Leticia Moreno: “El concierto es un acto muy íntimo y muy extraño”
Santiago se citó con la música contemporánea el pasado viernes noche. Un repertorio que abarcaba desde dos finlandeses muy internacionales que no olvidan sus raíces componiendo, hasta un ballet ruso, Romeo y Julieta. En el auditorio de Galicia relucieron, entre otras cosas, la versatilidad del maestro Andrew Gourlay, el vigor de la violinista Leticia Moreno y la vivacidad de la Orquesta Sinfónica de Galicia. La gran sala de la capital gallega estaba a rebosar de un público muy amplio que se mantuvo sigiloso ante la presencia de los artistas.
Una marabunta de gente se encontraba todavía a las nueve en punto en el pasillo principal del Auditorio, recibiendo el programa de la Jornada de música contemporánea que estaba a punto de comenzar. Las puertas ya estaban abiertas y dentro se podía ver a la auténtica Sinfónica de Galicia situada ya en el escenario concluyendo discretamente su calentamiento. El público no tardó en tomar asiento. Y se hizo el silencio. El Maestro salió seguidamente al escenario de manera sonriente. Se colocó en el podium y saludó al auditorio de una manera muy peculiar y graciosa; agarrándose los pantalones mirando hacia abajo y dando un pequeño impulso para volver a colocarse firme. De origen jamaicano, el joven director Andrew Gourlay, daba la espalda al público para dar comienzo la función.

Andrew Gourlay durante la prueba final del concurso de dirección de la Orquesta de Cadaqués, 2010/ XAVI OLÉ
El perpetuum mobile de los violines en EXPO creó un ambiente de tensión. Progresivamente, daba la sensación de que la música iba creando remolinos que llevaban a su paso el oxígeno de la sala. La Sinfónica dejó sin aire a los espectadores. Solo cuando se volvía más lírica, solo entonces, podíamos recuperar el aliento. Su compositor, Magnus Linderberg, explicó que EXPO se basa en dos personajes opuestos, uno rápido y otro lento y se da una fricción entre ellos. El ritmo, dinámica, articulación… parecen como una espiral o como un callejón sin salida, dijo el compositor finlandés.
Fueron diez minutos intensos de la obra EXPO. A continuación, estallaron los aplausos durante unos minutos. Luego, se podía escuchar varios rumores y el sonido de las hojas de los programas que estaba revisando el público. Apuesto a que estaban leyendo la biografía de la artista que venía a continuación, Leticia Muñoz Moreno. Conocida como Leticia Moreno, comenzó a aprender a tocar el violín con tan solo tres años a través del Método Suzuki. A partir de los doce años ha colaborado con orquestas de la talla de la Orquesta Sinfónica de Viena, la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, o la Orquesta Sinfónica de Frankfurt, además de las más destacadas orquestas españolas.
Horas antes del concierto, Compostimes pudo hablar con Leticia Moreno a través de una conversación telefónica. Nos comentó aspectos de la obra que interpretó como solista en el concierto, y que además, fue estreno en España, el Concierto para violín de Esa-Pekka Salonen, además de otras muchas cosas:
Tuviste un encuentro con Salonen hace no mucho. ¿Qué consejos te dió sobre la interpretación del Concierto para violín?¿Qué te pudo contar acerca de la obra?
Es una persona que me pudo explicar de manera clara, concisa y apasionada las vivencias personales que le han inspirado para la creación de esta obra. Le pregunté cosas técnicas, porque el contemporáneo es un lenguaje nuevo y no es tan claro como si estudiases un concierto de Mozart, Brahms o un Shostakovich. Le pregunté sobre si podía hacer ciertos matices en algunas partes, y él me animó a que experimentase yo misma. Me contó cosas de su vida personal, de su juventud… un pasaje de la obra está basada en una anécdota que le pasó a Esa Pekka Solonen cuando tenía 19 años. Me contó los momentos que quiso crear, qué le impulsó a escribir ciertos pasajes y me sirvió de mucho. Porque muchas veces los intérpretes tocamos obras y nunca llegamos a saber qué es lo que quería exactamente el compositor. Salonen también me ayudó a ver si iba por el camino correcto en la interpretación del Concierto para Violín.
Esta obra es como un agujero negro, tan pronto empieza, te mantiene concentrado. Es una obra muy potente y fascinante, impactante para el público. Hay momentos tremendamente pirotécnicos, por decirlo así. Incluso hay una batería que está metida en el tercer movimiento. Hay una historia detrás de todo esto. Todos los movimientos son muy contrastados.
¿Cómo ha sido tu experiencia con la Orquesta Sinfónica de Galicia?
Muy buena. Aunque no es la primera vez que toco con la OSG. Y esto te ayuda musicalmente. No es que ayude a acelerar el proceso de aprendizaje de una obra, sino que uno se siente más confiado. Interpretar una obra es un acto muy íntimo en realidad. Es muy extraño tocar una obra junto a tantas personas y con tanto público. Expresar detalles, expresiones, sensaciones tan íntimas y personales… es extraño. Pero también es lo bello de los conciertos, la expresión de la música y la diferente percepción de cada persona. Pero el trabajo con ellos ha sido muy eficaz, ágil, sobre todo con esta obra que es tan tan compleja, que tiene tantos contrastes…
Es muy extraño tocar una obra junto
a tantas personas y con tanto público.
Pero también es lo bello de los conciertos
¿Y cómo ha sido con Andrew Gourlay? ¿ En qué se diferencia de los demás directores?
No es la primera vez que trabajo con el Maestro Gourlay tampoco. Todos los directores son diferentes. Es como decir qué es lo que diferencia a una persona de otra. Pero yo creo que es una persona muy sencilla. Es un director muy joven, con mucho talento y una fuerza interior especial. Pero eso lo tienen todos los músicos de manera diferente con los que merece la pena trabajar. Nos hemos llevado muy bien trabajando juntos. Estuvimos la semana pasada en Barcelona tocando otro repertorio. Sería complejo definirle con palabras, hay que ir a escuchar y verle. Para eso están los conciertos para transmitir lo que no se puede con nada más.
Para eso están los conciertos, para transmistir
lo que no se puede con nada más
¿Por qué la mayoría de los jóvenes no suelen consumir música clásica?
Bueno, yo creo que eso va a ir cambiando poco a poco. Desde hace no mucho, tampoco había tantos artistas jóvenes y tan expuestos en el mercado. Ahora tengo la sensación de que esto puede atraer al público joven. Yo tengo varios amigos que no son músicos y les transmite mucho más la música contemporánea, que la clásica, porque les transmite sensaciones más actuales. La música es como una máquina del tiempo.
El concierto para violín de Salonen que tocaré, impactaría a los jóvenes. Como dije, el tercer movimiento lleva una batería que interacciona con el violín y que tiene unos pasajes muy virtuosos y brillantes.
El mercado de la música clásica está cambiando
su manera de presentar los productos musicales
Acabo de publicar mi disco con la prestigiosa casa de discos Deutsche Grammophon. Soy la primera violinista española que lanza al mercado con esta discográfica. Vamos a presentar una parte que ha sido ignorada de la música española, el repertorio violinístico. Se conoce muy bien el repertorio sinfónico, lírico, pianístico, pero no el violinístico. Y eso es lo que voy a dar a conocer con este álbum. El disco se llama Spanish landscapes y se va a estrenar por toda Europa.

