Chris Horner, una epo-peya al ciclismo

Han pasado ya ocho días desde el final de la Vuelta a España y los Mundiales de Florencia ya han comenzado, pero para muchos aficionados al ciclismo el imprevisto devenir de la ronda española continúa atragantado en la garganta como una espina que clava y no deja ver más allá, provocando náuseas e incluso vómitos por el terrible presente (y futuro) del otrora noble deporte llamado ciclismo.

Porque sí señores, ha ganado la Vuelta un (presunto) megadopado de 42 años. La creencia ciega en la heroica, los valores y el sufrimiento se ha visto derrotada para muchos definitivamente con el triunfo de Chris Horner. Ni la aparición de jóvenes promesas como Barguil o Elissonde, ni las grandes etapas asturianas o andaluzas ni el numeroso y fiel público que hemos visto en la Vuelta pueden salvar la ronda española. Porque por muy disputada y bonita que se vea, los triunfos de Cobo y Horner retiran la venda hasta al más crédulo. Sagan, Boasson Hagen, Kittel o Pinot son los hombres del futuro y la pequeña esperanza que puede quedar de cambio, pues son los únicos que pueden sacar al ciclismo de la UCI (entendido como lugar de atención sanitaria a enfermos críticos, no confundir con la Mafia Ciclista Internacional).

Posiblemente Horner ya corriese en los tiempos de las antiguas epopeyas griegas. De ahí que ahora mantenga el EPO.

Quizás a estas alturas los fieles defensores del ciclismo nuevo ciclismo post-Armstrong, creyentes en el funcionamiento del pasaporte biológico y los controles “24 horas”, ya habéis crucificado al autor por hablar sin argumentos, por volver criticar al gracioso de “Chiquito” Horner, que a sus 42 años nunca ha tenido ningún tipo de problema con el dopaje. Pero eso no es del todo cierto, así que por lo menos, explicaré algunos motivos para hacer dudar al lector sobre aquel ciclista que en 1992 ya estuvo concentrado para los JJOO de Barcelona con la selección de Estados Unidos y que ahora, acaba de ganar la Vuelta a España.

"Lance, tú no retirar. Correr conmigo hasta los 75 años. Bruyneel bueno como McDonald`s"

“Lance, tú no retirar. Correr conmigo hasta los 75 años. Bruyneel bueno como McDonald`s”

  • Su debut en profesionales tuvo lugar en 1997, a la edad de 26 años (ya mayor, como vemos) en la Française des Jeux. Allí corrió sin pena ni gloria hasta 1999, antes de volver a su país natal, los Estados Unidos. Fueron los años del dopaje masivo, las EPOpéyicas y heroicas etapas de Marco Pantani, el despertar de Armstrong y el terrible caso Festina. Sobre este último publicó la verdad el masajista Willy Voet, un libro que destapaba la verdad del dopaje en los años 90. Fue el libro más importante, pero no el único. En 1999 también publicó un libro el ex ciclista Erwan Méntheour, antiguo compañero de Horner en 1997 y que se retiró harto del mundo profesional y la obligación de doparse para competir. Se dopaba toda la Française des Jeux, pero podemos creer que Horner no.
  • Según el testimonio de Christian Vandevelde en el Caso Armstrong (un juramento totalmente creíble según la USADA), la mujer de Lance, Kristin Armstrong, aprovisionó a todo el equipo estadounidense de inyecciones de cortisona previamente a la celebración del Mundial en el año 1998. Armstrong terminó cuarto, Horner no acabó, así que podemos creer que no se dopó.
  • Los siguientes años de Horner transcurrieron en equipos de tercera fila como el Saturn, Webcor o Mercury, con un calendario de carreras centrado en Estados Unidos, en un país y momento muy laxo con el dopaje. Investigaciones posteriores de la USADA determinaron, de hecho, que el tráfico y consumo de sustancias fuera habitual en los años en que Horner compitió en América. Pero vaya, igual el nivel era tan bajo que Horner no se dopó.
  • A los 33 años Horner fue reclutado por Joxean Fdez. Matxin, director por aquel entonces de Saunier Duval (hola Riccò, hola Piepoli, hola Mayo, hola Cobo – ¿qué será de vosotros?-), para el final de la temporada 2004, con el fin de convertirse en un gregario del equipo en el llano y la media montaña. Dos años corrió con el equipo español, posiblemente el conjunto más sucio de la última década (en todos los sentidos, que US Postal o Telekom seguro que hasta tenían el autobús más limpio). Luego fichó por Lotto, donde mantuvo su rol de gregario de lujo e hizo algunas cositas en vueltas de una semana y después fichó por Astaná, donde (ruido de timbales) coincidió con Armstrong y Bruyneel!

