Luis Noriega: “Ser amateur no significa hacer las cosas mal”

FOTO 1

© Lucía García Botana

Todavía faltaban unos minutos para la hora acordada cuando el teléfono comenzó a sonar. En momentos así no puedes evitar ponerte en lo peor. Imaginas algún desgraciado incidente, algún imprevisto de última hora que te obligue a cancelar la entrevista. Nada más lejos de la realidad. Luis Noriega (Oviedo, 1977) tan sólo llamaba para asegurarse de que no nos habíamos perdido. Poco después llegamos a la cafetería, un luminoso y agradable local situado en el centro de A Coruña. Nos recibió cordialmente, con una sonrisa cálida y risueña que apenas se desdibujó a lo largo de todo el encuentro. Estábamos a punto de comenzar cuando, después de mirar a ambos lados, Luis nos ofreció cambiar de mesa. Le preocupaba que el ruido ambiente enturbiase la grabación. Dejaba claro que no estábamos ante un entrevistado cualquiera. Luis se preocupa por los pequeños detalles. Sabe que, a pesar de los problemas y la falta de medios, las cosas hay que hacerlas bien. Luis es biólogo de profesión, pero su amor por el cine le llevó hace cuatro años a fundar la productora independiente CoolFilms. Esta asociación, creada por Noriega junto a sus amigos Jordi Santos y Marcos Martínez, nace como una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende promocionar la cultura audiovisual gallega. Su labor se extiende a todos los pasos de producción: desde la elaboración del guion hasta la puesta en escena y realización, así como la edición y montaje posteriores. Luis, que oficialmente es vicepresidente y secretario de la asociación, se encarga del guion y la dirección en gran parte de los proyectos. Hasta el momento han producido y estrenado: 9 cortometrajes, 3 mediometrajes, 2 vídeos musicales y un spot promocional. Con otros tantos proyectos en mente, y muchas ganas de llevarlos a cabo, parece que a CoolFilms todavía le queda mucho por hacer.

¿Qué es lo que lleva a tres amigos, con empleos tan alejados del mundo audiovisual, a lanzarse a esta iniciativa?

En mi caso se debe a la pasión que el teatro y el cine han supuesto para mí desde que era un niño. Yo empecé en grupos de teatro con 8 o 9 años, y ya cuando tenía 16 montamos en Asturias la primera asociación para crear cortometrajes. Empezamos con unas cámaras enormes, unas handycam de Sony que seguramente hayáis visto en algún museo. Para que os hagáis una idea, en el primer corto que grabamos utilizamos una cámara enorme en la que entraba la cinta de VHS ¡entera! Y un trípode que parecía para sostener una ametralladora de guerra. Era de locos (Risas). El caso es que yo veraneaba aquí en Galicia, dónde tenía mi grupo de amigos, entre ellos Jordi y Marcos, y cómo a los tres nos gustaba mucho el cine decidimos lanzarnos a hacer cortos. Cortos malísimos claro, como se empieza en estas cosas. Primero porque no tienes mucha idea, y segundo porque los medios de los que disponías dejaban mucho que desear…Era lamentable vamos, pero ahí sembramos la semilla. Siempre decíamos: “Si algún día tenemos dinero para comprar unos medios medianamente buenos, podríamos intentar hacer algo serio”. Durante unos años tuve que marcharme por motivos laborales, pero la vida nos permitió seguir en contacto y durante ese tiempo yo me dediqué a escribir guiones. Cuando regresé a Lugo nos volvimos a reunir y planteamos grabar un corto, esta vez haciendo las cosas bien. Con mil limitaciones pero con profesionalidad, separando funciones y demás…Rodamos el cortometraje “Viejos conocidos” y, después de presentarlo, a raíz de las opiniones del público, decidimos constituir CoolFilms.

¿Con qué objetivos y aspiraciones nacía esta agrupación?

