B.B. King, la leyenda viva

La historia del blues ha dado tres reyes. Albert King, Freddie King y el que me trae hoy a escribir las sucesivas líneas, B.B. King. El tiempo lo ha convertido en el único de los Tres Reyes que todavía vive. Albert, con su metro noventa de altura y sus más de 100 kilos de peso y apodado por ello la excavadora de terciopelo (The Velvet Bulldozer) falleció el segundo, en el año 1992. Contaba con apenas 69 años. Freddie, la bola de cañón de Texas (The Texas Cannonball) se nos fue poco antes de la nochevieja del 76. Sus guitarras podrían ser consideradas como unas más influyentes del género (hoy nos dejaremos en el tintero a SRV, Magic Slim, Robert Jonson y demás leyendas). Distintas y reconocibles a partes iguales, la música tiene una deuda impagable con sus manos.

Corría el año 1925 cuando Riley B. King vio la luz de este mundo a las afueras de Berclair, Mississippi. Lo hizo en una plantación de algodón. Su padre se llamaba Albert King (no confundir con el futuro genio de la guitarra antes mentado) y su madre Nora Ella Farr. Albert los abandonó hacia 1930 cuando el infante B.B. King contaba con apenas cinco años. Su madre se volvería a casar y debido a su precaria situación económica sería criado por su abuela materna, Elnora Farr, en Kilmichael.

Un joven B.B. King posa para la cámara con su guitarra / news.bbc.co.uk

Un joven B.B. King posa para la cámara con su guitarra / news.bbc.co.uk

Como cualquier chaval negro de la época, su asistencia a la iglesia fue algo habitual. Allí recibió formación musical y religiosa cantando en el coro de la iglesia bautista Elkhorn. El canto gospel influenciaría drásticamente su vida. Con 12 años adquiere su primera guitarra. Costó unos 15 dolares (otras versiones hablan de que su primera guitarra fue un regalo de un familiar). Años más tarde dejaría Kilmichael para trabajar conduciendo un tractor y tocando la guitarra en diferentes lugares del área de Mississippi.

En 1946, tras romper un tractor y temer la enfurecida reacción de su patrón, se traslada a Memphis con una guitarra y un par de dolares en el bolsillo. Allí, su primo Bukka White, le introduciría definitivamente en el blues a lo largo de los próximos diez meses. Un par de años después contacta con el discjockey Sonny Boy Williamson’s II de la KWEM para comentarle la posibilidad de actuar en su programa y hacer llegar su música al público local. El locutor accede y lo presenta como un nuevo talento musical. La acogida es buena y la emisora recibe diversas llamadas preguntando por el joven Riley B. King que sería rebautizado como B.B. King.

El nombre artístico derivó de su trabajo como pinchadiscos y cantante en la emisora de radio WDIA. Inicialmente era Beale Street Blues Boy, posteriormente acortado a Blues Boy y finalmente a B.B. En ocasiones también se apunta que las famosas iniciales vienen de su más temprana niñez cuando su padre lo llamaba Bibi (BB) por la forma en que su padre llamaba a su hermano menor, Baby Brother. A falta de poder mantener una conversación informal con el rey del blues, suelo optar por la primera versión, mucho más extendida y en general, bastante probable dado su carácter contextual. Anecdóticamente, durante su trabajo en la WDIA uno de los dueños de la emisora, un tal Bert Ferguson, le permitía tocar durante diez minutos al día siempre que mencionase a un tónico que acababa de entrar como patrocinador. El propio B.B. King acuñó la frase publicitaria: “Pepticon, Pepticon, seguro que es bueno, puede conseguirlo en su barrio”. La frase llegó a ser tan conocida que muchos lo apodaron “El chico Pepticon”. Su fama tendría un aumento progresivo en los próximos meses.

Leyenda y milagros

En 1949, el maestro King firma un contrato con la casa RPM Records. Sus primeras grabaciones serían producidas por Sam Philips (más conocido por fundar años después Sun Records, sello discográfico que acogería a leyendas como Elvis Presley, Carl perkins, Roy Orbison, Jerry Lee Lewis o Johnn Cash). Posteriormente firmaría su debut con Bullet Records. Por aquel entonces, King forma la B.B. King Review, su propia banda, dirigida por Millard Lee. La formación estaba compuesta por Calvin Owens and Kennet Sands (trompetas), Lawrence Burdin (saxofón), Floyd Newman (saxo barítono), George Coleman (saxo tenor) y Earl Forest and Ted Curry. Curiosamente, B.B. King ha reconocido en varias ocasiones que no es un gran rítmico de la guitarra y que basa casi toda su composición en la mera improvisación y el fraseo, así, Onzie Horne, experimentado y músico de élite le ayudaría a arreglar las canciones.

Los conciertos se sucederían en decenas de ciudades a lo largo y ancho de todo Estados Unidos llegando a llenar algunos de los escenarios más importantes de Chicago, Washington o Los Ángeles. El bluesman siempre ha sido un portento en directo y un alma incombustible. Ciertas voces han anunciado en ocasiones con su retiro, para aparecer de nuevo y entonar sus canciones en algún escenario.