Que te diagnostiquen asma a los 38 años y tus mejores resultados lleguen a partir de los 40 es lo más normal del mundo

 

  • Curiosamente, 2009 fue un año difícil para Horner: ¡Le detectaron asma! ¡A los 38 años y tras veinte sobre la bicicleta! Lo más normal del mundo. Seguro que lo de poder pincharse cortisona libremente (como once años atrás, con Armstrong también en el ajo) no tuvo nada que ver. Porque recordemos, Horner no se dopa.
  • Para 2010 Horner ya estaba rodeado de Bruyneel y Armstrong, y junto al ya veterano bloque de amigos de Lance, se fue al nuevo equipo por aquellas del Radioshack. Ese fue el año de la primera explosión de Horner, quien era capaz de vencer en la Vuelta al País Vasco y terminar 9º en el Tour. A los 39 años. Para el 2011 los que reaparecerían serían Klöden (36 años) y Leipheimer (38), un síntoma más del nuevo ciclismo. Horner, sin embargo, era víctima de una de sus innumerables caídas (es uno de los corredores que más se lesiona) y terminaba con un coágulo ¡en el pulmón! Lo explicaba bien Sergio en su blog Ciclismo2005: “¡En el pulmón! Nosotros sabemos entre qué líquidos y que órganos se mueve nuestro deportes desde hace tiempo”.
  • Tras un 2012 mediocre, Horner volvió en 2013 en la Tirreno-Adriático. Una lesión le apartó de la competición durante meses y sólo compitió en Estados Unidos  en carreras menores hasta la Vuelta a España. La cuál ganó. Analicemos sus datos: Horner estableció el récord de la menor ascensión a Peña Cabarga (hasta ahora en posesión de Purito Rodríguez), rebajándola en 16 segundos. Además, marcó el segundo mejor tiempo en la ascensión al Angliru, tan sólo superado por Roberto Heras en sus años con Armstrong (y yendo más que dopado). En la ascensión a Hazallanas, Horner sacó 48” a Nibali y 1’03” a Valverde o Purito. Horner (cuyo mejor puesto era un 9º en el Tour) destrozando a más de 12” por kilómetro) a tres hombres ganadores o podio en todas las Grandes Vueltas por etapas.
  • Peores son aún los datos cuando accedemos a mirar el SRM (medidor de potencia máxima, la última moda en los ciclistas, sobre el cuál calculan su potencia máxima para no excederse y evitar las pájaras –Nibali es un maniático de esto-) y el VAM (velocidad aeróbica máxima). Para ser objetivos, tomaremos como referencia los datos del potenciómetro, igual para todos los corredores (ya que se mide en Watios/kg ) y a cuyos datos podemos acceder gracias a @ammatypioraily . Por ejemplo, si medimos los datos de los ganadores de las Grandes Vueltas, vemos como Nibali en el Giro movió 5.82 w/kg, que aumentan a 5.90 w/kg movidos por Froome en el Giro, ¡lo mismo que Chris Horner en la Vuelta! Si el Tour de Froome ya lo definimos aquí como sobrehumano, ¿Qué podemos decir de la Vuelta a España de un hombre de 42 años?
  • Aun así, obviemos este dato porque son carreras diferentes. En las cinco ascensiones más duras de la Vuelta los datos arrojan que Horner movió 5.90 w/kg (incluido un valor de 6.08 en la subida a Hazallanas, calificado por el experto francés Antoine Vayer como sobrehumano), mientras que Nibali (doce años más joven) sólo estuvo en 5.85 w/kg. En el Angliru los datos aún podrían ser más sorprendentes, ya que Thibaut Pinot (23 años, en crecimiento) tuvo una potencia de 5.95 w/kg (publicada por el mismo en su Twitter), por lo que la de Horner pudo rozar los 6.20 w/kg.

La conclusión está clara: el rendimiento de Chris Horner y su ciclo deportivo va contra natura. Y lo que vimos en esta pasada Vuelta a España sólo lo pueden lograr dos tipos de personas: los superhombres o los megadopados. Yo al menos tengo claro en qué grupo estaría el ciclista americano. Tampoco atacaré a Horner para defender a Nibali, pero desde luego lo que hemos visto es que si el italiano es dudoso, al menos se tapa un poco. Las ascensiones sin sentarse, de pie y cambiando el ritmo de Chris Horner sin controlar el SRM mientras el italiano intentaba aguantar fue el mejor ejemplo del ciclismo de siempre, ese que no cambia (@ciclismo2005 dixit).

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“McDonald’s en carrera bueno. Muy grasa para subir Angliru”.

Incluso se despertó una peculiar aversión hacia el americano, como si Nibali pudiera salvar la poca imagen que le quedaba al ciclismo. Pero ni por esas. Mientras esto no cambie drásticamente (médicos y directores expulsados de por vida, un mes de amnistía general para que los corredores cuenten la verdad y sanciones de por vida podría ser un buen método), el ciclismo sólo podrá ser visto como un mero entretenimiento, donde el 99% de las veces el que mejor equipo tiene gana. La Formula 1 sin motor.

Porque el ciclismo de antes, el de sus inicios, era narrado por los abuelos como las antiguas epopeyas griegas. Historias de sufrimiento y superación, de héroes y vencidos. Hoy día, con Horner, lo único que queda de aquellas epopeyas es la EPO y que posiblemente Horner ya corría en los tiempos de Odisea e Ilíada. Porque en los últimos años, de aquellas epopeyas no queda nada más. Ni Froome es el ejemplo del nuevo ciclismo ni Horner del viejo. Simplemente es el ciclismo de siempre, ese que nunca se ha ido aunque hoy día ya sea un muerto viviente.

Fotos: grahamwatson.com, forosdeciclismo.mforos.com, twitcy.com