Jordi Cañas: “Pere Navarro es el tonto útil que todo proceso histórico necesita”
Jordi Cañas (Barcelona, 1969) nos recibe en su despacho del Parlament para hablar de la actualidad política. Es el portavoz de Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C’s), una formación aún muy joven pero que está jugando un papel destacado en los inicios de esta legislatura histórica. Sus respuestas vehementes recuerdan el estilo agresivo que muestra en el hemiciclo, pues como reconoce durante la entrevista “no me gusta ser políticamente correcto”. Al hilo del rescate a Chipre, empezamos hablando de Europa y de la crisis.
Tras acudir a las europeas de 2009 en coalición con Libertas muchos los acusan de euroescépticos. ¿Lo son?
No, pero estamos en contra de la actual arquitectura europea. Apostamos por una Europa radicalmente democrática. El proceso de globalización requiere de estructuras para enfrentarse a unos retos formidables, a los que Europa no puede responder porque se trata de una unidad de mercado y no de una unidad política. Los actores no deben ser los estados de forma individual, sino un hipotético gobierno de la Unión.
¿Apoyarían un Estado federal europeo?
Sí. Ése es el objetivo, pues la construcción económica europea está por delante de la política, causando una falta de sincronización que está en el origen de los problemas actuales. No hay un control democrático de las decisiones que se están tomando en Europa. Esto afecta a la falta de autonomía de los gobiernos estatales y autonómicos, que tienen que aplicar sus políticas dogmáticas y resolver problemas nuevos con los instrumentos de hace treinta años.
¿Con “políticas dogmáticas” quiere decir que están en contra de la austeridad?
No hagamos divisiones maniqueas. La austeridad es un principio positivo en la gestión de la administración pública, aunque no debe estar reñida con medidas de reactivación. Puedo llegar a estar de acuerdo con los objetivos de déficit, pero si el endeudamiento es productivo no tiene por qué ser malo. Un buen dietista no solo mirará que el paciente haya adelgazado, sino que lo haga de una forma hsana. Y ahora el obeso está perdiendo peso a costa de cortarle una pierna. Eso sí que no lo debemos tolerar.
¿Se están aplicando unas políticas cortoplacistas?
Absolutamente. Es una gran equivocación, ya que la buena alimentación, aunque más cara, a la larga sale rentable. En cambio aquí se está yendo al trazo grueso en los recortes sin reformar la administración, pues no es algo que puedas hacer de un día para otro. Este país está lleno de duplicidades administrativas. ¿Alguien ha pensado en el papel que juegan las diputaciones? Habría que eliminarlas para evitar solapamientos que no nos podemos permitir.
La deslealtad de la Generalitat
hacia España existe y ha
existido permanentemente
¿Se superpone una estructura centralista y otra descentralizada en España?
Sí. De hecho, tenemos lo más negativo de ambos mundos. Y aún es peor si hay deslealtad institucional, como sucede con algunas autonomías…
¿Se refiere a Cataluña?
Por ejemplo. Pero ojo, a toda Cataluña no. Solo a la Generalitat.
¿Esta deslealtad es debida al proceso soberanista o ya existía antes?
Existe y ha existido permanentemente. Se debe a que hay una oposición entre la incomprensión de la realidad plural del país por parte de la “superestructura” de poder estatal y la negativa de las élites centrífugas a cerrar de una vez por todas el sistema federal que apunta la Constitución del 78.
¿No consideran el pacto fiscal la forma de cerrar ese “estado federal”?
No, porque el pacto fiscal no tiene nada que ver con un modelo federal.
¿Y si fuera para todas las autonomías?
Eso es imposible. El modelo de CiU no es un modelo federal. Nosotros apoyamos un modelo de financiación como el alemán que sea igual para todos, aunque el actual no es malo.
Para los nacionalistas, contribuir
con Lleida es solidaridad, pero si
es con Huesca se llama expolio
Pero usted es consciente de que, según el último barómetro del CEO [el “CIS catalán”], este modelo de financiación es el quinto mayor problema para los ciudadanos de Cataluña.
Ése debería ser un debate técnico, pero los nacionalistas lo han mezclado con la política. Proponen la independencia fiscal como paso previo a la independencia política, que es su objetivo último. El pacto fiscal solo era la coartada para pasar de las posiciones gradualistas a las maximalistas. Y lo peor es que hemos aceptado con naturalidad eso de “España nos roba”. Tú que eres gallego, ¿te consideras un ladrón? Pues para que Galicia sea receptora neta alguien tiene que dar. Lo mismo sucede dentro de Cataluña con Barcelona y el resto de las provincias. El problema es que los nacionalistas consideran a los demás catalanes como conciudadanos, pero a los españoles no. Para ellos, contribuir con Lleida es solidaridad, pero si es con Huesca se llama expolio.
¿Por qué cree entonces que este discurso ha calado en la sociedad?
Porque es imbatible. El nacionalismo toca la fibra sensible y ante problemas muy complejos busca una explicación simple. Lo hace a través de un enemigo externo, que en este caso es España.
¿No cree que se produce la situación inversa con el trato del nacionalismo español hacia Cataluña?
El nacionalismo español no existe, pues ya tiene un estado y el objetivo de todo nacionalismo es la construcción de uno. Otra cosa es el centralismo, aunque nosotros no somos centralistas. Eso sí, nos llaman fachas, porque en Cataluña si no eres nacionalista eres un facha.
¿Cree que desde la escuela se fomentan deliberadamente estos prejuicios?
Por supuesto. El nacionalismo no hace nada al azar. Tiene una estrategia, cosa que nunca han tenido los gobiernos de España. Y ésta pasa por inocular el “virus” del nacionalismo a través del adoctrinamiento en la educación y la intoxicación de los medios de comunicación.
