El penúltimo milagro de Roberto Martínez
Son muchos los deportes en que los casos de jugadores y entrenadores que se han tenido que buscar la vida por Europa por culpa de la crisis. Tal es la situación que en muchos medios se habla casi de un éxodo en el deporte profesional español. Esta nueva situación hace que se siga con gran interés lo que le sucede a la generación de los emigrados. Pero antes que ellos hubo muchos otros que no encontraron su sitio en las ligas de su país natal y decidieron emigrar. Al contrario que los anteriormente mencionados, resulta muy difícil encontrar información de aquellos que se fueron cuando en España las arcas de los clubs estaban pintadas de color de rosa, en esos momentos en los que las crisis, desapariciones y leyes concursales no eran más que cuentos de brujas para asustar a los que veían la locura de tales dispendios. A pesar de la falta de interés de lo medios son varios los que han logrando importante éxitos en su carrera deportiva.
Roberto Martínez Montoliú es uno de ellos. Cuando aún era un chaval de 22 años y tras no encontrar un sitio en el Zaragoza B, se encontraba jugando en el modesto Balaguer. Ahí es donde se plantea su futuro ligado al fútbol y decide emprender la aventura fichando por el Wigan inglés. Es aquí donde comienza su idilio con los “Latics”. Su carrera como futbolística desarrollada por entero en el Reino Unido no pasará nunca a la historia. Lo que se recordará con el paso de los años es su más que prometedora carrera como entrenador.
Esta comienza en el año 2007 cuando decide colgar las botas y la directiva del Swansea decide apostar por él como técnico de la entidad. Este fichaje resultó un enorme acierto, puesto que en tal solo tres temporadas consiguió ascender al equipo a League One y mantenerlo un año más sin sufrir grandes problemas para esquivar el descenso.
Sus grandes resultados no pasaron inadvertidos para su club de debut en tierras inglesas. En el año 2009 el Wigan decide pagar dos millones de libras para que el joven entrenador vuelva al lugar donde empezó su carrera en el fútbol inglés. Con la diferencia de que ahora no sería uno de los 22 jugadores de la plantilla como casi diez años atrás, sino que ocuparía el área técnica de los banquillos de la Premier.
Desde que accedió a su cargo el objetivo claro era el esquivar el descenso a la League One. Sin duda un reto más que difícil, ya que Martínez contaba para ello con una plantilla muy limitada que situaba a su equipo como candidato claro al descenso.
Durante otros dos años el entrenador español siguió obrando milagros en forma de finales de temporadas y últimas jornadas de infarto que lograban mantener a los “Latics” entre la élite del fútbol inglés a pesar de la marcha año tras año de sus mejores jugadores, gente como Charles N´Zogbia, Hugo Rodallega o Victor Moses. Esto provocó que año tras año manejara una plantilla que siempre apareció señalada en las como una de las más flojas del campeonato al comienzo de cada campeonato. A pesar de esto “Bob” ha logrado mantener a su equipo en élite, no sin grandes dificultades, ya que las salvaciones se lograron siempre sufriendo hasta las últimas jornadas
Para “Bob” lograr salvaciones milagrosas año tras año parecía ya un hábito que difícilmente iba a poder superar. Por suerte para su trayectoria la F.A. Cup siempre guarda sorpresas haciendo realidad los sueños de los equipos pequeños. Para ellos llegar a las rondas finales disputadas en Wembley es todo un éxito. Pero no acaba aquí la historia este año. Tras vencer al Milwall en semifinales, el Wigan disputará por primera vez en su historia una final de una competición oficial. Allí le espera el poderoso y millonario Manchester City. Puede que al acabar la gran final nadie recuerde la semifinal contra el Milwall como el penúltimo milagro del entrenador español ya que la sola posibilidad de poder vencer este último partido es mucho más que eso.
Aunque no todo es idílico, puesto que después del sueño de Wembley toca volver a la realidad del torneo doméstico. En él encontramos al Wigan a tres puntos de la salvación aunque con dos partidos menos que la gran mayoría de equipos que intentan escapar del descenso. Todo parece indicar que este será el último año como entrenador “Latic” del español. Será difícil pero la posibilidad de lograr sus dos últimos milagros en Wigan haría que Martínez no dejara esta ciudad como el gran entrenador que ya es sino como una leyenda de un equipo que hasta la llegada de “Bob” nunca pensó que podría llegar a cotas tan altas.
Foto de portada: futbolistadigital.com