“When that midnight hour went chiming,
I was in my room alone
Yes, when that midnight hour went chiming,
I was in my room alone
Yes, and when I came home this evening,
I found my baby gone”

                                                                Blues at midnight

La década de 1950 fue su gran momento. Aupado por crítica y público, era ya considerado uno de los artistas más importantes e influyentes del R&B. Sus éxitos en las listas de ventas y emisoras se sucedieron. Woke Up This Morning, When My Heart Beats like a Hammer, Whole Lotta Love, Every Day I Have the Blues o Sweet Little Angel, son algunas de las canciones que lograron el reconocimiento público. King siempre ha sido considerado uno de los músicos más trabajadores de la historia, no obstante, solo en 1956 llegó a dar más de 300 conciertos y entró a grabar en estudio tres veces.

Caricatura de King / rwpike.blogspot.com

Caricatura de King / rwpike.blogspot.com

El mayor éxito de su carrera llegaría de la mano de la versión The Thrill Is Gone, grabada en 1970 y que lo posicionaría en el puesto número 15 del Billboard. Le valdría un Grammy y la fama internacional ya total. Muchos músicos de la época lo reconocerían y definirían como padre de una generación de roqueros y hasta llegaría a abrir para The Rolling Stones durante su gira americana. Sería incluido en el Salón de la fama del Blues en el 80 y en el del rock n roll en el 87.

Durante los años siguientes, mermaría su actividad aunque permanecería como referente del género blues y se convertiría en un icono y mito viviente. Abriría el milenio con una grabación conjunta con Eric Clapton bajo el título Riding with the king y realizará decenas de colaboraciones en vivo y en estudio con diferentes artistas. En el 2006, King ya tiene 80 años. Pese a su edad, su salud se muestra inquebrantable y realiza una exitosa gira con el virtuoso Gary Moore. El estado de Wembley, un 4 de abril, sería el punto final del tour.En julio hizo su aparición en el prestigioso Festival de Jazz de Montreux en Suiza, tocando dos noches seguidas. Muchos hablaban de que se estaba presenciando sus últimos conciertos. Lejos de ello, B.B. King lanzó al aire la siguiente declaración: “Uno de mis actores favoritos es un hombre de Escocia llamado Sean Connery. La mayoría de ustedes le conocerán como James Bond, 007. Hizo una película llamada Nunca digas nunca jamás“. En 2010 realizó una breve gira por España, su última visita a estas tierras.

La Stratocaster de Eric Clapton a la izquierda y la Gibson Lucille de B.B. King a la derecha. La imagen es una foto promocional del trabajo editado por ambos artistas.

La Stratocaster de Eric Clapton a la izquierda y la Gibson Lucille de B.B. King a la derecha. La imagen es una foto promocional del trabajo editado por ambos artistas.

La clase hecha guitarra

Aún siendo un apasionado cantante con un reconocible y característico timbre de voz, King está considerado una leyenda del instrumento de las seis cuerdas. Es el ejemplo vivo de como la sencillez y el buen hacer eleva a la música a la enésima potencia. Sin estudios teóricos ni ninguna formación profesional, el bluesman es considerado, sino la mejor, una de las guitarras más importantes no solo de la música blues, si no de la música moderna en general. Decenas de guitarristas y músicos han simpatizo con su música: Angus Young The Rolling Stones, Jimi Hendrix, Jimmy Page, Peter Green… Fantástica, por cierto, la frase que King le dedicó a este último, bautizando al miembro de Fleetwood Mac como el “único hombre que me ha hecho sudar compartiendo escenario“. Halago dónde los haya.

El tono grave de su guitarra y la facilidad innata para hacer melodías le valió un reconocimiento mundial. “Cuando canto es raro que toque, no se me da muy bien hacerlo a la vez. Ahora bien, cuando dejo de cantar, lo hago con la guitarra. A veces canto con la cabeza otras con la guitarra, es lo mismo“. La rapidez y la técnica, tan perseguidas por otros instrumentistas es dejada a un lado, y el sentimiento hecho nota se muestra en todo su esplendor cuando King coge su guitarra.

Poster de Gibson anunciando el modelo Lucille / alexplorer.net

Poster de Gibson anunciando el modelo Lucille / alexplorer.net

Allá por el invierno de 1949, el bluesman tocó en un salón de baile en Arkansas. Para calentar el ambiente se prendió un barril lleno de queroseno, algo habitual en la época. Durante su actuación, dos hombres comenzaron a pelear, derribando el barril y esparciendo el combustible por todo el el suelo. Al extenderse el fuego y sin posibilidad de apagarlo, público y músicos huyeron del local. La mala suerte quiso que King dejara su guitarra Gibson acústica de 30 dólares dentro del edificio convertido ya en un infierno. Pese a ello, volvió a entrar en busca de su más preciada posesión .Al día siguiente, King descubrió que los dos hombres que provocaron el incendio iniciaron su pelea por una mujer de nombre Lucille. Desde aquel día llamó a sus guitarras Lucille para recordarle que en la vida no se deben hacer ciertas tonterías como entrar en un edificio en llamas a por una vieja guitarra.

