¿Podemos hacer la liga española más competitiva? (I)
En los últimos años, la aparición de una liga bipolar entre Real Madrid y Barcelona ha restado, sin ningún tipo de duda, relevancia a la Liga ahora conocida como BBVA. Ni la aparición del Atlético de Madrid en este comienzo de temporada puede frenar una progresiva decadencia de una competición donde en la octava jornada ya hay dos (o tres) conjuntos intratables que se descolgaron del resto. Es la antítesis a la emoción y la competitividad, lo que en verdad vende y divierte. Porque quitando a los ultras de Real Madrid y Barcelona, ¿a quién le interesa la liga española de fútbol? ¿Acaso vais a negarme que vuestro interés, queridos lectores, no ha decaído respecto a los años en que Valencia, Deportivo, Sevilla o Villarreal luchaban con los grandes, hacían complicados sus partidos y en definitiva, daban vida al fútbol español? En los últimos años, la liga española (la mejor del mundo hace no tanto) se ha visto claramente superada por las ligas inglesa y alemana, y si desde los organismos correspondientes (LFP, FEF, AFE) no cambian el funcionamiento de la misma, pronto se verá superada también por una liga italiana en recuperación y una liga francesa en auge.
Hay muchos factores claves para explicar el porqué de este cambio en los últimos casi diez años en la liga española, pero sin duda, el más evidente es uno: la pérdida de poder económico de aquellos equipos que otrora competían con Real Madrid y Barcelona. Para entender esto debemos hacernos una pregunta:
¿Por qué se han endeudado los clubes en España?
Actualmente la situación económica del fútbol español es la peor de toda su historia, todavía peor que la que se vivió en la década de los 80, antes de la transformación de clubes a Sociedad Anónima. Este movimiento magistral hizo que se condonasen las inmensas deudas derivadas de las pésimas gestiones (ya por aquel entonces) de gran parte de los dirigentes futbolísticos en España. Borrón y cuenta nueva, que dirían algunos. Pero no, el fútbol y su particular economía volvieron a rematar con los clubes totalmente endeudados desde mediados de la primera década de este siglo XX. Tan sólo 15 años después del primer desastre económico, España lo volvía a hacer. Probablemente la mayor parte de la culpa venga derivada de malas gestiones, pero dicho esto debemos pensar: ¿cómo tantos presidentes que han triunfado en la economía tradicional con su negocio se la han pegado en el fútbol?
El dilema del prisionero explica de forma resumida el motivo del endeudamiento general en el fútbol español
La clave es que no todo viene derivado de malas gestiones per se, sino malas gestiones derivadas de una economía del deporte con bastantes diferencias respecto a la economía tradicional. Explicaré esto mediante el ejemplo del dilema del prisionero.
Tradicionalmente el dilema del prisionero haría referencia a dos presos que van a declarar, sin uno conocer cómo va a reaccionar el otro, esto es, sin saber si va a confesar contando la verdad o si por el contrario, va a mentir y decir que él no ha hecho nada. El resultado según la confesión de cada uno sería la expresada en el ejemplo de arriba.
Para el mundo del fútbol el ejemplo sería el mismo, aplicado a todo tipo de gastos, especialmente traspasos y sueldos, pero en definitiva, cualquier actividad económica con desconocimiento de la actitud del rival (o rivales). Pero aquí se origina un problema para el mundo del fútbol: dos presos pueden llegar a un acuerdo para no confesar y los dos salen beneficiados (ver ejemplo de arriba), al igual que dos empresas pueden llegar a un acuerdo beneficioso para ambas cooperando entre ellas, algo que en fútbol resulta imposible. Los motivos principales serían tres:
- La pasión: los aficionados desaprobarían taxativamente ver cooperar a Celta y Deportivo para crecer juntos.
- La inflación: relacionado con lo anterior, un club siempre buscará estar por encima de su rival. Para esto, el equipo A encarecerá los precios de cada fichaje o inversión del equipo B para dejarle con menos margen de maniobra (el ejemplo sería el Real Madrid interesándose por Neymar, cuando este estaba casi atado por el Barcelona).
- Demasiados prisioneros: aunque un equipo llegue a cooperar con otro, va a haber un tercero que se aproveche de estos dos y les gane. Un ejemplo podría ser un acuerdo entre Celta y Deportivo para no inflar el precio de un jugador sobre el que uno de los dos se interese. Podría aparecer el Osasuna y llevarse al jugador, por lo que ante la duda, el Deportivo no puede esperar.