Pues nacía como una asociación sin ánimo de lucro, al menos desde el punto de vista técnico e institucional. Como un proyecto, una iniciativa que pretendía aglutinar a gentes del audiovisual gallego, tanto profesionales como amateur, desde una línea independiente. Sabíamos que era complicado, pero muy ilusionante. La mayor parte de nosotros ni siquiera tenía estudios relacionados con el audiovisual, todo ha sido autodidacta. Sabíamos que había que pulir mil cosas, pero se podía conseguir. Utilizamos como árbitros a gente del audiovisual, que nos hacían el favor de echarle un ojo a los trabajos y decirnos: “Esto está bien” o “Esto es una mierda”. Es muy importante que te digan en qué fallas y qué haces bien. Lo bueno para que te anime (“Pues tampoco lo hacemos tan mal”), y lo malo para corregirlo. Un plano lo puedes hacer igual con un móvil que con una cámara de cine, lo importante es saber hacerlo. Saber verlo y encuadrarlo, mostrar algo al espectador. Transmitir sensaciones. Y luego ya hay cuestiones técnicas que es muy difícil solventar si no tienes economía. Había que mejorar los guiones, la producción, los medios técnicos, etc. Entonces fue cuando empezamos a incorporar actores de teatro. Contactamos con el grupo de teatro Achádego, que desde entonces colaboran habitualmente con nosotros, y les propusimos sumarse al proyecto. CoolFilms es una iniciativa basada en la idea de que entre todos podemos hacer algo desde aquí, desde Galicia. Yo ni siquiera soy gallego, pero he tenido la gran suerte de que, desde pequeño, mi padre me ha inculcado un amor inmenso hacia esta tierra. Él es gallego, mi mujer es gallega y mi hijo es gallego. Yo tuve la oportunidad de vivir cerca de Lugo durante muchos años de mi vida, y por eso me siento de aquí.

¿Por eso escogisteis Lugo como sede?

Sí, porque casi todos los miembros son de allí. Aun así, a pesar de tener nuestro origen en Lugo, si hablamos de número de aficionados es aquí en Coruña dónde más gente hemos tenido. Hemos llegado a reunir más de 300 personas. Las presentaciones en Lugo las veis siempre abarrotadas porque la sala de la Diputación tiene un aforo de aproximadamente 150 personas, pero aquí, siendo el doble, quedan muy pocas butacas vacías. Hay hasta gente de pie.

¿Y Santiago?

Santiago es un reto. Es una sede cultural, no sólo a nivel gallego, sino dentro del territorio nacional, y para nosotros es un reto apasionante. De hecho, ya estamos concretando fechas para estrenar trabajos allí.

Nacéis con la idea de promover la labor de artistas gallegos pero, ¿os referís solamente a actores o cualquiera que tenga una idea para un guion, o ganas de dirigir, podría contactar con vosotros?

En un principio estamos abiertos a cualquier persona que quiera colaborar. Sólo hay dos requisitos: Uno es pelear por lo de aquí. Esto no quiere decir que si un día quiere venir Robert De Niro a colaborar le vayamos a decir que no, al menos de primeras (Risas).  Pero el proyecto pretende fomentar la cultura gallega. No se trata de utilizar únicamente el gallego, porque nosotros utilizamos siempre los dos idiomas, sino de demostrar al resto de comunidades y países que aquí se pueden hacer cosas y buenas. Nosotros tenemos esa mentalidad, promover a la gente de aquí. Y la segunda condición es venir a comprometerse con el proyecto, no a acrecentar los egos individuales. A lo largo de estos cuatro años, igual que tienes experiencias buenas, también tienes alguna experiencia mala. Hablo de gente que viene, no para colaborar, sino para aprovechar el tirón que estamos teniendo en su beneficio. A nosotros nos escuchareis siempre hablar en plural. Hablamos de nosotros, de la asociación, y lo decimos de verdad. Yo no estoy presentando mi trabajo. Para nada. Estoy presentando el trabajo de un equipo de gente en el que yo hago una función concreta. Cada uno hace su labor.

FOTO 2

© Lucía García Botana

He oído que sois como una gran familia.