Gibson decidió crear un modelo con el mismo nombre especialmente para King

La historia y el nombre Lucille trascendió con los años y Gibson decidió crear un modelo con el mismo nombre especialmente para King. Aún hoy se puede adquirir y es uno de las guitarras más reclamadas en la compañía norteamericana. Estéticamente, su construcción se basa en las guitarras de cuerpo hueco ES-355 por las que el músico siempre sintió cierta predilección dado su característico tono y tacto. Fiel al estilo Gibson, es extremadamente raro verlo con otra guitarra. Se sabe que usó una Telecaster para sus primeras grabaciones con RPM Records y poco más.

Su modelo personal fue lanzado y estandarizado por Gibson en 1980. Las diferencias con otras guitarras similares radicaban en que el nombre Lucille aparecía escrito de forma manuscrita en su clavijero, su mástil es de arce y los característicos agujeros en forma de F  que suelen tener las guitarras de semicaja, desaparecen. Esta especificación fue hecha por el propio King para reducir los acoples del instrumento a saturaciones o volúmenes altos. Los primeros modelos fabricados tenían herrajes cromados o plateados. Posteriormente, y hasta el modelo actual pastillas, clavijas y demás componentes lucen dorados. Salvo algunas ediciones especiales sacadas en los últimos tiempos, siempre ha sido de color negro. También se añadió un selector de tono especial  Por si alguien se siente atraído por ella que sepa que por unos 2.800 euros puede adquirirla recién salida de la fábrica.

Clavijero del modelo 80 aniversario de Lucille / josamotril.wordpress.com

Clavijero del modelo 80 aniversario de Lucille / josamotril.wordpress.com

Hace unos años, se sacó un modelo limitado de 80 unidades por el 80 aniversadio de Lucille. El prototipo y primera unidad fue un regalo de la compañía para el guitarrista que acogió gratamente. Desde el 2005 en que la obtuvo hasta el 2009 fue su arma principal sobre el escenario. Su uso continuado se vio truncado al serle robada tras una actuación de verano. Apareció en una tienda de empeños de Las Vegas en noviembre del mismo año y el maestro King tuvo su regalo de vuelta de la manos de un fan llamado Eric Dahl. La suerte se puso de su lado.

Por supuesto, y como la señora y amante de su vida, Lucille tiene una canción propia que el de Mississippi escribió hace décadas como muestra de respeto y cariño hacia su instrumento. De nombre homónimo, Lucille es una muestra de blues lento y partido que tan buenos resultados le ha dado a lo largo de su carrera y donde las notas de la Gibson parecen contar por si solas su historia. Diez minutos para el recuerdo.

Héroe del blues y experto colaborador

B.B. King es icónico en sí mismo. Un identificador natural de la música rock y blues. La herencia que conseguido crear es increíble si entendemos su contexto histórico. Un chaval negro que consiguió alzarse como héroe estadounidense de su música llegando a actuar para el mismísimo presidente, cediéndole el micro para que entonase unos versos. King siempre ha proyectado una imagen de cercanía intachable y próxima hacia el público. Primero enérgico y eléctrico y con el paso de los años, calmado y sabio. Así es, que desde hace un tiempo a esta parte, se ha visto obligado a tocar sentado. No obstante, solo le faltan dos años para cumplir los 90.

A lo largo de las últimas décadas muchos han sido los artistas que han querido compartir escenario o micrófono con su persona. Algunos momentos pasarán a la historia como mágicos e inolvidables. Ejemplo práctico el de de esta brutal ejercicio de talento entre Jimmie Vaughan (hermano de Stevie Ray Vaughan), Clapton, Buddy Guy y el propio rey.

Hasta el cine lo ha acogido con los brazos abiertos. Un pequeño papel en la película Blues Brothers 2000 dio para una de las mayores bacanales de la historia de la música rock al juntar a un elenco de músicos más propio de un sueño que de una realidad. En la cinta haría de Malvern Gasperone, gerente de un pequeño negocio mecánico que posteriormente se dedicaría al proyecto que dejo a continuación.

El temor de los años se cierne sobre nuestras cabezas al pensar en el tiempo que le quedará al último rey del blues. Es natural, pues sin él, nada sería igual. B.B. King ha llenado de notas la música moderna, ha puesto banda sonora a generaciones enteras de músicos que buscaban un mínimo de inspiración que les hiciera parecerse a él. Lástima que sus dedos solo sean de su propiedad, además de intransferibles Como Robert Johnson, la única opción viable para explicar la vida del Rey, es que en algún momento, en algún cruce de caminos de algún estado americano… B.B. King vendiera su alma al diablo.

I gave you a brand new Ford
and you just said I want a Cadillac
I bought you a ten dollar dinner
You said Thanks for the snack
I let you live in my penthouse
You said it was just a shack
I gave you seven children
and now you wanna give ‘em back

                                

                                                        How Blue Can You Get, B.B. King