Resacón en Bruselas

Con semblante serio y un cierto aire de solemnidad se plantaba Rajoy el viernes ante los periodistas al finalizar la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas. Poco duró el parecido con cualquier otra comparecencia de cualquier otro presidente, porque nuestro Mariano es así: siempre nos tiene alguna salida preparada para devolvernos a la realidad. Corto y bastante perezoso Rajoy pedía con educada clemencia: “No he dormido nada, no me pregunten demasiado, si hacen el favor“. Uno -sobre todo si es del Partido Popular- se imagina a los periodistas desbordados por la lástima, tapando los bolis y bajando las pantallas de los portátiles. Los teletipos en las redacciones sonarían más a plantón que a información: “oye, que el Presidente dice que está cansado, ¿lo dejamos para mañana o qué?”. Es el maravilloso mundo imaginario de un gobierno opaco. Una historia a la antigua, escrita a mano en cuaderno y enviada en sobre.

Al ver a Mariano Rajoy agitando la bandera blanca del cansancio me costó sofocar el recuerdo de la mañana de año nuevo, cuando uno abre la puerta de casa y se encuentra con sus padres ya en pie, frescos como rosas. Ese periodo en el que la dignidad bajo mínimos pelea contra la inmundicia post-party y cada palabra de una conversación es un martillazo directo a la sien: “¿qué tal la fiesta? ¿y el ambiente?”. Pensemos que Rajoy fue diplomático, porque pudo quedarse en un: “Europa nos apoya y tal… quiero irme a sobar, por favor“. Quién sabe lo que pasa en realidad en esas duras negociaciones europeas; quizá para Mariano fue un break, unas de esas minivacaciones que ahora están tan de moda. Porque en España se quedaban Bárcenas, Gürtel, las declaraciones de la renta, el paro… en fin, nos quedábamos todos. En España se quedaba España. Ya bastante ha hecho él con ir a la cumbre, como para que le exijamos que nos cuente de qué ha ido. A ver si nos vamos enterando, una cosa es presidir un Gobierno y otra cosa gobernar. Que cada uno escoja qué es lo que está haciendo el presi, que él ya lo tiene más que escogido.