Daniel Lacalle: “Los políticos siempre viven fuera de la realidad”
Daniel Lacalle (Madrid, 1967) es uno de los hombres de moda en el panorama económico español. Su libro Nosotros, los mercados, donde se destripa la realidad de los fondos de inversión y los grandes centros financieros rompiendo con sus mitos, se ha convertido en todo un best seller y ha sido aupado por los lectores a puestos de privilegio en ventas en Amazon y librerías tradicionales. Su visita relámpago a Galicia se debe al acto de presentación de su libro en A Coruña y una entrevista en V Televisión. El único momento que tiene para atendernos es el trayecto en coche desde Santiago hasta la ciudad herculina, con el paréntesis de la escala en Arteixo.

Comenzando la entrevista | © Darío Domínguez
¿Qué es un hedge fund? ¿Algo así como la Champions del mercado financiero?
Es un fondo que detecta ineficiencias de mercado, sea por sobrevaloración o por infravaloración, e invierte buscando rentabilidades absolutas sin atender al sentido en que se está moviendo el mercado.
Decir en estos tiempos que corren que el mercado no ataca sino que se defiende es casi ser un provocador, ¿no?
Creo que es ser realista. El mercado somos todos: nuestros ahorros, nuestras pensiones… que se están invirtiendo en otros productos para obtener una rentabilidad mínima. Se dice que los especuladores sólo buscan ganar dinero, pero… ¿qué pasaría si vamos al banco y allí nos dicen: “mire usted qué suerte ha tenido que sólo ha perdido un 7% su dinero”?
¿Qué busca Nosotros, los mercados?
Desmitificar todo lo que rodea a los mercados financieros, explicar cómo se ha vivido la crisis desde dentro, los problemas que se generan con las políticas de intervención monetaria, explicar las consecuencias de la crisis de deuda y dar una serie de baremos para invertir.
¿Qué se imagina la gente cuando piensa en los mercados?
Piensan en una especie de Gordon Gekko, sentado en un despacho moviendo los destinos de países y empresas por sí solo, algo que no era cierto ni en la película. Es curioso que la gente atribuya este poder mágico a los operadores del mercado y no se alarme ante la masiva capacidad de intervención de los bancos centrales y los Estados.
¿Y por qué les permitimos este poder a los Estados?
Porque se asume una concepción paternalista de que el Estado lo hace todo por tu bien, aún cuando no lo haga. Se le atribuye una misión casi mesiánica a unos bancos centrales que están llevando a cabo una política mucho más especulativa que cualquier operador privado.
¿Es cierto, como se apunta desde ciertas esferas, que estamos ante una invasión hegemónica del neoliberalismo y los mercados?
Lo bueno de las teorías de la conspiración es que son tan delirantes que es complicado rebatirlas. El otro día, por ejemplo, recibí un vídeo en el que un señor, muy seriamente, decía que había unos extraterrestres que regían los destinos de la Tierra. ¿Qué dices contra eso?
Seguro que, además, invertían en hedge funds.
Exacto. Además, los mercados reúnen dos características que los hacen los malos de la película perfectos: que son extranjeros, por lo que no nos hacen culpar de nuestros problemas a nuestros allegados, y que son tan desconocidos que la gente se cree que haya un grupo de personas controlándolo todo.
Uno de los principios que más se repite a lo largo del libro es ese think against the box.¿Qué significa?
Es cuestionar lo preestablecido, los dogmas que se nos repiten una y otra vez. Yo, por ejemplo, tuve una formación económica neoclásica, que te dice, por ejemplo, que el Estado tiene que gastar más cuando hay crisis. Y como se escucha tantas veces, acabas pensando que es algo natural, preestablecido. Hay que rebelarse contra eso, dejar de echar la culpa de las crisis a entes mágicos y empezar a fijarse en el responsable más evidente. Hay que entender que los Estados no pueden crear de la nada crecimiento o cambiar ciclos económicos, son miles de agentes que interactúan movidos por su propio interés.
¿Podría explicar, muy brevemente, cómo se originó la crisis?
Por tres cosas: la primera, la creencia de que el dinero es gratis y siempre va a estar disponible, que nubla la inversión prudente y lleva a tomar decisiones de demasiado riesgo; la segunda, el crédito excesivo que hace pensar que siempre fluirá el capital; y la tercera, que los dos elementos anteriores generan que todo crezca. La crisis es la consecuencia del sobreendeudamiento y de los excesos del pasado.
Recuerdo que un diario de tirada estatal y de tendencia conservadora, después de una de las últimas bajadas de tipos, llevaba en portada un gran “Por Fin”. ¿Por qué este amor casi unánime a los tipos bajos?
Se cree que los tipos bajos hacen que la gente pueda comprar e invertir más. Aun así, una bajada de tipos de dos puntos tiene algún efecto, una de 0,25 no. Las políticas macroeconómicas tienen sus efectos positivos y negativos, pero no son la panacea de nada por sí solas. Además, alguien debería preguntarse por qué países con tipos del 6-7%, como Chile, están creciendo al 3-4% y países con los tipos bajísimos, como los nuestros, están en recesión.
Y, vistos estos datos, ¿por qué continúa ese amor popular por los tipos reducidos?
Porque, cuando estás enfermo, es más fácil disimular maquillándote un poco, pintándote los ojos y peinándote bien que intentar curarte. Cuando tienes problemas estructurales de enorme calado, hacer reformas es una decisión ardua, con altos costes políticos, que molestarán a ciertos sectores sociales. Es más fácil imprimir moneda.
Jamás he visto una manifestación pidiendo que no endeuden a nuestros nietos
¿Qué le parecen esas propuestas de impagar la deuda y, a la vez, salir de la crisis con más gasto público?
Sinceramente, España es el primer país del mundo que conozco donde quienes proponen dejar de pagar a los acreedores proponen también pedirles más dinero. Ni en Argentina. Es de tener un rostro tan enorme…
¿No debemos, no pagamos?
Ese eslogan empieza por un error: no debemos. Sí, sí debemos. Y jamás he visto una manifestación pidiendo “no endeuden a nuestros nietos”. La gente, en democracia, se sumó a la fiesta del despilfarro. Recuerdo la historia de un ayuntamiento de Andalucía que se había gastado la recaudación fiscal de tres años en una fuente, y cuando se inauguró la gente la vitoreaba. No sabemos cuánto cuesta el dinero. ¿Y qué pedimos? Que lo paguen los ricos, en un lugar donde, cuando yo me fui, se consideraba rico a quien pasase de los 600.000 euros anuales y ahora ya desde los 200.000.
Como decía la ministra Carmen Calvo, “el dinero público no es de nadie”.
Es ese concepto y el “si construyo un puente que no valga para nada, por lo menos tengo un puente”. Es que los recursos que van al puente se desvían de otras actividades donde sí iban a servir para algo.
¿Descartamos entonces abrir y cerrar zanjas como forma de generar empleo y riqueza?
Lo intentan una y otra vez y no sale. Muchos todavía se creen la falacia de la ventana rota.
Todos los que defienden esa teoría ponen de ejemplo el New Deal, ¿Cómo se refuta eso?
Se refuta muy fácil. El New Deal se genera en un momento en el que el estado tiene una capacidad financiera enorme porque ha ahorrado. Tiene un problema de asignación de recursos: ni se consume ni se crea empleo, y se ha generado depresión. La diferencia ahora es que todos los agentes económicos están ultraendeudados. Llevamos en un New Deal constante desde hace dos décadas. El New Deal aparece en un momento específico después de muchos años de hacer lo contrario y de una guerra. Aquí ni ha habido guerra ni ha habido nada. Si el estado español tuviese una deuda sobre el PIB del 30%, pues podríamos ver de qué manera se pueden crear incentivos fiscales para crear empleo. Pero tirar dinero no funciona. Cuando el estado español tenía una deuda sobre el PIB del 60% se dedicó a hacer planes de estímulo y estructuras inútiles y convirtió un superávit del 5% en un déficit del 11% y nos ha metido en donde estamos. Además es importante subrayar que el New Deal retrasó la salida de la recesión siete años, según un estudio de dos economistas de la UCLA. Además, el paro no bajó del 15% hasta que se acabó empleando a un 20% de la población activa en la industria de la guerra.
Comenta que con una deuda del 90% del PIB es “imposible hacer nada”, pero otros países que son ejemplo para los liberales, como Singapur, el año pasado tenían el 118% de deuda pública sobre el PIB. ¿Por qué a ellos no les va mal?
Singapur es un centro de atracción de capital financiero. Yo puedo tener un déficit muy alto, como tiene Reino Unido, como tiene Estados Unidos o como tiene Singapur si atraigo capital. En realidad mi economía no es industrial, sino financiera. Es decir, es como si fuese un banco: atraigo depósitos. Además, Singapur no es un estado liberal. Esto es muy importante. Singapur es un ejemplo de cómo se pueden bajar impuestos y atraer capital para cambiar un modelo productivo. Pero Singapur no es un estado liberal, en nada. El 20% de sus empresas son públicas. Tiene cosas muy buenas y otras muy malas. Es un ejemplo de que la variable déficit y la variable deuda sólo pueden estar bien manejadas si tienes muy controlado el atraer capital inversor.
El que quiere vivir del Estado se olvida de que el Estado vive de todos los demás
¿Cuál sería el país del mundo más liberal?
Están los países bálticos, también está Chile… En las economías tradicionales, los países anglosajones. Dentro de sus muchos problemas no dejan de tener un nivel de apertura mucho más alto que el resto.
¿La raíz de los problemas económicos puede estar en la filosofía de vida que seguimos aquí? ¿Esa envidia hacia los que triunfan al tiempo que buscamos vivir del estado y trabajar lo menos posible?
En este país el 70% de los universitarios quieren ser funcionarios. Eso es un problema, pero sólo en parte. El que quiere vivir del Estado se olvida de que el Estado vive de todos los demás. Y si tienes un 100% de estado, como es Corea del Norte, tienes un 100% de pobres, excepto los cuatro oligarcas que manejan el gobierno. El liberalismo me parece un sistema mucho más generoso y mucho menos creyente de que las cosas vengan de forma mágica. El liberalismo lo que dice es que el dinero donde mejor está es el bolsillo de las personas. ¿Por qué? En todas las crisis son las familias y las personas las que mejor se administran. En España, con un 27% de paro y una crisis que lleva ya seis años, hay una tasa de mora de hipotecas del tres y medio por ciento. Eso demuestra la gente tan impresionante que hay en este país. Si el dinero, en vez de haberlo repartido el Estado en planes de estímulo, lo hubiese dejado en el bolsillo de la gente, la renta disponible hubiese sido superior.
¿Cómo consiguió Inglaterra en los años 80 salir del bache?
Porque se hizo lo que he estado explicando. El dinero pasó de las arcas del estado al bolsillo de las familias. La gente dice que Margaret Thatcher no bajó el gasto público y para decir eso hay que tener mucha cara. A todos los gobernantes del mundo se les mide el gasto en porcentaje del PIB menos a la pobre Margaret que se le mide en términos absolutos. Es a la única. Bajó el gasto público del 49% al 36% del PIB. Thatcher hizo algo muy importante: introdujo la competencia. En España la mayoría de las pymes nunca pasan a ser grandes empresas. En Reino Unido tienen el índice más alto, después de Estados Unidos, de pasar de ser pyme a gran empresa. Esto no es una casualidad.
Las pymes en España no se convierten en grandes empresas por la política fiscal, ¿o hay más razones?
Se podrían dividir las razones en dos partes. Por un lado, las dificultades del entorno emprendedor y la inseguridad jurídica, y por otro lado el tejido empresarial: los empresarios actuales y su forma de trabajar. Cuando tienes un tejido empresarial que se ha creado a partir del clientelismo, de las subvenciones, de comer con el concejal; se convierte en parte del problema. Aún así, no llegaría a una diferencia tan abismal como es la actual con otros países sino fuesen por las dificultades fiscales que impiden que asomes la cabeza.
¿Por qué en España una pyme está bien vista y relativamente admirada, pero una multinacional es odiada y tildada siempre de explotadora?
La gente piensa eso porque las multinacionales a las que está acostumbrada son empresas semiestatales, que o bien han sido privatizadas hace poco y están cercanas al gobierno, o que están muy reguladas.
Se implanta la idea de asociar una multinacional con Exxon y una cooperativa con cuatro hippies produciendo alcachofas
Pero hay ejemplos de empresas nada corporativas, como Inditex, donde el fundador también es odiado y tildado constantemente de adjetivos poco agradables.
En sistemas depredadores, siempre se asume que el éxito es inmerecido. Lo que se dice es que “esa persona tuvo mucha suerte”. No disculpa, haz lo que hizo y trabaja como esa persona. Se considera que Amancio Ortega o Paco Roig han llegado donde han llegado debido a un proceso de suerte. Por lo tanto, su éxito se lo merecen otros y le tienen que dar su dinero a ellos. Eso no deja de ser una percepción confiscatoria de la riqueza.
¿Por qué las cooperativas están divinizadas y consideradas de forma tan positiva?
No lo sé. Las cooperativas también son empresas, y ejemplos como Eroski de la cooperativa Mondragón son muestras de dirección agresiva (en el buen sentido), gestión de márgenes y administración empresarial absoluta. El problema es la semántica burbujera. Se implanta la idea de asociar una multinacional con Exxon y una cooperativa con cuatro hippies produciendo alcachofas. “La economía del bien común” es otro ejemplo de semántica bonita. Es como si yo te digo “el liberalismo de la paz”. A ver quién me dice que está en contra del liberalismo de la paz. Otro ejemplo: en España no se puede decir empresario, hay que decir emprendedor. Es semántica ridícula y política que maximiza por los dos lados los negativos y los positivos de lo mismo. Es un debate de “Sálvame”.
Hoy en día es posible registrar una empresa en el extranjero, y en muchos casos se hace por parte de autónomos o pequeñas pymes porque aquí la presión fiscal es muy alta. ¿Hacer esto está mal?
A mí la competencia fiscal me parece maravillosa. Si yo fuese el gobierno y me enterase de que los autónomos españoles, con un 27% de paro, que son los que nos van a sacar de la crisis, tienen más facilidades en Londres que en España… Me cogería un vuelo de Easyjet y copiaría todo lo que hacen allí. En vez de intentar impedirlo, vería que eso es un proceso de aprendizaje magnífico para hacer que en mi país los autónomos se multiplicasen.
Hay que planificar según los ingresos que tengas, no según los que te gustaría tener
Uno de los argumentos para no bajar la contribución de los autónomos es que el Estado podría quebrar sin esos ingresos. ¿Cómo es posible que Inglaterra, que no se tributa impuestos de sociedades hasta los 90.000 €, no entre en quiebra?
Un país no entra en quiebra porque los autónomos o las empresas paguen menos impuestos, al igual que España no entra en quiebra cuando las empresas del Ibex pagan un 5% de impuestos. Algunas pagan un 5, otras un 12, pero de media no llegan a un 15%. Imagínate el argumento contrario: que hace unos años el estado quisiese subir los impuestos porque las grandes empresas pasan de pagar un 23% de impuesto de sociedades a un 12%. No. El Estado no quiebra por eso. El Estado tiene que planificar sus finanzas aunque no sea una empresa. Mucha gente me dice que el estado no tiene que administrar como una empresa, porque no lo es. Vale, pues pongamos de ejemplo una ONG, que tampoco es una empresa. Una ONG se tiene que administrar correctamente y no despilfarrar. Hay que planificar según los ingresos que tengas, no según los que te gustaría tener.
¿Los políticos viven poco apegados a la realidad?
Los políticos siempre viven fuera de la realidad, en todos los países.
Hace tiempo uno de ellos nos contaba que no percibía como un problema el hecho de que hubiese que que desembolsar unos 3.000 euros y realizar numerosos trámites para crear una empresa…
Es normal. ¿Cuántas empresas ha creado él? Muchos de los políticos que tenemos ahora mismo y de los gurús que van por ahí dando charlas no han creado una empresa en su vida y, además, son profesores en universidades públicas. Esto quiere decir que viven enchufados al dinero del Estado, es el discurso que deben tener. Nunca esperes de un político o de un profesor de universidad que te diga que el problema está en lo que él cobra.
¿La información privilegiada debe ser prohibida?
Por supuesto, ya que genera infinidad de irregularidades. Además, esa nomenclatura está revestida de semántica semipositiva, ya que la información que pueden tener unos y no otros es pura corrupción. Hay que atajarlo todos los días no cayendo en ello.

En el plató de ViaV
Como experto en energías, ¿qué postura tiene sobre el fracking?
El fracking es esencial para reducir los costes energéticos. Ha llevado a que en EE.UU caiga el precio del gas un 75% . Es una tecnología que crea empleo de alta cualificación, no necesita subvenciones y además genera mucha economía indirecta. Se critica mucho por cuestiones medioambientales pero la EPA estadounidense ha puesto sobre la mesa numerosos informes que demuestran que el impacto no es tal. Cada vez se utiliza menos agua para extraer el gas, con lo cual se reduce aún más el impacto. Me parece una locura que un país que importa un millón de barriles de petróleo al día, que tiene industria, y que tiene el know how para aprovecharse de esta tecnología no lo haga.
Si mañana Rajoy le nombrase ministro de Economía, ¿que sería lo primero que haría?
En su día hice un artículo que se llamaba Diez propuestas para atraer capital y promover el crecimiento y creo que acometería este plan de manera coordinada. Son directrices realmente simples: cortar gasto político, bajar impuestos, atraer capital, simplificar la burocracia, dar facilidades fiscales, eliminar subvenciones… Esto no son solamente medidas posibles y que no se necesita de una revolución para ejecutar, sino que son medidas que se están realizando con éxito en países que están saliendo de la crisis.
Para trabajar en un entorno tan exigente y competitivo como la City de Londres, ¿qué se necesita, aparte de mucho Red Bull?
¡Red Bull nunca! Andaría eléctrico todo el día, y eso no es bueno (risas).¿ Por qué iba a tomar eso?
No sé, parece que existe la imagen de un mundo en el que se duerme una hora al día…
No hombre, una no… cuatro o cinco (risas). Necesitas que te apasione, te apasione y te apasione. Que sea lo más importante para ti, y eso no es nada fácil.
¿Hay que dejar la vida personal un poco de lado para ello?
La vida personal y muchas otras cosas. Hay que entender que si piensas que ay… que hay puente pues te fastidias, si ay… que quiero vacaciones, pues te fastidias también. Sin más. Si no te apasiona no puedes hacerlo.
¿Por eso los inicios en Londres fueron tan duros?
Desde luego. Estaba acostumbrado a un sistema en el que se me daba mucho colchón y a mí me soltaron sin red.
Ya para terminar, nuestro público es mayoritariamente joven. ¿Qué consejos les podría dar de cara al futuro?
Que se creen su propio negocio y que entiendan que su mercado laboral es el mundo. No penséis en que el trabajo va a aparecer en vuestro pueblo o vuestra ciudad. Arriesgaos y equivocaos como me equivoqué yo, las veces que haga falta. Aprended desde la experiencia. Buscad el mundo y no le tengáis miedo, porque os lo podéis comer.
Nos bajamos del coche con el tiempo justo para llegar puntuales a la presentación del libro en la Fundación Barrié de A Coruña, donde sus seguidores le esperaban para escuchar una conferencia de alrededor de una hora y someterle a un nuevo turno de preguntas. El tercero del día, después de su entrevista en V Televisión, y aún no eran las 12 de la mañana.

En el acto organizado por Galidem
Entrevista realizada por: Darío Domínguez, Adrián Lijó y Jorge Pan