“Nos gusta comer huevos Kinder por la noche”
Los Apaches de París ofrecerán este jueves un concierto en colaboración con Compostimes en la sala Sónar de Santiago (Rúa Mazarelos, 4-5), en el que, por tan solo dos euros, versionarán canciones conocidas y por conocer, desde Bob Dylan o The Beatles hasta Love of Lesbian o Héroes del Silencio.
Fotos y colaboración en la entrevista: Alberto S. Lozano
Pero esto es mucho más que una entrevista de autobombo, porque tras un nombre tan misterioso se esconden dos auténticos personajes que, a través de la música, intentan llevar a las masas su peculiar sensibilidad, gusto por la melodía, amor por la poesía, odio por todo y, principalmente, su ingenio para sacar una sonrisa hasta a sus archienemigos.
De la forma más primitiva (aunque, afortunadamente, vestidos), con solo una guitarra, una armónica y sus renqueantes voces, estas dos almas gemelas supieron sacar partido a la opresión de las aulas de la facultad de filología con una una camaradería que sobrepasa los límites de la adoración. Sergio Fernández (1987) y Xácome González (1990) nos esperan en una cafetería aleatoria del centro de Santiago. Llegamos a ellos a través del olor que su perversión emana y, desde el primer momento, su humor hace dudar de cuándo hablan en serio o en broma. Esta es una aproximación, también medio en broma, medio en serio, hacia dos individuos que ven en el arte un modo de expresar una personalidad en peligro de extinción y que complementan sus respuestas como un matrimonio de jubilados.
¿Cómo es posible que el destino haya hecho coincidir a dos personajes tan similares?
Pues me imagino que probablemente por eso mismo; los designios del universo hacen que dos personas tan parecidas se acaben conociendo entre sí. Es una casualidad porque realmente es muy complicado conocer a una persona con la que compartes tantas cosas, en estos tiempos que corren.
Son algo así como la evolución del mítico e inolvidable grupo De Yoz, si no me equivoco. ¿Qué cambió desde entonces?
Todo y nada, porque realmente seguimos siendo los mismos. Quizá sí seamos más perseverantes en nuestro empeño por alcanzar la cima internacional. El cambio de nombre se debe a que un día estábamos en clase y el profesor hablaba sobre una novela de Roberto Arlt que tenía relación con los Apaches de París, unos ladrones de principios de siglo XX con su propia jerga que andaban tras una mujer llamada Casque d’or. Como eran también dos almas gemelas que usaban una especie de dialecto propio, las similitudes nos parecieron muy interesantes. Además, tiene mucho más gancho que Grupo De Yoz, que no deja de ser una broma filológica de baja estofa. Solo incitaba a que te tiraran tomates.
Quizá otra de las diferencias resida posiblemente también en las figuritas que emplean recientemente en sus videoclips. ¿A qué se deben?
Lo comentábamos en uno de los últimos vídeos: provienen de los huevos Kinder. Nos gusta comer huevos Kinder por la noche, lo que sin duda está creando una historia de tira y afloja con los 24 horas de Santiago que tiene visos de ser épica. En cualquier caso, los utilizamos como una metáfora de la vida: esa figura que sale del cascarón y puede representar las múltiples facetas del ser humano y también de la personalidad que los vídeos no llegan a mostrar (se ríen).
Y aunque esto pueda suponer una desconexión exagerada del mundo,, quizá haya todavía alguien que no esté al tanto de sus mantras. ¿Qué les quita el sueño? Xácome: A nivel musical, algunas injusticias. Es como el tema de Andrés Suárez. Nos preguntan qué nos pasa con él y, bueno, no pasa nada; es solo un chascarrillo. Todo personaje que se precie ha de tener su archienemigo.
Sergio: Como seres humanos, lo que más me quita el sueño es la búsqueda generalizada de una conexión que tenga cierta pureza con otras personas. Amor o lo que sea, pero es difícil encontrar a personas con las que sentirte conectado y cuando encuentras alguien así es importante conservarlo. Es una de las cosas que más me preocupa, porque también está relacionado con la soledad, la felicidad…
En este contexto, ¿cuáles son sus fobias y sus miedos?
S: En lo musical, el reggeatón, el rap y todos estos géneros en los que ni priman las letras ni las melodías y las bases son procesadas por ordenador y aparatos… A nivel humano…
X: ¡El reggeatón también! No, y la falta de interés que parece haber por explorar las cosas y la vida. Ese interés es lo que te convierte en alguien que merece la pena.
¿Y los amores?