Es verdad. Los rodajes son una fiesta y siempre terminan, en la medida de lo posible, en una comilona regada con cualquier líquido hecho en Galicia (Risas). Es una cuestión del buen ambiente. Esto no se hace con idea de pasarlo mal, sino de disfrutar. Yo he estado en algún rodaje, incluso profesional, donde he visto cosas que me dan auténtica vergüenza ajena. Gente  discutiendo de una forma exagerada porque el maquillaje le refleja un poco. Pues mira, si refleja le dices a la persona que está maquillando si por favor lo puede hacer mejor, pero que nadie venga de listo. De verdad que tiene que ser así, tiene que ser una fiesta. Y hay que tener paciencia, concienciarse de que vamos a pasar unos días rodando entre amigos y el que viene puntualmente a colaborar tiene que pasarlo bien y disfrutar de lo que hace. En ese sentido, toda la gente de fuera que quiera colaborar será bienvenida, nosotros encantados. Siempre y cuando venga a luchar por el proyecto. Esas son las condiciones. No hace falta nada, solo ponerse en contacto con nosotros. Ir al productor y decirle: “Mira, tengo este proyecto”. Nosotros luego lo miramos y, en función de nuestro tiempo y medios, valoramos si es factible.

Con vistas de futuro, ¿tenéis en mente abandonar el status de “asociación sin ánimo de lucro” para profesionalizaros como una productora con beneficios económicos?

Ojalá. El status de organización no lo abandonaremos nunca, porque es la base del proyecto. Otra cosa es que CoolFilms pueda tener financiación externa para hacer un trabajo. Si aparecen tres mecenas que pongan pasta para grabar un largometraje, lógicamente, querrán tener sus beneficios. Confiamos también en poder llegar a tener fondos, sobre todo, de cara al cuerpo de actores y equipo técnico. Realizan un enorme trabajo, y qué menos que puedan compensarlo y cobrar por ello. Ojalá en un futuro tengamos fondos para pagar a todo el mundo. La gente vendría a trabajar por un sueldo y, en ese sentido, por supuesto existiría el ánimo de lucro, como es normal. Otra cosa es que de ahí se derivaran beneficios para la asociación. Eso no. La asociación y el proyecto existen por encima de eso.

¿Creéis que actualmente suponéis alguna clase de amenaza para esas productoras pequeñas, también independientes, que sí intentan vivir de esto, que no tienen ningún empleo a parte?

No.

¿Nunca habéis tenido críticas en ese sentido?

No, porque autoproducimos todos nuestros trabajos y no hacemos competencia desleal. Hemos tenido ofertas para grabar todo tipo de proyectos audiovisuales, desde videos de boda hasta videoclips. Todo pagado, obviamente. Pero nosotros eso no lo hacemos. En ningún momento hacemos una labor profesional para otros. Otra cosa es que alguien quiera grabar un guion, venga a nosotros, y lo llevemos a cabo colaborando. Pero no le pagamos a nadie, y mucho menos cobramos por ello. Lo hacemos si nos interesa y nos parece un proyecto interesante. No hacemos competencia a nadie. Los videoclips que tenemos han sido porque esos grupos nos ceden canciones para nuestros trabajos. Son rarezas que yo hago de vez en cuando. Grabar videoclips es algo que me gusta, me divierte, pero no es lo que hacemos habitualmente. Y  jamás hemos tenido una compensación económica que no sea la cesión de derechos sobre alguna canción. Los grupos con los que colaboramos para hacer nuestras BSO ceden sus canciones de forma altruista, y nosotros, también de forma altruista, les ayudamos con el videoclip. Pero ya te digo, no hacemos competencia a nadie. Te pongo un ejemplo: Hace un tiempo me ofrecieron 3.000 euros por hacer un vídeo de 2 minutos de un caballo. El negocio de la venta de caballos mueve mucha pasta, y estaban dispuestos a pagarme 3000 euros por un vídeo ridículo. Se trataba de grabar en un día un montón de planos del bicho en cuestión, y luego editarlo en dos minutos. Por supuesto dije que no. Le remitimos a una productora de Lugo, una empresa que sí se dedica a este tipo de trabajos. Siempre que tenemos ofertas de este tipo las remitimos a otras empresas. Yo no dispongo de tiempo para eso, ni me interesa. Es algo que no me apasiona.

