Arbeloa: ¿cono o muralla?

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Álvaro Arbeloa ha pasado a encontrarse en el ojo del huracán últimamente. Las opiniones suscitadas por el rendimiento de este jugador han llegado  a un extremo tan visceral que ya no existe término medio. Hay quienes ven en él unas virtudes futbolísticas sobresalientes, mientras que otros lo consideran un jugador extremadamente limitado, o mismo un paquete. A ese extremo de polarización ha llegado el debate futbolístico patrio, a analizar a los jugadores desde un punto de vista ideológico: o es de los nuestros, o está contra nosotros.

Formado en las categorías inferiores del Real Madrid, club al que llegó procedente del Real Zaragoza en juveniles, este lateral ha tenido que recorrer un largo camino hasta asentarse por fin en el primer equipo madridista. Tras dos años capitaneando el Real Madrid B, se vio obligado a buscar una oportunidad en el Deportivo. Poco duró su estadía en A Coruña, pues a los seis meses, Rafa Benítez lo reclutó para su Liverpool. Tres temporadas después, volvería a la disciplina del Real Madrid, de la mano del nuevo proyecto emprendido por Manuel Pellegrini. El siguiente entrenador blanco, José Mourinho, sería quien lo convertiría en el referente del carril derecho del conjunto de la capital. A la Liga, la Copa y la Supercopa de España obtenidas como jugador del Real Madrid deben sumársele las dos Eurocopas y el Mundial conseguidos como integrante de la selección española de fútbol. Es precisamente en la selección donde su rendimiento ha sido más cuestionado.

Jugador caracterizado por su entrega y sacrificio, Arbeloa es uno de los ídolos de ese sector de la afición del Madrid calificado como la “yihad madridista”. Los mismos que discuten las condiciones de Iker Casillas, uno de los mejores porteros del mundo en los últimos años, por sus affaires con Mourinho, son aquellos que tratan de ver en Arbeloa un lateral derecho superlativo. No obstante, existe una visión totalmente opuesta, apoyada también por un gran número de gente, que trata a Arbeloa como a un jugador de segunda clase. Son habituales las parodias en las redes sociales comparándolo con conos y demás objetos cada vez que el futbolista comete un error en su juego. Llegados a este punto, pasemos, pues, a analizar el perfil futbolístico de Arbeloa.

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Una de las parodias habituales de Arbeloa

Desde el punto de vista táctico, resulta ser un jugador más que correcto. Su gran virtud es la defensa, especialmente el marcaje individual. Tiene en su haber numerosas actuaciones que dan buena prueba de ello, como la realizada sobre Messi en una eliminatoria de Champions cuando jugaba en el Liverpool. Complica mucho la recepción del balón y realiza una presión muy encima del jugador, lo cual le dificulta a la hora de participar en el juego. Suele tirar bien la línea, algo básico pero descuidado por muchos laterales de primer nivel más volcados en labores ofensivas como Dani Alves. Muy pendiente siempre de las coberturas y contundente en sus intervenciones, Arbeloa en este aspecto resulta ser un lateral más que notable, aunque a veces se extralimite en la dureza de sus entradas. Su mayor carencia es su dificultad a la hora de replegar una vez abandonada la posición. Raras veces se ausenta de ella, pero bien sea por un intento de anticipación fallido o por una incorporación seguida de una transición vertiginosa del equipo rival, es posible hacer daño atacando por su banda.

En el plano físico, Arbeloa no destaca ni por sus virtudes ni por sus carencias. Con una altura de 183 centímetros no sufre en los balones aéreos, aunque carece de la potencia de compañeros suyos, como Sergio Ramos. Dado que no se incorpora con demasiada frecuencia al ataque, no necesita de un físico privilegiado para soportar todo el partido. Aun así, su despliegue físico en defensa es de una intensidad elevada. Siempre fuerte y contundente en balones divididos, sus condiciones físicas son las suficientes para no pasar apuros en cualquier función defensiva.

Llegamos ahora al aspecto más controvertido de este lateral, las condiciones técnicas. Siendo objetivos y realistas, son muy limitadas. No es capaz de realizar centros portentosos ni de desbordar, lo cual es una carga en ataque. A la hora de salir con el balón jugado desde atrás es también una tara, con lo que suele quedar exento de este deber. Si bien su manejo del balón es bastante deficiente, Arbeloa es capaz de realizar una inteligente economía de recursos. Nunca se adorna con florituras ni pases complicados, se limita a realizar su trabajo. Es habitual que pierda el balón o lo entregue en malas condiciones en situaciones en las que se encuentra presionado, pero éstas son poco habituales, ya que el equipo intenta evitar que tenga que lidiar con ellas. Por lo tanto, podríamos decir que, dejando bastante que desear en este aspecto, Arbeloa no se encuentra especialmente exigido en este terreno, habida cuenta de sus dificultades.

En resumen, podríamos calificar a Arbeloa como un lateral completo en cuanto a condiciones defensivas, capacitado para rendir en cualquier equipo de primer nivel, pero con nula aportación en ataque. Su titularidad en el Real Madrid actual no debería estar discutida, pues Ramos no debería abandonar el puesto de central y Essien no ofrece mejores prestaciones que el propio Álvaro. En la selección española, la situación cambia. Ahora que parece asentarse en el Chelsea, Azpilicueta ofrece más y mejores cosas que Arbeloa en el carril derecho del combinado nacional. Sin embargo, que Vicente del Bosque, entrenador poco propenso a los cambios, le quite la titularidad en beneficio del navarro, sería una sorpresa para todos. Así pues, toda esta polémica en torno a la figura del lateral madridista, capaz de despertar odios y pasiones por igual, es un tanto ridícula y, el tiempo dirá, pero puede que el exceso de interés mediático lo descentre y le haga perder esa constancia y oficio que lo han llevado a donde está.

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Foto de portada: Action Images