Super Mario 64: El fontanero que pisó la luna

Pasó su infancia dibujando historietas basadas en las películas de Walt Disney y explorando los bosques que rodeaban su pequeña casa. La imaginación del ingeniero industrial Shigeru Miyamoto había revolucionado el mundo de los videojuegos durante la década de los 80 desde su primer lanzamiento para máquinas recreativas (Donkey Kong en 1981) hasta sus más consagrados éxitos en dispositivos de sobremesa (Super Mario Bros. y The Legend of Zelda en 1985 y 1986 respectivamente). El planeta lo reconocía como el hombre que había salvado de la quiebra a la compañía Nintendo y la había situado en lo más alto del negocio de los videojuegos, que alcanzaría cotas inimaginables cuando en 1989 salía al mercado la videoconsola portátil Game Boy (cuyo modelo original rozó los 90 millones de copias vendidas).

Con el comienzo de la década de los 90 la videoconsola de sobremesa Super Nintendo mantuvo una gran rivalidad en todo el globo con la Sega Megadrive. En esta rivalidad los índices de ventas variaban en función de los títulos publicados, lo que obligó a Nintendo a perfeccionar cada uno de sus lanzamientos para mantener a raya a la competencia. Una competencia que se prometía brutal tras sendos anuncios de lanzamiento de las nuevas videoconsolas de sobremesa que pretendían revolucionar el mercado: la PlayStation de Sony y la Saturn de Sega. Nintendo se vio obligada a reaccionar y en 1993, tras una serie de acuerdos estratégicos entre los que destaca el alcanzado con la compañía Silicon Graphics, da comienzo el proyecto que daría como resultado el nacimiento de su nuevo dispositivo de sobremesa, la Nintendo 64.

Nintendo deseaba producir un juego “de la casa” que sirviera como lanzamiento y sentara las bases para futuras entregas.

Muchos desarrolladores de software anunciaron su intención de publicar videojuegos para la  nueva videoconsola (Square Soft llegó incluso a anunciar el lanzamiento de Final Fantasy VII, que sería finalmente desarrollado para PlayStation, que permitía su almacenamiento en varios CDs evitando así la limitación de los cartuchos de Nintendo 64) pero Nintendo deseaba producir un juego “de la casa” que sirviera como lanzamiento y sentara las bases para futuras entregas. Para dirigir el desarrollo de esta primera producción Nintendo eligió a su hombre de confianza. Shigeru Miyamoto estaba listo para un nuevo asalto.

"Portada de la edición de Super Mario 64 comercializada en España"

“Portada de la edición de Super Mario 64 comercializada en España”

Tras varios años de especulaciones y retrasos, en 1996 la Nintendo 64 estaba lista para salir al mercado y con ella la nueva edición de Super Mario. A pesar de que el nuevo dispositivo estaba llamado a marcar a toda una generación, la crítica se “olvidó” de la consola y centró su atención en el videojuego que Miyamoto había desarrollado. Las publicaciones especializadas hablaban de un videojuego que “pasará a la historia por su revolucionario planteamiento gráfico”. Las expectativas no podían ser más altas cuando por fin, en Junio de 1996, Super Mario 64 salía al mercado (en Europa tuvimos que esperar hasta Marzo de 1997).

Miyamoto había introducido un tutorial sin instrucciones, que pretendía que el jugador aprendiera mediante la curiosidad de interactuar con el personaje.

El proceso se repitió en millones de hogares. Se insertaban el cartucho y el mando y, tras pulsar el botón que encendía la consola, comenzaba la experiencia Super Mario 64. Los primeros minutos de juego representan un hito en la historia de los videojuegos. Un colorido mundo 3D sorprendía al usuario con un espacio abierto en el que moverse con total libertad y utilizar un sinfín de movimientos. Aquel primer escenario invitaba al jugador a adaptarse al novedoso sistema de juego y probar todas las acciones que el nuevo Mario podía realizar. Miyamoto había introducido un tutorial sin instrucciones, que pretendía que el jugador aprendiera mediante la curiosidad de interactuar con el personaje.

La aventura que daba comienzo reconvertía el género de los videojuegos de plataformas. El objetivo ya no sería avanzar en un espacio lineal, sino que la astucia e imaginación serían imprescindibles para descubrir y completar cada uno de los puzles y misterios propuestos. Inmensos escenarios tridimensionales ofrecían libertad total para explorar cada rincón de los diferentes mundos recreados. Porque ésa era la auténtica revolución de Super Mario 64. La libertad de acción a la hora de encontrar solución a cada uno de los problemas llevaba a los jugadores a plantearse infinitas posibilidades. La respuesta podía ser un salto lateral, una gorra con algún poder especial, un cañón, aprovecharse de algún enemigo o innumerables opciones más por descubrir. Cada paso que daba Mario escondía una nueva sorpresa a través de espectaculares escenarios poblados por personajes cómo nunca se habían visto antes y que componían en su conjunto un universo mágico.

Para el recuerdo quedará la valoración de la revista española Hobby Consolas, que se negó a puntuar el videojuego ya que “Super Mario 64 no era un juego más, (…), era una joya, una obra maestra a la que ningún humilde mortal podría atreverse a puntuar”.

Ni que decir tiene que la crítica alabó la nueva creación de Miyamoto de forma unánime. Revistas especializadas no dudaron en nombrarlo como uno de los mejores videojuegos de la historia desde el mismo momento de su lanzamiento y sus gráficos y presentación visual fueron considerados revolucionarios y destinados a marcar una época. Para el recuerdo quedará la valoración de la revista española Hobby Consolas, que se negó a puntuar el videojuego ya que “Super Mario 64 no era un juego más, no era un título que pudiera compararse con ningún otro realizado hasta la fecha; era una joya, una obra maestra a la que ningún humilde mortal podría atreverse a puntuar”. La crítica de dicha consola finalizaba con una sentencia que dejaba claro que no nos encontrábamos ante un juego convencional: “Obras como “Mario 64″ hacen que el videojuego pueda ser considerado como el octavo arte”.

Aquel lanzamiento de 1996 es recordado aún a día de hoy como un hito en la historia de los videojuegos. Una historia que difícilmente se verá sacudida de nuevo con un progreso de semejante calibre. Fue un pequeño paso para un fontanero, pero un gran salto para la humanidad.

"Imagen del videojuego Super Mario 64"

“Imagen del videojuego Super Mario 64