La base de todos vuestros proyectos es buscar el “coste cero” ¿Cómo lleváis a cabo esta proeza? ¿Cómo conseguís atraer a toda esa gente que colabora con vosotros?

Pues es algo curioso. Cuando empezamos hace cuatro años pensábamos: “¿Pero quién se va a unir a esto? Si es una locura”. Y cuando empiezas a proponer cosas y a intentarlo en serio, ves que hay muchos dispuestos a comprometerse. Hay gente que, de primeras, se echa atrás pensando que todo el mundo va a decirle que no. Pues que te lo digan, pero inténtalo. Estas cosas hay que hacerlas bien, solicitándolas con seriedad. Hay quién va un día a la ventanilla, ve los trámites que tiene que hacer, y abandona. Sobre todo los temas de la Administración, que van muy lento. Igual lo pides hoy y tardan 3 meses en concedértelo. Todo eso lleva su tiempo y hay que hacer las cosas de forma seria. Cuando tú le presentas un proyecto a un actor, por ejemplo, no puedes darle un guion mal escrito. Debes presentarle un guion secuencial, bien redactado, con descripciones de los personajes y lo que quieres de ellos. A las instituciones debes presentarles un dossier, explicando quién eres y qué quieres hacer. Vas a la Diputación y pides una sala, que cuesta mucho dinero mantener, y todo esto hay que plantearlo y pedirlo formalmente.  Hay instituciones que quieren entablar una reunión primero, y por supuesto vamos y negociamos. A nosotros siempre nos han cedido los espacios de forma altruista. Ahora, también te digo que conocemos a gente que se los han denegado, y con razón. Hay personas que no tienen formalidad. Por nuestra parte, el apoyo que hemos encontrado ha sido excelente.

Eso en cuanto a las instituciones pero, ¿qué pasa con los actores y demás personal que colabora en CoolFilms?

Pues la Fundación TIC de Lugo es uno de nuestros principales apoyos. Hace dos años establecimos con ellos un convenio en el que se estipulaba que alumnos de la escuela podían venir a los rodajes a hacer prácticas con nosotros, y a la vez CoolFilms podía usar material de la escuela. Y la colaboración es fabulosa. Achádego Teatro es otro pilar fundamental. Es gente muy trabajadora, que se trae todo muy bien ensayado, desde el guion hasta las coreografías corporales. Es gente que actúa incluso cuando está quieta, y eso es fantástico. La clave está en buscar colaboraciones dentro de ese mundo. Yo creo en el mundo amateur, creo que hay gente joven que tiene mucha capacidad y talento, lo único que necesitan son oportunidades. Nosotros no ofertamos un beneficio económico, pero sí la oportunidad de practicar y ganar experiencia.

FOTO 4

© Lucía García Botana

Actores de renombre como Luis Iglesias, protagonista de la serie “Matalobos”, ya han trabajado con vosotros. ¿Tenéis prevista alguna otra colaboración célebre?

Hemos hecho alguna oferta y en principio ha sido aceptada, lo que pasa es que no nos gusta decir los nombres de la gente antes de que suceda. En eso somos muy discretos. Las celebridades, la gente que está a un nivel alto, tienen una agenda muy complicada. Muchas veces dependes de que ellos fijen el día que pueden venir e, incluso que te digan a última hora que no pueden. Por eso nunca se puede dar nada por supuesto, y aún menos publicitarlo. Con Luis, por ejemplo, tuvimos que quedar el único fin de semana que  él podía en todo un trimestre. Tenía una agenda complicadísima, pero estaba muy interesado en colaborar. Como te comentaba, cuando planteas una cosa bien la gente suele contestar. Habrá cuestiones que no se puedan hacer, por supuesto. Igual alguien está acostumbrado a que en cada pausa de rodaje le lleven un café, y aquí no se podrá hacer. Ni el nivel de producción ni el económico lo permiten. Pero nadie se ha ido nunca con el estómago vacío y sin las neuronas un poco alegres de nuestros rodajes (Risas). Cuando el propio Luis, que es un hombre acostumbrado a un nivel profesional alto, vino a rodar con nosotros, se marchó encantado. Nos decía incluso que le asombraba que, siendo amateurs, tuviésemos todas las funciones tan organizadas. Claro, es que ser amateur no significa hacer las cosas mal. Por eso digo que la base del proyecto es: “Vamos a hacerlo con los medios que tenemos, pero vamos a hacerlo bien, seamos serios”.