Portada del disco recientemente publicado, Spanish Landscapes, de Leticia Moreno y Ana María Vera/ Deutsche Grammophon
La semana pasada hicimos la presentación en Madrid, en el Yellow Lounge que era un estudio de fotografía que convirtieron en una sala de conciertos por una noche. La gente estaba de pie en la barra. El sonido estaba amplificado para que el público pudiera disfrutar de la música de una manera más distendida y relajada. Había proyecciones audiovisuales y también, sesiones de DJ. Es el segundo Yelow Loung que ha habido en España y esperamos hacer muchos más. La gente joven debería animarse a venir.

Leticia Moreno y Graham Jackson actuando en el Yellow Lounge en Madrid/ Página oficial Facebook: Leticia Moreno
En general, la gente teme acudir a eventos con los que no son familiares. Pero simplemente es atreverse a dar el paso. La música para mí es el arte más poderoso. A mí me hace perder los estribos. Y a veces te hace sentir sensaciones que ni tú mismo comprendes. Es muy liberadora. Una experiencia fascinante a la que invito todos a venir. De hecho, en el concierto de Pontevedra había mucha variedad de gente, gente mayor, jóvenes, niños… Yo creo que se está innovando y que va a cambiar el panorama. Y animo a todos los jóvenes a que vengan y se acerquen porque hay grandes artistas de su misma edad que están deseando acercarse a ellos y hacerles vivir nuevos mundos y sensaciones.
¿A dónde te dirigirás después de este concierto?
El día 30, la presentación del álbum en Madrid en la fundación de BBVA. Gracias a ellos, junto a la Deutsche Grammophon, han hecho posible que este álbum haya salido. Después tenemos la gira europea. Empezamos por Luxemburgo después vamos a Milán. Regresamos a España y tocamos en Santander y Málaga. Luego en Viena, Alemania… Todo esto para el mes de noviembre.
Leticia nos hablaba de que el Concierto para violín se caracterizaba por el contraste de los movimientos. Y así nos los hizo sentir la violinista madrileña. Contrapuso perfectamente sensibilidad y temperamento. Supo transmitir lo que requería cada pasaje, cada fragmento de la obra. Destacó, como siempre, su depurada técnica y su profunda fuerza interpretativa. Tanto Gourlay como la artista saludaron agradecidos varias veces al ser aclamados por el auditorio.
Nos encontrábamos en la recta final del concierto. El Maestro y la Sinfónica, juntos de nuevo. Lo que venía a continuación sería una selección de suites de la obra Romeo y Julieta de Sergei Prokófiev: Montescos y Capuletos, Máscaras, La muerte de Tybalt, Romeo ante la marcha de Julieta, Romeo en la tumba de Julieta, Muerte de Julieta. Encargada en 1935 por el ballet de Leningrado, fue rechazada por su director que calificó la música como imposible de bailar. No fue hasta el año 1938 cuando se estrenó en Brno, República Checa. Después, Prokófiev hice una serie de modificaciones para que su trabajo, basado en la obra de William Shakespeare, pudiese ser coreografiado.
La música cesó y con ella, el concierto. Después de hora y media de función, es poco decir que me quedé con un buen sabor de boca. El contraste entre EXPO, Concierto para violín y las suites de Romeo y Julieta hicieron que fuese un concierto memorable para todo el que lo escuchó y vio. El músico hace que lo complicado parezca fácil. Gourlay, Moreno y la Sinfónica crearon un perfecto clima durante toda la función para que el espectador pudiese recibir toda esa energía y brillantez que singularizó el concierto.