Phil Lynott y el exceso anunciado

No conozco a demasiados hombres con estatuas de bronce a tamaño real. Phil Lynott consiguió la suya en 2005. La superficie de la tierra no notaba sus pasos desde hacía 19 años ya y a aquella ceremonia, a aquel destape de bronce se acercó su madre. También estaban viejos compañeros de andanzas y una multitud de fans. Aplausos y algo de música. Un homenaje a su perpetuidad.

rollingstone

Fuente: Rolling Stone

Era negro, irlandés, tocaba el bajo y, además, cantaba. A decir verdad, un tipo único. Nace en Inglaterra, en agosto del 49. Padre guyanés y madre irlandesa. El apellido Lynott lo tomaría de ella. Su progenitor dejaría a Philomena Lynott apenas tres semanas después del nacimiento del músico. No lo conocería hasta finales de los años setenta. Aunque pasaría sus primeros años de vida en Manchester, emigraría con cuatro años a Dublín, Irlanda, donde residía su abuela.

La pasión por la música le llego a través de su tío, poseedor de una notable colección de vinilos. A mediados de los sesenta su amor por las melodías lo lleva a formar parte de ‘The Black Eagles‘, su primera banda. Asumiría las voces y se recrearía entonando versiones de canciones populares en clubs de la zona metropolitana de Dublín. Tras la desaparición progresiva de este primer proyecto toma carrerilla y se muda a un piso en Clonfart. Entrá en el grupo ‘Kama Sutra‘ donde comienza a experimentar y a crecer como frontman. Busca interacción con el público, llegar a esa última fila de la sala. Con los años su capacidad como intérprete sería alabada y lograría un estatus de rockstar incontestable.

Phil aún no tocaba ningún instrumento en directo y se veía obligado a manipular su voz a través de efectos de eco o reverberación creando un estilo personal e intransferible junto a su timbre cálido y pausado. Con el bajista Brendan Shiels crea ‘Skid Row‘ (no confundir con la banda de heavy metal estadounidense). Es un paso importante y un cruce de destinos. Skid Row se podría definir como la antesala de Thin Lizzy, la monstruosa máquina de rocanrol. También sería el primer grupo de Gary Moore, virtuoso y reconocido guitarrista finado en 2011.

La influencia de Jimi Hendrix en el irlandés, es más que notable. Su forma de pasearse por el escenario, mezclando sexo y música es brutal. Fisicamente, Lynott hasta asimilaría el peinado del guitarrista. En busca de la originalidad y la distinción se untaría betún bajo los ojos, costumbre que seguiría llevando a cabo en multitud de ocasiones con Thin Lizzy. Para llamar la atención del público era habitual que simulara pelearse con Shiels sobre el escenario. Todo fuera por conseguir esa pizca extra de atracción.

musicopolis

Fuente: musicopolis.com

El camino se tuerce relativamente para Lynott cuando su amigo Shiels le confiesa no estar muy contento con su forma de cantar, a menudo yéndose fuera del tono, así que decide asumir las labores de cantante principal y dejar Skid Row como un trío. Si una puerta se cerraba, se abría una ventana para ventilar la habitación. Shiels, que tomara una decisión meramente musical o profesional, no quiere perder la amistad de Lynott y le vende un bajo Fender por apenas 36 libras y se convierte en su profesor. La elección del instrumento no es otra que pensar que cuatro cuerdas serían radicalmente más sencillas que seis, si comparamos números entre bajo y guitarra.

Hacia finales de 1969, junto al batería Brian Downey crean Thin Lizzy. Lynott asumiría el rol de bajista cantante ya que se veía con suficiente independencia de poder ejecutar ambas tareas sin mayores problemas. Cabe decir que Thin Lizzy ha tenido un baile de miembros, entre entradas y salidas, considerable. Concretamente, solo Downey y Lynott fueron miembros fijos hasta la disolución de la banda en 1983 (posteriormente se juntarían varios de sus miembros y seguirían girando y dando conciertos aunque, obviamente, sin Lynott; hecho que propicia ciertas críticas por parte de fans ya que se podría definir al irlandés como el verdadero motor del grupo).

Los primeros singles y trabajos del grupo ven la luz. Para desgracia del mismo, el éxito tan ansiado se presenta escurridizo, y aun girando por Europa e Inglaterra Thin Lizzy nada parece arrancar. La inestabilidad con sus miembros tampoco ayuda, y eso que Phil ya asumiera completamente las labores compositivas.

Cansado y asqueado, Lynott se plantea tirar la toalla y destruir a la formación. La suerte no ha estado con ellos ni parece vislumbrarse al final del túnel. Realmente, el panorama no era tan desastroso. Slade los había llevado de gira y el single ‘Whiskey in the jar’, versión de una canción popular irlandesa, se había mantenido casi 20 semanas en las listas de éxitos del país e incluso había llegado al número 6 en Inglaterra. En 1974 Eric Bell, guitarra original de la banda se despide y Gary Moore lo sustituiría un breve período de tiempo. Con todo, Thin Lizzy no había descubierto aún la fórmula de la felicidad y en cierto modo renegaban del éxito de esa versión pues no se sentían representados por ella ni a nivel compositivo, ni de sonido.