El éxito de plantear las cosas bien lo habéis dejado muy patente. Acabáis de financiaros un proyecto por crowdfunding, superando todas las expectativas. Háblanos un poco de “Eternia”.

“Eternia” es un proyecto enorme. Un mediometraje, ambientado en la Gallaecia del año 53 antes de Cristo, que mezcla leyendas celtas con reconstrucción histórica. Es el ejemplo claro de que cuando te pones a leer la historia de Galicia comprendes que “El Señor de los anillos”, en comparación, es una basura. Yo siempre he sido un estudiante de Ciencias, y la Historia nunca fue mi asignatura preferida, pero cuando empezamos con el guion de “Eternia” tuve acceso a un montón de bibliografía. Leí desde artículos científicos a estudios históricos. Y cuando lo examinas te das cuenta de que aquí tenemos de todo: Hay mitología, guerras, leyendas. No hace falta que te vayas a Esocia, todo lo que quieras lo tienes aquí. ¿Quieres leyendas? Las tienes. ¿Quieres asesinos en serie? ¿Hombres lobo? Los tienes. Aprovéchalo coño. Nosotros desarrollamos el guion a partir de una historia verídica, documentada, y lo enlazamos con una recreación histórica de cómo era la vida en la época. Añadimos una historia de lucha y amor, pero no hay nada que no esté sacado o recreado a partir de historia real de Galicia.

¿Y la idea de lanzarse al crowdfunding?

Pues es lo mismo de siempre. Se trata de buscar qué es lo que hace la gente del sector audiovisual independiente en todo el mundo. En otros países el crowdfunding no es algo novedoso, pero claro, aquí en España esa idea de mecenas que quieren poner dinero para una película no existe. No tenemos ni “Ley de Mecenazgo”, ni desgravación fiscal, ni nada…Aquí vivimos en la cultura de la subvención. Cuando hablas de productores en España realmente hablas de intermediarios de subvenciones, no de empresarios que se dedican a esto. El crowdfunding es el inicio, la punta de lanza de un nuevo modelo que está obligando a crear unas leyes que lo regulen. ¿Por qué nos lanzamos? Porque es muy costoso. Estamos hablando de un equipo técnico enorme: viene desde Madrid un grupo de gente que se dedica a la reconstrucción histórica, que han sido instructores de combate en muchas series y películas de renombre. Estamos hablando de gente que se va a desplazar desde Madrid hasta aquí, y no van a cobrar nada. Pero claro, hay que darles un alojamiento digno, una comida y demás. Estamos hablando de un equipo de producción de al menos 8 o 9 personas para controlarlo todo. Es una barbaridad. Además ¡vamos a estar en medio del monte! Son fincas privadas, todas cedidos o de nuestra propiedad, pero en medio del monte al fin y al cabo. Vamos a tener un equipo enorme y todo son costes. Cuando hablamos de “coste cero”, esto nunca es del todo cierto. Nosotros ponemos la pasta para grabar los trabajos. Siempre hacemos una pequeña inversión, pero en este caso la inversión era alta. Esos 2.000 euros que pedíamos por crowdfunding no cubren ni la décima parte del coste global del proyecto. Estamos hablando de algo serio, pero nos lanzamos a hacerlo con la intención de que sea un paso más, un peldaño más que nos abra nuevas puertas.

