Preparaos para morir

Caminas tranquilamente por una de las escasas zonas bien iluminadas del mundo por el que llevas abriéndote camino ya un buen tiempo. Confiado, con la armadura más resistente que se puede encontrar, armas pensadas para derrotar a dioses y la capacidad de crear incluso tormentas de fuego. Las almas de los monstruos que has masacrado te han llevado hasta el nivel 400. Literalmente. Te diriges hacia donde sabes que te espera uno de los seres que comercian magia por almas, en busca del poco poder que te falta para creerte invulnerable.

Es en ese momento cuando de la nada salta un esqueleto de aspecto endeble y te clava una espada, que a poco que nos preguntemos hemos de admitir que de vieja ha de estar roma, y caes al suelo. Con letras bien grandes superpuestas a tu cadáver, la pantalla se molesta en decirte para que recuerdes la humillación:

HAS MUERTO

Te despiertas en una hoguera lejos de donde estabas. Acabas de perder todas las almas que con esfuerzo habías recolectado. Por si fuera poco, si tenías la suerte de ser humano, ahora serás un horrendo zombie. Eso sí, tal y como Bane le decía a Batman, no hay verdadera desesperación sin esperanza. Puedes recuperar tus almas… siempre y cuando seas capaz de llegar al punto donde las perdiste, sin volver a ser asesinado – o si todavía no has aprendido, sin caer víctima de las múltiples trampas y precipicios que llenan el mapa.


¿Por aquí otra vez?

Estás jugando a Dark Souls. Cualquiera que haya jugado ya a su predecesor espiritual Demon’s Souls, sabrá de lo que hablamos. From Software, responsables de títulos como “Armored Core” o “King’s Field”, nos han traído un juego de rol con el propósito de romper con la tendencia creciente en este género de llevar de la mano a un jugador perteneciente a un público casual dispuesto a abandonar el juego ante la mínima frustración. Y lo han hecho a conciencia, hasta el punto que la versión completa ha dado en ser llamada Prepare to die edition. Por si fuera poco, si no nos llega el desafío que de por sí presenta el juego, nos da la oportunidad de volver a jugar de nuevo hasta ocho veces enfrentándonos a enemigos más resistentes en cada iteración.

Una de los mayores atractivos que nos da es una experiencia de exploración cuando menos particular. Tras un breve vídeo introductorio que tan sólo empieza a tener sentido una vez que hemos completado el juego, la historia que viviremos se nos presenta a través de frases crípticas en boca de personajes que fácilmente podemos olvidar – o incluso vernos forzados a asesinar – y en las descripciones de objetos que nunca se encuentran a simple vista. Si uno quiere enterarse de tan siquiera la mitad de lo que nos puede ofrecer Dark Souls sin que se lo cuenten, se hace necesario completarlo más de una vez. Quizá esto convierta al título en uno que no sea completamente apto para todos los públicos, especialmente aquellos que busquen una película que de vez en cuando les pida pulsar alguna secuencia de botones.

En ocasiones el tono oscuro del juego, que por un lado contribuye a su atmósfera agobiante, llega a hacer que uno no fije demasiado su atención en los detalles del escenario, lo cual es una verdadera pena si se tiene una máquina que permita explotar sus gráficos al máximo.

Todo esto se desarrolla en un mapa sin cortes con una considerable variedad de escenarios, dentro de la ambientación gótica del mismo. Nos encontraremos luchando con un sistema estilo hack&slash, con armas y magia, en los tejados de una metrópolis de catedrales, bosques pantanosos, o incluso ciudades hechas para gigantes enterradas bajo la superficie entre ríos de lava. En ocasiones el tono oscuro del juego, que por un lado contribuye a su atmósfera agobiante, llega a hacer que uno no fije demasiado su atención en los detalles del escenario, lo cual es una verdadera pena si se tiene una máquina que permita explotar sus gráficos al máximo. El mapa, en cualquier caso, es la mayor mejora respecto a su predecesor, que usaba un modelo más clásico de zona central y áreas, contando tan sólo con cuatro temáticas visuales.


Creo que tengo un problema

Esta forma de avanzar por la historia y el mundo se combina con una mitología que se sale del maniqueísmo habitual del rol japonés a la Final Fantasy. From Software ha elegido para ambos juegos una ambientación medieval en la que prácticamente todos los personajes que nos encontremos tienen intenciones que oscilan entre lo perverso y lo genocida. Tras ser acompañados por caballeros perdidos a eliminar a dragones y otros seres de aspecto demoníaco, nos veremos forzados a eliminar a quien nos ayudó para evitar que nos haga lo propio. O para quedarnos con su armadura, por supuesto. O su alma. O quizá sólo porque tras unas cuantas horas sumergidos en el juego, querramos hacerlo sólo para ver qué pasa. Esta sucesión de actos de violencia caótica, que influyen visiblemente en el mundo que rodea al jugador, termina con la decisión que el juego nos ofrece entre los posibles finales – ninguno de los cuales deja a uno con la sensación de haber hecho lo correcto.

Prácticamente todos los personajes que nos encontremos tienen intenciones que oscilan entre lo perverso y lo genocida.


Tengo una armadura, todo va bien

Finalmente, la que probablemente sea la característica más comentada tanto de este juego como de la anterior entrega es su modo online. Sin caer en los estándares de los más habituales MMORPG o salas de combate, el juego nos permite interactuar con otros jugadores aleatoriamente con un sistema de invasiones repartidos por facciones. Elegimos – en nuestras charlas con los habitantes del mundo – entre una facción cuyo objetivo es invadir los mundos de, y acabar con, aquellos que han asesinado a personajes que no les habían atacado, hasta otras con el propósito de combatir en duelos o atacar a otros por sorpresa. Mantiene así el juego online en un player-versus-player, sin romper la inmersión en la historia con un modo separado.

En conjunto, From Software nos ha dado un juego de rol con esencias de la vieja escuela, con gráficos a la altura de las circunstancias y una ambientación que bien podría haber sido sacada de un relato de Lovecraft. Para cualquiera que valore los videojuegos de rol, Dark Souls es un título imprescindible. Por todo lo demás, preparaos para morir.