La felicidad llegó en forma de una pareja de guitarristas, responsables del sonido que elevaría a la banda a cotas nunca antes alcanzadas en la música rock. Brian “Robbo” Robertson, escocés de Glasgow, y el californiano Scott Gorham son contratados por Phil y Downey marcando el comienzo de una nueva época cargada de guitarras distorsionadas, afiladas como cuchillas y que conseguían cabalgar la una sobre otra a base de harmonías y melodías dobles. Esta forma de ejecución sería posteriormente imitada en multitud de grupos que tomarían a los irlandeses como una referencia de culto. El grupo, ahora convencido y unido mejoraría su puesta en escena y su buen hacer, compactando a nivel personal y musical. Esta nueva actitud desemboca en la grabación de ‘Nightlife’, el cuarto disco de Thin Lizzy. Lamentablemente los miembros del grupo detestan su producción y no encuentran la ferocidad y garra con la que grabaran esas canciones. ‘Still in love with you’, hoy ejemplo del buen hacer del grupo y del paso de Gary Moore por él, sería incluida en este disco. Para colmo, tampoco conseguirían asaltar las listas de éxitos inglesas.

Fuente: dailymail.com

Scott Gorham junto a Phil Lynott durante una actuación / Fuente: dailymail.com

Lynott encuentra un rayo de sol en medio de la niebla gracias a la posibilidad de girar por tierras americanas junto a Bob Seger y Bachman–Turner Overdrive. Oportunidad que supieron aprovechar y que comenzó a dar un nombre internacional a Thin Lizzy. Su siguiente disco, Fighting, sí entraría en las listas de éxitos británicas y la crítica alabaría la capacidad guitarrera del grupo en canciones como Wild One, debido a las características harmonías de la pareja. Tras ello, giran con los Status Quo. El éxito de la gira da un soplo de aire fresco a la banda que se encontraba en un estado de forma envidiable. Así, llega ‘Jailbreak’ el paso definitivo  hacia la fama y el reconocimiento internacional gracias a la canción ‘The boys ara back in town’, himno atemporal del rock.

Tras una prolífica época de conciertos y críticas positivas Lynott tiene la mala suerte de caer enfermo por hepatitis, teniendo que bajar del escenario durante unos meses y cancelando la gira que estaban llevando a cabo. Pensando en el futuro y como remedio contra su pesar, el irlandés comienza a escribir las canciones que a la postre formarían el séptimo disco de la banda, ‘Johnny the fox’.

El exceso y la caída

A medida que Lynott veía que la banda de su vida seguía creciendo y ocupando un lugar inalcanzable para la mayoría, su ego y excesos afloraron cada vez más. Venían de muchas formas y en muchas direcciones. La tensión con los miembros de la banda, concretamente con el guitarrista Robertson llegó a hacer que éste dejara la formación y fuera sustituido por Gary Moore. Hasta Downey, compañero y pilar del grupo junto al cantante, también dejaría por un tiempo Thin Lizzy al no poder soportar la actitud de Phil.

La banda seguía sacando auténticas piezas de arte como ‘Black Rose: A Rock Legend’ (del que Axl Rose se tatuó su portada en el brazo), ‘Bad Reputation’ o el legendario disco en directo ‘Live & Dangerous’, pero Lynott había caído en una espiral de drogas y abusos. Fiel al grupo y huracán en el escenario no encontraba una estabilidad emocional. Llegó a casarse en 1980 pero la relación se rompió tiempo después propiciando aún más la caída del irlandés. Dentro del grupo las discusiones llegaron a ser tan salvajes que Lynott atacó con una botella rota a Gary Moore dejándole una visible cicatriz en su cara. Así, su capacidad para mantener el tipo en directo fue menguando y sufría ataques de asma constantemente. En 1983 decide disolver la banda de su vida ante la posibilidad de que más miembros quisieran dejarla. Cabe decir que antes de esta muerte anunciada, Phil ya comenzara una carrera en solitario que le reportara cierto prestigio y dinero extra.

Fuente: musicbridge.com

Fuente: musicbridge.com

La heroína también se presentó en su vida y con ella la guadaña de la parca que acabaría con su camino en 1986. Su madre lo encontró inconsciente y tras su hospitalización murió debido a fuertes problemas internos. Su cuerpo se topó con su límite y, para su desgracia, no pudo optar a una segunda oportunidad.

Su carisma pública le permitió juguetear con la fama, el dinero y el sexo. Cuenta la leyenda que con la hebilla brillante de su cinturón, señalaba a la mujer del público con la que quería acostarse esa noche y un miembro de su equipo así se lo comunicaba a la zagala en cuestión. Cosas de Lynott.

En cierto modo, se podría considerar al compositor irlandés como una definición de la incapacidad para asumir el éxito. Tras haber luchado años para colocarse en la cima del rock internacional, la fórmula de la felicidad por la que tanto combatiera se convirtió en su propia vía del exceso. Una boa que lo enrollaba lenta y constantemente y le oprimía cada vez más el cuerpo. Tanto físicamente como mentalmente, Phil llegó a ser un espejismo de la vitalidad que poseyó y perdió. Una persona ahogada entre vasos de alcohol y jeringas de heroína. Así fue como paso sus últimos días, en un vaso.

Póngame un Fender, gracias

La imagen que Lynott proyectó al público era la de un verdadero ganador. Un chico humilde que con esfuerzo se comió el mundo. Camisas abiertas, pantalones de cuero, cinturones brillantes y un bajo Fender al hombro.

Su legendario modelo, el Fender Precission Bass. Negro y con un golpeador de espejo, brillante ante los focos y con un sonido propio e inconfundible. Así, aunque Phil no fuera un virtuoso del instrumento si demostró ser un verdadero artífice de melodías y sonidos únicos. Ya fuera por su forma de ataque con la púa o por el tratamiento de la señal a base de efectos de chorus. No en vano, debía cubrir y compensar el talento sudado por los guitarristas que pasaron por las filas de Thin Lizzy que, en su mayoría, eran auténticos genios.

last.fm

Fuente: last.fm