Cheap Thrills: ¿cuál es tu precio?
No hay santos. Lo que hay son tarifas diferentes.
Con esta frase de la película de Fabián Bielinsky Nueve Reinas comienza un diálogo en el que Ricardo Darín va a preguntarle a Gastón Pauls si se acostaría con un hombre. Afirma que no, y Darín comienza a ponerle precio a la idea. No lo haría por 10.000. Ni por 20.000, ni por 50.000. Pero por 500.000, la cosa cambia. Esta escena pone de manifiesto la premisa de la que parte la película de E. L. Katz Cheap Thrills: que todos tenemos un precio.
Craig (Pat Healy) está casado, acaba de ser padre, trabaja en un taller y tiene muchos problemas económicos. Le acaba de llegar un aviso de desahucio, así que para pagar lo que debe decide pedir un adelanto. Su jefe no solo se lo deniega, sino que le dice que está habiendo un recorte de personal y que ya no lo van a necesitar más. En lugar de volver a casa para explicar a su mujer el problema y buscar posible soluciones, Craig decide delegar esa responsabilidad en un yo futuro, e ir a un bar a emborracharse. Mientras se dedica a esto entra en el local Vince (Ethan Embry), un amigo al que llevaba mucho sin ver. Beben, recuerda, y todo parece normal hasta que Craig sale del servicio y se encuentra a Vince sentado con una pareja, que celebra el cumpleaños de ella. Colin (David Koechner) y Violet (Sara Paxton) celebran el cumpleaños de ella, están bebiendo un tequila de 600 dólares y sacan billetes del bolsillo con una facilidad asombrosa. Además, parecen encontrar divertidísimo pagar a personas para ver hasta donde pueden llegar. ¿Beberías medio litro de tequila de una sentada por 50 dólares? ¿Harías que aquella chica que está en la barra te diese una bofetada por 100? ¿Darías un puñetazo al portero del local por 500?

http://bloody-disgusting.com/film/3191227/cheap-thrills/
Para Craig y Vince todo empieza como una forma fácil de conseguir dinero. Incluso divertida. Enfrentarse a ver quien realiza antes la prueba que Violet y Colin decidan. Pero a medida que la noche avanza, las pruebas se complican. Y a medida que las pruebas se complican, mayor es la recompensa. Y Craig y Vince, con sus respectivos motivos de peso para querer el dinero, se ven en una espiral de la que no tienen claro querer o poder salir.
Cheap Thrills (película sorpresa de la edición de este año del festival Cineuropa) consigue que nos preguntemos durante toda su duración cuál es nuestro precio. En cada una de las pruebas de los protagonistas nos preguntamos por cuánto dinero habríamos hecho lo mismo. No si lo habríamos hecho o no. Porque como la cinta repite fotograma a fotograma, podemos llegar a hacer prácticamente cualquier cosa si la recompensa es bastante.
La cinta es relativamente predecible, los giros que propone no son especialmente sorprendentes, pero tiene un guion muy pensado que no deja flecos sueltos. La historia se sostiene en sus personajes, que luchan consigo mismos para lograr el valor para enfrentarse a las pruebas o rechazarlas cuando no creen que la recompensa merezca la pena. Son coherentes, tienen motivos lógicos que justifican sus decisiones y en ellos nada es gratuito. A esto ayudan las interpretaciones, especialmente Pat Healy y David Koechner. La puesta en escena es convencional, con algunos planos especialmente interesantes, y que no escatima en los detalles que llegan a dar verdadera grima. Pero logra crear un ambiente irreal y surrealista, que nos hace compartir con Craig y Vince la sensación de no estar del todo seguros de lo que está pasando. Es una cinta muy retorcida, que logra arrastrarnos y que nos estemos preguntando de principio a fin qué precio sería el nuestro.

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