Desde Rusia con dolor

Rusia, 1934. Mikha (John Hamm) está en su despacho, que está siendo inspeccionado. Entre los muchos objetos que está empaquetando, encuentra un diario donde relata sus inicios como médico.

Rusia, 1917. El mismo Mikha (Daniel Radcliffe) acaba de salir de la facultad de medicina de Moscú, primero de su promoción. Es destinado a dirigir el hospital de Smolensk, en el medio de la más remota nada, a un día y medio de viaje de la tienda más cercana. El país está sufriendo el cambio más grande de su historia pero Mikha de poco se entera. Está preocupado por adaptarse a su nueva vida: toda la teoría médica aprendida en la facultad le vale de poco, no puede dormir del miedo que le produce olvidar algún síntoma de alguna enfermedad, la crudeza de los casos de sus pacientes es mayor de lo que puede soportar. Por no hablar del personal del hospital, que no deja de hablar de su antecesor, Leopold Leopoldovich. Para comentar que era muchísimo mejor que él. En absolutamente todo.

punnery.wordpress.com

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En la serie de Sky Arts A Young Doctor’s Notebook se unen dos lineas temporales. En primer lugar encontramos al joven Mikha (Radcliffe), que intenta hacer frente a su vida como doctor. En esta tarea va a ayudarle su yo futuro. Se le aparecerá constantemente a través de los diarios para recordar y evaluar las decisiones que tomó en su momento, e intentará prevenirle de las consecuencias. En segundo lugar encontramos a Mikha (Hamm) en 1934, viviendo las consecuencias contra las que se intenta prevenir a sí mismo. La linea predominante es la de 1917, en la que Hamm intenta que Radcliffe haga las cosas de forma diferente. Pero el pasado no se puede cambiar, y Hamm tiene que ver como vuelve a tomar todas las decisiones equivocadas. Especialmente la de iniciar una estrecha relación con la morfina. El personaje de Mikha, desdoblado en dos vertientes, es una de los aspectos más interesantes de la serie. En él se ponen de manifiesto algunas de las facetas más propias del ser humano, y por mucho que queramos juzgarle y odiarle, especialmente la vertiente encarnada en Radcliffe, vamos a perdonarle porque no podemos evitar entenderle, como la vertiente a la que da vida Hamm. Gracias a las interpretaciones de ambos actores (Hamm especialmente) el personaje de Mikha articula el resto de la serie.

“Rusia, 1917” son un lugar y una fecha con historia suficiente para crear una imagen mental detallada. Los creadores de la serie van a tener esto en cuenta, y van a centrar la historia en Mikha, no en la Revolución Rusa. Esta aparece como mero marco histórico (a excepción de algunos episodios durante la segunda temporada). Lo que narra la serie son las vivencias de un médico rural en un momento histórico concreto, momento histórico que se sabe aprovechar.

El tono de la serie recuerda al de la obra literaria autobiográfica en la que esta se inspira: el Diario de un joven médico de Mikhail Bulgakov. Predomina un ambiente surrealista y cómico, pues compartimos con Mikha la sensación de constante descontrol. Esta está acentuada por los excéntricos y entrañables personajes que conviven con él, los efectos de la morfina y la cocaína y sobre todo por las conversaciones que mantiene Mikha consigo mismo: las trabajadísimas escenas entre Hamm y Radcliffe son uno de los pilares de la serie. A pesar de que este tono sea el predominante, la serie no olvida el momento histórico que retrata. Los horrores de la guerra no se dejan de lado. Vamos a ver escenas descorazonadoras, y algunas que nos harán llevarnos las manos a los ojos agradeciendo a dónde ha llegado hoy la medicina. Y es que el dolor en todas sus formas es uno de los temas es uno de los temas fundamentales de A Young Doctor’s Notebook. Qué lo causa, qué lo incrementa, qué lo mitiga, y sobre todo si hay forma de que, definitivamente, desaparezca.