 A fin de cuentas uno de los objetivos que tenéis es llegar a rodar un largometraje. ¿Cómo avanza este proyecto?

Pues ya tenemos hechos 3 guiones, y los dossiers, sólo faltaría la planificación de rodaje. Pero claro, eso no tiene sentido hacerlo hasta que sepas que lo vas a llevar a cabo. Nosotros estamos seguros de que lo vamos a rodar, con nuestros medios o con otros mejores, pero lo vamos a grabar. Tendremos que adaptarnos y hacerlo de forma amateur, rodando en distintos fines de semana, porque la gente tiene sus trabajos. Pero todo tiene solución. Tenemos un guion en concreto que permite saltos temporales dentro de la historia, esa es una forma de hacerlo. Te diría que la iniciativa no puede quedarse en las palabras. Independientemente de que a veces no puedas hacer todo lo que tú quisieras, por falta de medios económicos u otros problemas, hay que seguir intentándolo. Hazlo, crea algo, muéstralo. Ten iniciativa, y luego evalúa los fallos. Fallar es bueno, equivocarse es bueno. Hay gente que hace un corto, tiene un fallo en sonido y ya lo tira todo por la borda. Hay que ver los fallos e intentar mejorarlos. Esa es la idea. Hay mucha gente con iniciativa pero que enseguida se diluye, y no hay nada que no se consiga con constancia. Excepto la quiniela (Risas). El resto te lo tienes que currar, seguir avanzando y progresando.

Hasta ahora, a excepción de “A Margarida” (un cortometraje en clave de comedia), la mayoría de vuestros trabajos tocan el thriller o el drama. Y tú eres el creador de casi todos… ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Sinceramente, abres un periódico y tienes todas las fuentes que quieras. Yo llevo guardando recortes desde el año 93. Voy recopilando noticias de prensa, las voy uniendo y les saco juego. Suelo recortar barbaridades y cosas que van pasando porque son los temas que me inspiran. Y no me gusta enmascararlos. Alguna gente que vio “Julieta” me decía al acabar: “Joder, me acabas de joder la semana”. Pero si esto lo tienes todos los días a la puerta de tu casa, otra cosa es que tú pases de largo, pero no me pidas que no te lo enseñe. Lo que ocurre además es que el thriller es muy comercial. Si le pides a la gente que escoja 10 películas para ver, probablemente 7 sean thrillers y 3 dramas. Algunos días prefieres ver al Schwarzenegger pegando hostias y liándose con la chica. A veces no quieres comerte la cabeza y te pones “La Jungla 14”, pero en general el thriller tira más a la gente. A mí me atrae la temática y tengo tendencia a eso. De todas formas, me gusta que haya más guiones, no sólo los míos. Jordi ha hecho un par, Marcos también hizo uno… El resto más o menos los he hecho yo porque ya tenía varios terminados, y me gusta mucho escribir. ¿Fuentes? Coge el periódico de hoy.

FOTO 3

© Lucía García Botana

Está claro que el método funciona, porque los éxitos son incuestionables. “Julieta” en concreto fue seleccionada para varios festivales internacionales.

Lo de “Julieta” ha sido increíble, ha llegado muy lejos. Lo enviamos a festivales de muchos países, como Noruega o Alemania, y siempre entró en selección. Eso ya es un éxito total. Un corto que a nivel técnico no está a la altura de lo que hacemos ahora, pero que sí ha gustado mucho a la gente. No ha llegado a ganar nada, pero entrar en selección ya es un premio bestial. Ojalá nunca ganemos ningún Goya, ningún Oscar, pero que el público vaya a ver todo lo que hacemos. Prefiero su veredicto.

Entonces, ¿vuestras expectativas de futuro no están en los festivales ni en los premios?

