Javier Couso: “No iban a matar a mi hermano, iban a por la cámara de Reuters”

El 8 de abril de 2.003, un tanque Abrams norteamericano disparaba en Bagdad contra el Hotel Palestina, donde se alojaban periodistas de medios de todo el mundo que estaban cubriendo el conflicto entre iraquís y estadounidenses. El cámara y reportero ferrolano José Couso llevaba cinco horas en el balcón del hotel, grabando, cuando resultó herido de gravedad debido a la metralla desprendida en el ataque. Couso moría horas después en el hospital.

El ejército de Estados Unidos se justificó diciendo que habían visto claramente a un hombre con unos prismáticos haciendo señas desde los balcones, y habían temido que se tratase de un francotirador. Sin embargo, todos los periodistas y demás personas que se encontraban en el hotel coincidieron en sus declaraciones: no había ningún soldado enemigo en el hotel ese día.

Diez años han pasado, y el caso sigue abierto. Familia, amigos y compañeros siguen luchando por esclarecer la verdad. Javier Couso, hermano de José, responde a nuestra llamada con el fin ayudarnos a conocer un poco mejor el caso Couso.

© Telecinco

José Couso en Iraq. © Telecinco

¿Qué explicación os dieron los gobiernos de Estados Unidos y España a lo sucedido con tu hermano?

El gobierno de Estados Unidos fue variando las versiones: dieron cuatro versiones diferentes. Primero, que dispararon porque en el hall había tropas; pero cuando se les replicó que el disparo había sido al piso catorce, dijeron que había francotiradores en la azotea; cuando se rebatió que un fusil no puede hacer nada frente a los carros blindados, pasaron a hablar de RPG’s [granadas propulsadas por cohete]; pero cuando se demostró que los RPG’s tienen un alcance de 600 metros, y el hotel estaba a una distancia mucho mayor, ya cambiaron a la última versión, en la que aseguran que esa instancia [el hotel] es del gobierno ucraniano y que allí había un puesto de mando del ejército iraquí que enseñaba cómo disparar. Vamos, una patraña absoluta que fueron cambiando para amoldar a sus intereses. Y el gobierno español lo que hizo siempre fue repetir como un loro lo que decía Estados Unidos.

Habéis sostenido durante estos diez años que su muerte no fue un accidente, y cada día hay más hechos que lo prueban (Wikileaks, grabaciones de ese día…). ¿Cuándo empezasteis a sospecharlo?

Desde el primer momento. Mi hermano estaba en un hotel al que se había trasladado precisamente porque los de la CNN les habían dicho que el Pentágono sabía que había periodistas allí, y que incluso los habían saludado con tropas estadounidenses. Además, sus compañeros nos comentaron que los carros de combate llevaban allí desde cuatro o cinco horas antes del ataque, y que los estaban viendo perfectamente. Así vimos claro que fue una acción deliberada desde el primer momento.

Iban a por la cámara de Reuters. Querían destruir a las tres cámaras que estaban emitiendo en directo en ese momento. Mi hermano estaba en el piso inferior a los de Reuters y murió en ese ataque

¿Os acusaron de paranoicos al principio?

No, no. El disparo lo grabó mi propio hermano y varios compañeros, o sea que se vio claramente que no había combates ni nada por el estilo, así que nunca nadie pudo acusarnos de paranoicos. Lo que se inventaron fueron otras cosas: que si fue un error, que si allí estaban los iraquís –cosa que era mentira, se lo tuvieron que inventar porque nadie de los que estaba allí los vio–.

¿Afirmáis pues que a José lo asesinaron de forma intencionada?

 De forma intencionada, claro. La misma unidad del ejército de Estados Unidos atacó a las tres cámaras que estaban en directo. Fueron los mismos militares los que atacaron la televisión de Al-Jazeera,  matando a Tarek Ayyoub; a la cámara de la televisión de Abu Dhabi; y después a la cámara de Reuters. No iban a matar a mi hermano, iban a por la cámara de Reuters. Querían destruir a estas tres cámaras porque estaban emitiendo en directo en ese momento. Mi hermano estaba en el piso inferior a los de Reuters y murió en ese ataque.

Os habéis enfrentado tanto al partido que gobernaba en aquel momento, el PP, como al de la oposición, el PSOE: el “bipartido”, lo has llamado en alguna ocasión.