En los últimos años, con el empeoramiento de la situación económica de los clubs de la Liga BBVA, se hizo un pacto de no agresión e interferencia con los jugadores que estaban acabando contrato, para que así el club de procedencia del jugador pudiera pagar un precio justo por el jugador y que si este se quisiese ir tuviese que hacerlo al extranjero. Ese acuerdo, llevado a cabo en una reunión de la LFP, se rompió horas después, cuando Lendoiro fichó a Lopo arrebatándoselo al Espanyol.
Otro ejemplo, en este caso de competitividad y lucha entre dos clubs que acaban favoreciendo el hundimiento mutuo sería el caso de los fichajes de Catanha y Tristán por Celta y Deportivo respectivamente. Ambos equipos interfirieron en el fichaje de sus rivales, aumentando el precio del traspaso, algo que a larga, repetido durante X años, conlleva a inversiones por encima de lo presupuestado, implicando fuertes desajustes económicos. Sale más dinero del que entra, se recurre a préstamos y se aumenta la deuda. En cuanto se juega competición europea, la situación es sostenible. Pero a largo plazo sucede lo que vimos en ambos clubes gallegos, pues se entrando en concurso de acreedores (esa salvación tan de moda últimamente para evitar la quiebra). Llegados a este punto debemos preguntarnos algo:
¿Es rentable este modelo?
Durante unos años sí: el equipo logra por cotas más altas de lo que debería por su volumen de gente o afición, incluso por el volumen de población y generación de ingresos. A medio plazo, las consecuencias son terribles. Hay que manejar muchas otras variantes (y grandes gestiones) para que un equipo de una ciudad pequeña se mantenga en la elite durante muchos años: ejemplos como la cultura de cantera (Villarreal), mercadería de jugadores (Oporto) o fichajes al por mayor (Udinese) son una minoría. La mayoría de equipos corresponden al pueblo llano, que vive al día e intenta salvarse de la mejor manera posible. Entre estos, el ejemplo más plausible y menos recomendable sería el Zaragoza de los últimos dos años, que quería mantenerse a toda costa en la Liga BBVA para que sus deudas no pasasen de complicadas a inasumibles (ya que el descenso provoca una pérdida de ingresos de TV y taquilla brutales). Para esto fichó a 12 jugadores en los dos últimos mercados de invierno, cuando ya tenía el agua al cuello.
Una forma de beneficio es minimizar pérdidas. Ante el riesgo de descenso, los clubes invierten sin pensar en las terribles consecuencias
Ante el riesgo de perder más, dice la economía básica que una forma de “beneficio” es minimizar pérdidas. Aplíquenlo al fútbol y entenderán un poco los porqués de las actuaciones (muchas veces irresponsables) de los dirigentes de fútbol.

Situación de la deuda en los clubes de fútbol en el año 2008. La 1ª columna indica la capacidad de devolver la deuda, mientras que la 2ª indica la deuda del club en cuestión. La mitad de los equipos de la Liga BBVA estarían en una situación crítica.
Puestos en situación, queda una única situación posible: favorecer a esos equipos que han hecho las cosas mal, o al menos, no desfavorecerlos más en pos de un Madrid y Barcelona que se creen intocables y privilegiados y que no ven que a medio plazo el producto se va a estropear completamente, aunque sinceramente aquí lo que parezca es simplemente que a los dirigentes no les interesa el futuro, sino su futuro, por lo que el pan para hoy y hambre para mañana es la base del funcionamiento de Rosell y Florentino. Y sino, ya habrá quien le eche una mano a Barcelona o Real Madrid.
La solución pasa por un reparto equitativo de los derechos televisivos y un reparto de las entradas justo
Por lo tanto son necesarias soluciones y de manera urgente, las cuáles explicaré en la segunda parte de este reportaje detalladamente pero nombro por el momento aquí.
1) Reparto equitativo del dinero televisivo.
2) Reparto de las entradas al modelo NFL.
3) PROPUESTA ERRÓNEA: límite salarial.
Fuente principal: estudios y gráficas de Plácido Rodríguez, presidente del International Economics of Sports Centre y expresidente del Real Sporting de Gijón.
Capturas: Fundación Observatorio Económico del Deporte. / Foto de portada: apuestamas.com