A los festivales hay que ir, porque es una forma de darse a conocer, de exhibir el trabajo y mostrárselo a los profesionales del cine. Por lo demás, es como si tienes un equipo en Primera División. Si nunca gana nada pero siempre entra en Champions, ¿eres un mal equipo? No, eres buenísimo. Nunca has ganado, pero juegas todos los años. ¿Qué más quieres? No todo el mundo puede ser el Madrid o el Barça. Pero el hecho de llegar ahí es increíble. Porque entramos en selección contra trabajos excelentes, que luego los vas a ver y te das cuenta de que en guion no tienes nada que envidiar. Te ves a la altura y eso, para mí, es jugar en la misma liga. A partir de ahí pues hay que pulir la táctica, hacer algún nuevo fichaje y, si tenemos suerte, de vez en cuando meter algún gol. Pero los premios no son sólo marcar, el éxito está en llegar a ese nivel de competición.

Dejando a un lado CoolFilms, ¿cuáles son tus aspiraciones personales?

A día de hoy son a corto plazo: terminar lo que estamos grabando y empezar a rodar “Eternia”. Así de sencillo. ¿Mi sueño? Poder llegar a profesionalizar el trabajo, pero sin perder nunca las raíces, la esencia ni el sentido del proyecto. He tenido ofertas para vender alguno de mis guiones por hasta 8.000 euros. Y me negué. Porque lo que quiero es hacerlo yo, con gente de aquí. Y se puede, porque hay mucho nivel.

Está claro que ganas sobran pero, ¿eres optimista respecto al futuro del sector audiovisual?

Sí, soy optimista por la calidad que hay de base. Pero los modelos que se han seguido en España hasta la fecha están totalmente agotados. No critico las subvenciones, que podrían estar genial. Lo que no puedes hacer es pagar cachés de 3 millones de euros con dinero público, porque entonces eso deja de ser una subvención y pasa a ser otra cosa…Este modelo está agotado porque se ha hecho mal. Mi idea de lo que es un productor va más orientado al mundo anglosajón. Aquí un productor es Antena 3, Canal + o Telecinco. El concepto de productora en España es casi un intermediario de subvenciones, y a veces se conceden por criterios no estrictamente profesionales. Si esto funcionase de otra manera, que un inversor privado pudiese invertir en cine, y convertirse en mecenas o empresario, se preocuparía de que el trabajo fuese rentable. Por eso creo en métodos como el crowdfunding. Gracias a esto hemos recibido mails de gente que se ha enamorado del proyecto sin apenas conocernos de nada. Pero este sistema requiere una regulación que todavía no existe. Por ahora es como si haces una recolecta entre amigos. Cuando quieres pegar el salto a una mayor profesionalización tienes que buscar mecenas que soporten más carga económica. ¿Qué ocurre? Que estos mecenas hoy en día no tienen una ley que les permita tener unos beneficios, una desgravación fiscal, y por eso no funciona.

Esto mismo nos lo comentaba hace unos meses Ángel de la Cruz, que también reclamaba la existencia de una “Ley de Mecenazgo”. ¿El problema es que aquí se desmotiva a los inversores?

Es la mentalidad. No hace falta irse a yankeelandia. Aquí en Francia tienen una “Ley de Mecenazgo”, con financiación privada y desgravaciones fiscales. Y es un cine con una calidad muy alta. Yo apuesto por eso. Lo que no puedes es crear una red clientelar de subvenciones, con gente cobrando cachés desorbitados a base de dinero público. Ahora ya está todo hecho un desastre: no hay dinero, se recorta en todas partes; se va a perder todo. No habrá término medio, ni para el cine de base ni para el de más alto presupuesto. Pero el ocio y la cultura pueden generar dinero. En el cine lleva haciéndose mucho tiempo. El problema aquí es que primero pagamos una película entre todos los ciudadanos, y luego tenemos que volver a pagar para verla en el cine. Eso en otros sitios no pasa. Un fulano pone pasta, y si hay beneficio se lleva su parte, como es normal. Lo que se hace en España es una especie de crowdfunding obligatorio, entre todos los contribuyentes, para después pagar sueldos que no son públicos. Nosotros apoyamos la otra vía, y creemos que es posible.

FOTO 5

© Lucía García Botana