Más bien se enfrentaron ellos con nosotros, porque uno de esos dos gobiernos lo que hizo fue tutelar a un ciudadano español. Sobre todo el Partido Socialista lo que ha hecho ha sido, como vimos en los documentos de Wikileaks, conspirar con una nación extranjera para impedir que se investigue a un ciudadano español, algo que estaba haciendo un juez. Entonces no somos “nosotros contra ellos”, si no “ellos contra nosotros”, porque ha habido una vejación absoluta, se han comportado como una colonia o un protectorado estadounidense. Y esto es algo que a mí, como ciudadano español, me ofende, y a mi hermano supongo que le ofendería también.

¿Colaboraron entonces los principales partidos políticos españoles con los Estados Unidos para ocultar la verdad?

Efectivamente.

Javier Couso, al igual que José,  es cámara

Javier Couso, al igual que José, es cámara

La Interpol tampoco os ha puesto las cosas fáciles.

Pues no. En 2005 tramitó sin problemas la orden del juez Santiago Pedraz, pero en 2011, cuando salieron las nuevas órdenes de búsqueda y captura, como no habían conseguido parar el caso, lo que hicieron fue modificar los estatutos de Interpol para no cumplir, por primera vez en la historia, la orden de un juez. Y lo ha dicho una persona que antes era Secretario del Tesoro, es decir, Ministro de Economía de Estados Unidos. Por lo tanto queda muy claro cómo se está comportando Estados Unidos, aunque nosotros ya lo sabíamos, pese a que la mayoría de la prensa ha intentado convencernos de otra cosa. Es que sólo tenemos que ver el campo de tortura y confinamiento de Guantánamo, o los asesinatos extrajudiciales: Estados Unidos en este caso se ha comportado de la misma manera. Afortunadamente, yo no tengo una nacionalidad del Tercer Mundo, porque si no ya habría sido asesinado. Lo que intentan por todos los medios es que no se pueda averiguar la verdad y proteger a militares de huidos, que son criminales de guerra.

Estados Unidos, en un espacio de tres horas, acabó con toda la libertad de información que había en Bagdad

¿No os fallan las fuerzas al recibir estos golpes?

No, al revés: te enrabietas más. Y después de todo, afortunadamente,  no todo son varapalos. El Tribunal Supremo, dos veces y por unanimidad, nos ha dado la razón. Y la instrucción del juez Santiago Pedraz incluso se pudo desplazar a Bagdad con el apoyo del Tribunal Supremo iraquí y del Ministerio de Interior y de Justicia de aquí y pudimos aportar el trabajo de peritos que acreditan que aquello fue un fuego deliberado, que los militares podían distinguir que eran víctimas civiles a los que estaban disparando.  Así que tanto el apoyo de la gente, como del Tribunal Supremo y del juez de Instrucción nos dan todas las fuerzas para seguir defendiendo algo que en una sociedad democrática de derecho debería ser una norma, que es que esto se pueda investigar, que lo investigue un juez y que los soldados huidos se puedan defender, cosa que a nosotros nos niegan.

Así que todavía creéis en la Justicia.

Seguimos creyendo en la Justicia que cree en la Justicia, no en la Justicia que utiliza la Justicia de manera partidista. Porque aquí el Fiscal General del Estado utiliza la Fiscalía como brazo ejecutor de los gobiernos de turno. Lo que nosotros creemos es que si hay separación de poderes, la Justicia puede avanzar, lo malo es cuando hay interferencias políticas. Y por desgracia no son sólo los políticos, si no también jueces y fiscales que se han dejado llevar por esto, lo cual es horrible. Pero sí: la Justicia nos enorgullece y seguimos creyendo en ella, por supuesto.

¿Cuál es, en resumidas cuentas, el fin último de vuestra lucha?

Que un juez, en un tribunal independiente y con todas las garantías, determine lo que pasó aquel ocho de abril.

En otras entrevistas has dicho que “El asesinato de mi hermano fue un mensaje de Estados Unidos a los periodistas que van por libre”.

Sí, porque ellos [Estados Unidos] intentaron que todos los periodistas fueran empotrados dentro de sus unidades militares, e incluso el Departamento de Estado dijo que los periodistas que no fueran empotrados no iban a tener seguridad, pero les salió el tiro por la culata. Porque a Iraq llegaron muchos periodistas como mi hermano, cerca de 300, para tratar de contar la guerra como ellos la veían y claro, contaron algo que no les gustaba a los estadounidenses: que sus bombardeos fueron en zonas civiles. Esto les hizo tomar la determinación de controlar de nuevo la información. En Vietnam, se perdió la guerra, además de por la resistencia vietnamita, porque los periodistas contaron las atrocidades que hacía el ejército estadounidense: todos vimos los efectos de las bombas de napalm en aquellas imágenes de una chica corriendo mientras se le caía la piel. Por eso es tan importante para ellos controlar la información en la guerra. Entonces, ante la incapacidad de que todos los periodistas fueran dentro de sus unidades militares, dieron un aviso claro a los periodistas independientes y recondujeron la información acabando con las tres señales directo. Es decir, Estados Unidos, en un espacio de tres horas, acabó con toda la libertad de información que había en Bagdad.