En ese sentido, ¿no considera excéntrico que en un debate en la televisión pública catalana usted sea el único en utilizar el castellano?
Lo que me parece excéntrico es que hagas esa pregunta, fruto del adoctrinamiento que te estoy explicando.
¿Debería ser TV3 bilingüe?
¿Es que TV3 tiene un idioma propio? ¡Claro que debería ser bilingüe! Lo que pasa es que actualmente se produce una anomalía, que no es más que la plasmación de la negación de derechos de los nacionalistas a los que no lo son. El protocolo de usos lingüísticos del Departament de Salut pide a los médicos que hagan mimo antes de hablar castellano con el paciente. ¿A ti eso te parece decente? Cuando se lo cuento a mis amigos franceses no se lo creen.
¿No cree que es una anécdota y está exagerando?
[Enfadado, Jordi Cañas da un golpe en la mesa y levanta la voz] ¡Qué coño tiene eso de anécdota! ¿Pero a dónde hemos llegado? ¡Es tan obsceno! Aquí se discrimina por razón de lengua, los derechos se conculcan y como responsables políticos tenemos la obligación de denunciarlo. En cambio, en este mismo lugar [se refiere al Parlament] he tenido que escuchar verdaderas gilipolleces de los que creen que los derechos son solo para ellos. Nosotros hemos dado voz a esa parte de Cataluña que estaba silenciada.
El tripartito tuvo la oportunidad
de cambiar la historia de Cataluña
para bien o para mal. Y lo hizo para mal
¿No considera que para ello se han aprovechado de la debilidad del PSC?
Para nada. Hemos captado muchísimos votos de CiU, por ejemplo. Además los votos no son de los partidos, sino de los ciudadanos. Otra cosa es que el PSC no haya dado respuesta a las expectativas de sus antiguos votantes y algunos de ellos se hayan pasado a C’s.
Entre ellos usted, que abandonó el partido en 2003 tras el pacto de Maragall con ERC e ICV. ¿Fue ése el comienzo de la situación política que está viviendo Cataluña actualmente?
Desde luego. Fue un momento clave. El tripartito tenía la oportunidad de cambiar la historia de Cataluña para bien o para mal. Y lo hizo para mal.
¿Ha dejado el PSOE de ser un partido “nacional” desde ese momento?
Sí. El PSOE perdió la O con Felipe, la E con Zapatero y la P la va a perder en breves. Ha tenido la oportunidad de regenerar la estructura política y económica de España, pero no lo ha hecho. Con el PSOE y el PP hemos pasado de la democracia de la Transición a la partitocracia y la crisis de estado actual.
¿No se habrá debido a que la Transición fue un pacto tacticista en el que nadie creía realmente?
No. Creo que la degeneración que estamos sufriendo es más fruto de la mediocridad que de la estrategia. El sistema estaba bien diseñado, pero los que lo han tenido que aplicar lo han hecho mal. En ese aspecto somos un partido reformista, frente a aquellos que quieren romper o dejarlo todo igual. El problema es que la crisis exige decisiones rápidas, y las prisas no son buenas, pues se ha de tener muy claro hacia dónde se quiere ir. En nuestro caso, pretendemos caminar hacia el federalismo.
Entiendo que el suyo es distinto al del PSC.
Es que el PSC no es federalista. Ningún federalista puede defender el derecho a decidir. No hay ningún estado federal del mundo occidental que acepte la autodeterminación para alguna de sus partes. Rusia y Yugoslavia lo hicieron y mira cómo han acabado.
¿Está haciéndole Navarro el juego político a CiU y ERC con su posición ambigua?
Ese es el gran drama del PSC en Cataluña, que siempre ha sido el tonto útil, el cómplice necesario de los nacionalistas. En todo proceso histórico siempre es necesario un Pere Navarro. Y lo han encontrado.
A costa de votos.
No es una cuestión de votos, es de principios.
Al mirar para otro lado, el PSOE
y los dialogantes del PP están
autodestruyendo España sin darse cuenta
¿Romperán PSC y PSOE?
Me da igual. El PSC dejó de ser un aliado hace mucho tiempo.
¿Su aliado es el PP?
No. Ellos defienden el modelo de Estado constitucional como nosotros, pero no quieren reformas y nosotros sí. Claro que para reformar la Constitución antes hay que respetarla.
¿El PSC la respeta?
No, pues defiende el derecho de autodeterminación, que es contrario al derecho de soberanía recogido en la Constitución.
¿Entonces para usted no existe ninguna diferencia entre la declaración de soberanía de CiU y ERC y la del PSC?
Es lo mismo. Ambas defienden el derecho a decidir, que es un eufemismo que no existe, pues lo inventó Ibarretxe. Si el PSC quiere el encaje de Cataluña en el Estado no puede llevar a cabo este tipo de medidas, pues favorecen la secesión. Al mirar para otro lado, el PSOE y los sectores dialogantes del PP están autodestruyéndose y autodestruyendo España sin darse cuenta.
En este punto tienen el mismo discurso que UPyD.
La diferencia es que no somos UPyD.
Pero en los últimos años han tenido varios intentos de acercamiento…
Lo hemos intentado tres veces y las tres nos han dicho que si queríamos ir juntos teníamos que disolver el partido y poco menos que entrar en su sede en fila india y con el carné en la boca. Nosotros queremos una tercera vía en España, pero para sumar tiene que haber voluntad en ambas partes. UPyD no la tenía.
¿Quiere decir que van a circunscribir su acción política a Cataluña?
No.
Compiten, por tanto, con UPyD.
Sí. Si UPyD se quiere presentar en Cataluña allá ellos. Que se presenten y saquen 4000 votos.