Pues podríamos hacer una lista enorme. En común tenemos unos cuantos, y eso es algo que también hace que nos entendamos muy bien. Leonard Cohen y Bob Dylan son los dos dioses que tenemos y compartimos… Pero a nivel nacional también tenemos adorados como Sabina, Serrat, Aute… e incluso gente más joven como Bunbury o Nacho Vegas. En literatura, nos encantan Roger Wolfe, Cortázar, Céline, Luis Alberto de Cuenca. En la propia vida, nuestras fobias y amores son muy similares.
¿Y algún enemigo?
Pues no muchos aparte de Andrés Suárez, que, por otra parte, es un enemigo metafórico porque representa todo aquello que no hemos logrado y no queremos lograr. Una especie de contradicción metafísica. Por lo demás, quizá en la noche de esta ciudad haya alguien que nos quisiera ver ardiendo. Antagonistas, vamos, cuyo odio y su displicencia agradecemos. Citando a Samuel Beckett, para quedar un poco culto, no importa lo que odies ni cuánto odies, sino que lo importante es el hecho de odiar en sí mismo. En ese sentido, estamos bien alimentados.
No importa qué ni cuánto odies, sino odiar en sí mismo
Si los Apaches fueran literatura, ¿qué libro y qué autor serían?
S: Viaje al fin de la noche y Céline, por su aspecto visceral y reflexivo. Muestra una parte muy descarnada del ser humano que en muchas ocasiones no se quiere ver, y todo acompañado por mucha poesía y también algo de esperanza.
X: Quizá Bukowski o el Leonard Cohen más cínico y desencantado, con el desapego de La energía de los esclavos. Las excusas y el patetismo de Bandini, de Fante, también se corresponden con nosotros.
¿Y si fueran cine?
S: Así a bote pronto, Fresas Salvajes, de Bergman, por cómo habla sobre la culpa y las relaciones humanas.
X: El ciclo de Antoine Doinel de Truffaut, con quien nos identificamos también por su relación con Bandini y todos esos personajes.
Y aun siendo conscientes de lo lejana que les resulta esta disciplina, ¿qué grupo serían si fueran músicos?
El Grupo De Yoz (risas). Una cosa es el que seríamos y otra el que querríamos ser. Los Beatles, posiblemente, aunque nos acerquemos más a Ringo Star en solitario. De todos modos, por ser un dúo, como ellos, si pudiéramos escoger, Simon and Garfunkel.
¿Qué motivos los llevan a elegir los temas que versionan?
Es una cuestión puramente subjetiva, de amor hacia el artista y la canción. Pero también influye nuestra capacidad. No somos grandes cantantes ni virtuosos, así que también las elegimos si nos vemos capaces de versionarlas.
¿Y para cuándo se atreverán con la composición de canciones propias?
Estamos trabajando en ello, que diría José María. Ya cuando éramos De Yoz hicimos una musicalización de un soneto de Sabina y ahora mismo terminamos una adaptación al castellano de un tema de Josh Ritter. Es un paso para empezar a componer. Pero como decía el guitarra de la E Street Band, Steve van Zandt, para componer hay que hacer miles de versiones primero. ¡Con eso estamos que lo petamos!
Como es sabido que una de sus virtudes es la pedantería, será mejor no adentrarse en sus referencias musicales, pero, ¿tienen algún referente local o gallego?
Iván Ferreiro, Luís Emilio Batallán, Xoel López, Siniestro Total, Lendoiro…
¿Dónde creen que reside exactamente la clave de su “éxito”?
En la clave de sol. En serio, como mucho, en el boca a boca y en que a la gente le gusta ver a otras personas hacer el ridículo (risas). No defraudamos en ese sentido, pero a veces se comenta que podemos llegar a emocionar un poquito, entre las canciones y los descansos. Hombre, yo pagaría 2 euros por vernos tocar.
La mandrágora.
¿Como disco o como planta? Yo nunca fumé mandrágora, pero como disco no está mal. Es una de las joyas de la música española y de la música de autor. De largo. No solo por la música sino por el ambiente que se respira en la propia grabación.
Ya más de cara al concierto del jueves, ¿dónde se les puede ver habitualmente?
Tocando, o bien en nuestra casa, que es un poco difícil, o bien en la rúa do Franco, donde ensayamos de vez en cuando por las mañanas, tras el paso rutinario de la policía.
¿Qué experiencia tienen ante el gran público?
Como Los Apaches, simplemente tuvimos un acercamiento a la gente en una especie de unplugged en un bar de Santiago. A pesar de no haber micrófonos ni una buena instalación, fue muy productivo. Pero cuando éramos De Yoz, el primero fue muy hermoso, sobre todo por el ambiente. Estábamos rodeados de muchos amigos y fue muy agradable. Hicimos algunos otros en pequeños bares, pero el mejor recuerdo es el primero de todos. Este próximo quizá cambie las cosas.