Periodistas se manifiestan frente al presidente Aznar en el Congreso el día después del asesinato de Couso

Periodistas se manifiestan frente al presidente Aznar en el Congreso el día después del asesinato de Couso

¿Te parece posible la independencia en el periodismo?

Pues no, por la irrupción en el periodismo de las grandes empresas que responden a otros intereses. Al estar sin desarrollar el artículo número 20 de nuestra Constitución, que protege el acceso de todos los sectores públicos y ciudadanos a los medios de comunicación, lo que tenemos es un periodismo concentrado en muy pocas manos, en manos de poderosos, que no representa la independencia que debería tener el periodismo. Pero bueno, aún así, como todo en la vida, hay anticuerpos, y gracias a la red y a periodistas que se empeñan, todavía podemos gozar de un poquito de periodismo independiente.

Nuestra gran victoria es que esos asesinos de periodistas, esos criminales repugnantes que se dedicaron a matar civiles, por lo menos tengan el estigma de que la justicia española les está vigilando

¿En qué punto está el caso a día de hoy?

El proceso está abierto, en fase de instrucción. Hemos pedido dos actuaciones al juez Santiago Pedraz. Por una parte, que se insista a Interpol para que explique, corrija y obedezca la orden dada por el juez; y por otro lado, está el convenio bilateral de asistencia jurídica en materia judicial y penal, firmado entre Estados Unidos y España, en el que se toma declaración al ex-sargento de la inteligencia militar Adrian King, quien espiaba a los periodistas y supo cuáles iban a ser los objetivos.

¿Habéis intentado recurrir a organismos internacionales?

No, todavía no. Queremos acabar el recorrido de la justicia española primero. Luego ya veremos si nos planteamos otras opciones.

También realizáis algunos actos, tanto para recordar tu hermano, como para recaudar fondos. Habéis organizado en Madrid un concierto solidario, por ejemplo. ¿Habrá más actos próximamente?

El concierto lo hicimos ya, fue la semana pasada, para costear los gastos de este aniversario. Ahora mismo los actos que vamos a hacer son todos gratis. Por ejemplo, tenemos un acto de “Madres Contra La Impunidad” el sábado 6. Los tenéis todos recogidos en la página web dedicada a José.

¿Qué puede hacer la gente de a pie para ayudar?

Simplemente apoyarnos en los actos, seguir apoyándonos como hasta ahora. Y sobre todo, exigir a los políticos que nos gobiernan que defiendan la soberanía nacional. Yo creo que cada día está calando más la cosa -sobre todo después de ver cómo cambiaron torticeramente el artículo 135-. Lo que tenemos que tener son unos gobernantes dignos que crean en su país y defiendan el Estado de Derecho. Entre Estados Unidos y España, que son aliados, no debería haber ningún problema [de cooperación], así que yo creo que la ciudadanía debe exigirles eso a sus jueces y sus políticos.

Imagen de josecouso.info

José Couso en Bagdad. Imagen de josecouso.info


Diez años después de su muerte, el caso sigue abierto. ¿Tenéis esperanzas de hallar pronto un final a vuestra lucha?

Por la nula colaboración de Estados Unidos, no. Tenemos ya como una gran victoria que este es un caso que va a permanecer abierto siempre porque al ser de lesa humanidad no va a prescribir nunca y, aunque haya un archivo provisional, si estos señores algún día salen de Estados Unidos, pueden ser detenidos. Ojalá. Lo que si hemos conseguido ya es que tres militares –un sargento, un teniente coronel y un capital– estén procesados por un delito tan grave como un crimen de guerra, y que dos de sus superiores estén imputados; y no descartamos además recurrir y recoger más informaciones. Así que esta es nuestra gran victoria: que durante toda su vida, esos asesinos de periodistas, esos criminales repugnantes que se dedicaron a matar civiles, por lo menos tengan el estigma de que la justicia española les está vigilando.