximización de beneficios. Para ello comercializan la AZT cómo único medicamento contra el SIDA, sin tener en cuenta sus graves efectos secundarios y la posibilidad de que, administrada en grandes dosis, lleve a muchos pacientes a la muerte. Entonces, le recomiendan a Ron un doctor en México que le administrará medicamentos prohibidos en EE.UU, pero que le han salvado la vida durante los tres meses de su estancia en ese hospital, por lo que le garantizarán la supervivencia y un cierto nivel de bienestar, iniciando además su desintoxicación.

Ron pelea contra su propio país y sus leyes, contra las farmacéuticas y contra la FDA, que tiene como objetivo superior la maximización de beneficios.

Nuestro protagonista, tras varias ventas de sus medicamentos a algunos enfermos, se da cuenta de que entre sus manos hay un negocio de mucho futuro y que además, los medicamentos tienen resultados muy positivos en sus clientes, por lo que podría funcionar como alternativa frente a las farmacéuticas que permiten el suministro de AZT en los hospitales del país. Pero no les resultará fácil a nuestros protagonistas, llevar a cabo su plan alternativo, ya que caerá sobre ellos todo el peso de la ley. Las farmacéuticas del país intentarán por todos los medios legales posibles, desbaratar su negocio.

La interpretación y la caracterización son dos puntos muy fuertes de la película. Matthew, sufre una tremenda transformación. Es considerado uno de los actores más sexis del panorama Hollywoodense y se ha entregado en cuerpo y alma (sobre todo cuerpo) al personaje de Ron, perdiendo 30 kilos para su interpretación. La caracterización ayuda mucho, está un tanto irreconocible, lo que vemos es un cowboy flaco con la cara huesuda, ojos tristes y apagados que hasta parece que han perdido su tono azul natural y un bigote con mucha personalidad (me gusta su bigote).

Matthew se ha entregado en cuerpo y alma al personaje de Ron, perdiendo 30 kilos para su interpretación.

 

 

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Pero más ha enamorado otro muy guapo entre los guapos, el polifacético Jared Leto. El cual sufrió otra drástica pérdida de peso. Si ya en su genial interpretación de un adicto a la heroína, en la conmovedora Réquiem por un sueño, tuvo que perder 28 kilos para interpretar al personaje con realismo, ha vuelto a perder peso de forma vertiginosa para meterse en el papel del transexual y drogadicto Rayon. Es curioso, pero en la historia real no hubo un Rayon, sino que el personaje fue creado para confrontar la homosexualidad de Ron, y de qué manera lo consigue. Rayon es un personaje, entrañable, amigable y seductor, pero que lleva encima el rechazo de la sociedad y de su propia familia. Rayon consigue que Ron supere su homofobia, construyendo entre ellos una gran amistad que va más allá de su negocio compartido de medicamentos alternativos.

En la historia real no hubo un Rayon, sino que el personaje fue creado para confrontar la homosexualidad de Ron.

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La enfermedad supuso una revelación para Ron y un motivo para ser mejor, alarga su vida y mejora sus condiciones, la amistad de Rayon le abre la mente. Este es uno de esos films que uno recuerda, que dejan una huella, tanto por los protagonistas, que son únicos, puescada uno lleva un mundo a sus espaldas, y por la historia, cargada de humanidad y de amor a la vida.