Rafael Nadal sí, pero con prudencia

Rafael Nadal (5) def. Juan Martín del Potro (7): 4-6, 6-3 y 6-4. 

Rafael Nadal (5) lo ha vuelto conseguir. Esta vez bajo el sol implacable del desierto californiano, que ya es por derecho propio su particular jardín. El manacorí se ha hecho con su vigésimo segundo Masters 1000 (tercero en Indian Wells) contra todo pronóstico, convirtiéndose así nuevamente en el jugador con más torneos de esta categoría desde su creación en 1990.

Tras siete meses sin competir y en su reaparición sobre pista dura, Nadal ha tirado de todo el coraje que le caracteriza para superarse otra vez a sí mismo. El hito es superlativo, sin duda. Las sensaciones, inmejorables. Sin embargo, el deporte es un cúmulo de variables de siempre interesante análisis, sobre todo a la hora de evitar futuras sorpresas. No voy a ser yo quien reste mérito al triunfo del español en Indian Wells, pero sí quisiera matizar una serie de detalles que ayudarán al neófito y curioso a comprender los múltiples matices que nos ha dejado esta semana de altísimo tenis en tierras americanas.

El cuadro de Rafael Nadal ha sido tremendamente asequible, no nos engañemos. Sin necesidad de saltar a la pista en primera ronda, al partir como cabeza de serie, su duelo inicial le ha emparejado con el joven Ryan Harrison. El tenista americano ha comenzado muy mal la temporada y su trayectoria muestra ya preocupantes concomitancias con la de su compatriota Donald Young. Aún así, Harrison ha llegado a remontar un break en contra durante el primer set, forzando el desempate, que ha caído del lado del manacorí. Después, el partido no ha tenido más historia, concluyendo con el resultado de (7-6, 6-2).

Tirado de deportes.starmedia.com

Fuente: deportes.starmedia.com

Tras este primer escollo, el actual número cuatro del mundo no ha tenido que disputar la tercera ronda, pues su contrincante Leonardo Mayer ha renunciado al enfrentamiento por lesión. Es entonces cuando ha aparecido la única prueba real para él durante esta semana de competición: Ernest Gulbis. El letón venía de un mes brillante; se alzó con el título en Delray Beach y aún le quedaron fuerzas para superar la previa de Indian Wells, arrollar literalmente a Janko Tipsarevic (que, como ya anunciamos previamente en Compostimes, ha entrado en barrena) y plantearle un durísimo partido al manacorí.

Gulbis es un jugador de indudable calidad, sólo su inestabilidad mental y sus excentricidades de niño rico ponen techo a sus aspiraciones. Este año, además, ha cambiado la empuñadura de su derecha, mejorando la efectividad del golpe, aunque el proceso de adaptación sigue pasándole factura por momentos. Contra Nadal se han visto claramente estos dos hándicaps: si en el primer set ha desplegado un tenis espléndido, que le ha permitido llevarse la manga; en los otros dos su pobre actitud, provocada por la consistencia de un Rafa que siempre se crece en los momentos críticos, ha hundido al letón a base de errores y más errores para acabar cediendo el encuentro por 4-6, 6-4 y 7-5.

A partir de este momento los cruces se han convertido en pura ficción para el manacorí. Negar que en cuartos de final despachó con brillantez y facilidad a Roger Federer (2) (6-4, 6-2) sería mentir, pero también sería faltar a la verdad obviar que el tenista suizo sufría graves dolores de espalda que le impedían servir con comodidad, y de los que Nadal era más que consciente. De Berdych (6), a las puertas del partido que dirimiría el título, poco se puede decir. Su tenis sólo es sólido ante rivales de entidad menor y ante Federer, al que extrañamente le tiene tomada la medida; pero frente a los demás jugadores top es un tenista endeble, que se obstina en cometer constantes imprecisiones con su derecha y que siempre se viene abajo en los momentos clave.

En la final, a Juan Martín del Potro le han pesado los duros enfrentamientos previos ante Andy Murray (3) y Novak Djokovic (1). Aún de este modo, su semana ha sido impecable (incluso se llevó la primera manga contra Nadal y a punto estuvo de dar la sorpresa en la segunda). Si en cuartos de final su victoria fue más un producto de la desconexión de Andy Murray, cuyo nivel de compromiso durante todo el torneo ha sido escaso, en las semifinales contra el serbio ha demostrado por qué es el único jugador de los últimos cinco años que ha logrado arrebatarle un Grand Slam a los fab four.

Tirado de mexico.cnn.com

Fuente: mexico.cnn.com

Pese a sus continuos problemas de muñeca, que le han obligado por momentos a ejecutar solamente el revés cortado, ha sabido vencer a todo un Novak Djokovic justo de gasolina, sí, pero que no olvidemos ostenta el primer escalafón del ranking por razones obvias. Y es que el tenis del tandilense ha sido sin duda excelente; su derecha demoledora, plana y profunda, es de las mejores del circuito, sobre todo cuando la invierte; su saque potentísimo es un solvente apoyo, mientras que su escasa movilidad la palia con un sentido táctico superlativo del que jugadores como Tomas Berdych o Jo-Wilfried Tsonga deberían aprender. Si Juan Martín logra superar sus lastres físicos estaríamos sin duda ante la gran alegría de la temporada, ya que es un tenista necesario y siempre interesante de ver.

Diréis, ya está bien… ¿no? ¿Algo bueno habrá hecho Nadal? Por supuesto. Las sensaciones con las que parte el tenista español hacia Miami no son sólo producto de la suerte. Su derecha liftada paralela, por ejemplo, ha vuelto a funcionar a la perfección como en aquel 2010 en que arrasó. Su saque ha sido sólido durante toda la semana, sin fisuras, con reminiscencias al Nadal que ganó el U.S. Open. Su juego de piernas ha crecido enormemente desde su reaparición en el circuito y su motivación, puesta en duda desde finales de 2011, parece haber recuperado su latencia habitual.

Como colofón, podemos señalar brevemente los otros dos aspectos más destacables de esta semana de competición. Uno de ellos es el estado físico de Juan Mónaco (14); el argentino no ha ganado ni un solo partido en lo que va de año (si exceptuamos los de Copa Davis). Su tenis nunca ha sido deslumbrante, su servicio es endeble y, aunque es un jugador de gran fortaleza y que aguanta bien los peloteos, su gama de golpes no es precisamente determinante. Sin embargo, se hace extraño verle así de hundido, tanto como para que un jugador de perfil tan bajo como Marinko Matosevic le haya endosado un contundente 7-5, 6-0 en su partido de 2º ronda.

Por último, y tal y como veníamos comentando en Compostimes, la rodilla de John Isner (15) preocupa. Su salud es precaria y en esta situación ni siquiera le ayuda disponer del mejor saque de todo el circuito. Su enfrentamiento ante el australiano Lleyton Hewitt fue un auténtico despropósito que ganó el menos malo: un Hewitt en plena cuesta abajo que disfruta de sus últimos coletazos a nivel profesional (6-7, 6-3 y 6-4). Si las circunstancias no cambian, le auguro una temporada nefasta que puede hacerle terminar el año incluso por debajo del top 30, si no al tiempo.

¡Y ahora Miami! ¡Que el tenis no pare!