¿Son ustedes muy atrevidos ante el público, o más de poner excusas?
Yo no diría que somos atrevidos. Al contrario, intentamos disimular con sabiduría y saber estar… cerveza en su defecto. El miedo escénico también nos lleva a mostrarnos bastante cínicos.
En directo, ¿agua del perro o chulos de playa?
Chulos de playa, entre el público, más de uno, pero el agua del perro, a ser posible, embotellada.
¿Alguna anécdota que valga la pena recordar?
Pues del último concierto, en el que íbamos a interpretar la Intro del Equipo A, enfundados en piel y todo. Por algún motivo, el ampli estaba a un nivel altísimo, atronador; tanto, que no fuimos capaces de hacer las notas de la canción. No se escuchaba nada, e incluso la gente que estaba más cerca se levantó y salió corriendo.
Entonces, sobre el jueves, ¿alguna sorpresa que nos puedan anticipar?
Haremos alguna gilipollez, claro, pero no estaría bien desvelarla con tanta antelación. El que quiera saberlo, que pague los dos euros, que es un precio más que irrisorio.
Haremos alguna gilipollez, pero quien quiera saberlo, que venga al concierto
¿Será el evento que los consagre a nivel local?
¡Ojalá! (risas) Estamos allanando el camino pero, seguramente, hasta que empecemos a componer no lo conseguiremos.
Para seguir conociéndolos, ¿cómo ven el ambiente político actual?
X: Yo creo que, aun no habiendo vivido la dictadura, estamos ante una de las situaciones más complicadas que se vieron en mucho tiempo y todo explotará de alguna manera. Es algo crítico, y la población no puede aguantar este clima de constantes mentiras por parte de una clase política que nos toma por gilipollas. La política es necesaria, pero no hay que confundirla con la clase política.
S: Mi respuesta es nicanorparriana: la izquierda y la derecha unidas, jamás serán vencidas. Al margen de este escepticismo, la política me da un poco igual, porque también me basta con que los que me rodean estén bien. Una excesiva concienciación a veces nos descentra.
Por las redes sociales circula el rumor de que tienen una gran conciencia social debido a unas fotos publicadas en la Red. ¿Cómo afrontan la crisis?
X: Pues como cualquier estudiante, pidiendo dinero a nuestros padres. También nos ayuda tocar en la calle. He de decir que hemos llegado a repartir el dinero que ganamos con otros que más lo necesitan …
S: Pero qué dices?
X: Bueno, si no lo hemos hecho, lo haremos.
S: Me parece una desfachatez.
¿Qué opinan sobre la aseveración de Sabina acerca de que el rap constituye el movimiento cantautor del momento?
Sabina, desde que dejó las drogas, no levanta cabeza. Pero algo parecido dice Bob Dylan de artistas americanos. No se pueden negar sus vinculaciones con la poesía, pero en general nos parece puro ripio y que no merece la pena. Superficial, frívolo y barriobajero. No vemos tanto problema en las letras como en esas bases aburridas, repetitivas, monocordes… Quizá sea otro modo de entender el arte.
¿A qué se dedican los Apaches cuando no deleitan a las masas?
Pues a lo mismo que cualquiera: comer, cagar, leer, masturbarse, salir con los amigos y tocar, tocar mucho. Ahora más que nunca. Además, jugamos al parchís con los bandidos. Vamos, lo que haría cualquier ser humano caucásico.
Pese a su opacidad como personajes públicos, se les suele relacionar con ambientes de vicio, alcohol y juego. ¿Qué pueden decir al respecto?
Que es totalmente falso… en cuanto al juego. En realidad, a pesar de nuestros flirteos con las drogas duras en los setenta, somos como cualquier otra persona de nuestra edad. Simplemente nos gusta la noche, porque da lugar a algunas de las cosas más interesantes, y puedes hablar con cualquiera sin que resulte algo grotesco.
La muerte.
Eduardo García Serrano.
¿Algún personaje público que quieran resaltar?
X: Julián Muñoz y Bob Dylan.
S: Napoleón y Tipo de Incógnito.
¿Algo más que quieran reivindicar?
Pedirle a la gente que si quiere pasar un buen rato el jueves, que se venga a la Sónar por solo dos euros, que lo haremos lo mejor posible. Y, bueno, que la gente no se avergüence de emocionarse y sentir emociones (a no ser que la sodomicen). Muchas gracias.
A continuación, mostramos algunas estroboscópicas opiniones vertidas sobre Los Apaches de París por parte de insignes personajes del mundo de la música: