Javier Fernández, un artista sobre el hielo

Cuando sale a la pista, sus patines dibujan un 10 sobre el hielo, la perfección hecha baile en los pies de Javier Fernández, el mejor español en la especialidad de toda la historia. Reciente ganador del Campeonato de Europa de Zagreb con una actuación brillante, sorprende con 21 años al mundo entero, deslizándose por el agua helada como si fuese el salón de su casa. Dentro de un año, si todo sale bien, estará en Sochi en busca de la gloria olímpica, intentando repetir los éxitos invernales de los hermanos Fernández Ochoa.

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Javier Fernández nació en Madrid en 1991, un 15 de abril en el que una madre daba a luz a un pionero. Después de que su hermana se apuntase a patinaje después de verlo por televisión, él decidió seguirle los pasos y aún a pesar de haber practicado fútbol o tenis, su decisión era clara. El Club Igloo sería la sede de sus primeros pasos sobre el hielo, cuando contaba con tan solo 6 años, bajo la atenta mirada de sus entrenadores Carolina Sanz e Iván Sáez. Más tarde, se vio obligado a mudarse a otra pista en Madrid y comenzó a ser entrenado por Jordi Lafarga en el Club Circus Villalba. Poco después, volvería junto a Lafarga al Club Igloo.

Una evolución inminente

Tras quedar segundo en el Campeonato de España de 2006, en el 2007 participó por primera vez en el Campeonato del Mundo y en el de Europa, donde fue 35º y 28º, respectivamente. En esa campaña sí logró su primer título nacional y destacó en las competiciones júnior que se celebraban a lo libre de Europa bajo la banda sonora de ‘Dragón: La historia de Bruce Lee’ -programa corto- y de ‘El Padrino’-programa libre-.

Su primer gran salto profesional fue en 2008, cuando empezó a entrenarse con el expatinador ruso Nikolái Morozov, en las pistas de Hackensack (Nueva Jersey, Estados Unidos), Tallin (Estonia) y Canillo (Andorra). Con la música de ‘Requiem for a Dream’ y ‘La Misión’ de fondo, Javier participa en eventos de gran relevancia como el Gold Spin de Zagreb, donde consigue quedar en decimotercer lugar. Todo ello mientras sigue conquistando títulos nacionales.

La gran carta de presentación la escribió en 2009, cuando llegó hasta el undécimo lugar del Campeonato de Europa con tan solo 18 años. Un español entre franceses, belgas y participantes de los países del Este, un rara avis. Y fue en esa misma temporada cuando en Los Angeles, como si de una película de Hollywood se tratara, entró en el top-20 internacional, siendo decimonoveno en el Campeonato del Mundo al compás de las notas de ‘Entre dos aguas’ y ‘Matrix’.

De los Juegos al estrellato

El deseo de todos o casi todos los niños que sueñan con hacer del deporte su vida es probablemente acudir a unos Juegos Olímpicos. Javier Fernández lo cumplió en 2010, cuando viajó a la ciudad canadiense de Vancouver (Canadá) tras 54 años de ausencia de un patinador español en una competición de tal calibre. El guipuzcoano Darío Villalba participó en Cortina d’Ampezzo en 1956 con 16 años de edad, finalizando en la decimocuarta posición de unas Olimpiadas donde solo acudieron nueve españoles.

El madrileño quedó decimocuarto en Vancouver con 18 años, después de sumar 206.68 puntos, con 68.69 en el programa corto. Curiosamente utilizó Misión Imposible para ese ejercicio, dos palabras que parecen estar fuera del diccionario del patinador en todo momento. También usó la BSO de Piratas del Caribe -para el programa libre-, caracterizada perfectamente en la pista con un traje de bucanero. Completó el año con un octavo puesto en el Campeonato de Europa, adelantando, si cabe, lo que ocurriría durante la segunda década del siglo XXI.

JavierFernandez_Vancouver_EFE

El invierno de 2011 supuso su última etapa con Morozov, su prepador. Con él alcanzó por primera vez la décima posición (218.26 puntos) en el Campeonato del Mundo que se celebró en Moscú entre el 25 de abril y el 1 de mayo. Fue la última competición con el ruso, pues Javier Fernández pasó a manos del canadiense Brian Orser, también expatinador y olímpico en Sarajevo 1984 y Calgary 1988.

Su estreno no pudo ser mejor. Después de conseguir sendas medallas de plata en las prestigiosas Skate Canada International y en la Rostelecom Cup, en diciembre se convirtió en el primer español en clasificarse para el Grand Prix Final, donde además subió al podio –bronce- quedando tras Patrick Chan y Daisuke Takahashi. Sin embargo, el año 2012 no pudo empezar como acabó el anterior. Tras un buen programa corto en el Europeo –fue cuarto-, tuvo varios fallos en las combinaciones de saltos de programa libre y bajó hasta la sexta posición final. Algo parecido a lo que le ocurrió en el Mundial, donde después de ir quinto, los errores del libre hiceron que su posición final fuese la novena –a pesar de todo, la mejor de su carrera-.

Una temporada de película

En el verano se quedaron atrás las canciones ‘I Love Paris’ y ‘Petit Fleur’, además de una selección de óperas de Giuseppe Verdi. Fue la hora de ponerse ‘La máscara del Zorro’ para comenzar a colgarse del cuello medallas de oro internacionales, uno de los pocos retos que le faltaban. Y eso fue lo que ocurrió en el Skate Canada, donde derrotó al número 1 e ídolo local Patrick Chan, tanto en el programa corto como en el libre. Asimismo, fue cuarto en el Trofeo NHK y pudo acudir por segundo año consecutivo al Grand Prix Final, donde bajó un puesto con respecto a la temporada anterior al acabar cuarto. Sin embargo, en esa prueba, dentro del programa libre, incluyó por primera vez tres saltos cuádruples, con dos Salchows y un toeloop.

Javier Fernández llegó a la cima de la montaña el 26 de enero de este 2013. Se proclamó Campeón de Europa en Zagreb, con una actuación que dejó con la boca abierta al mundo entero, en la que superó todas sus plusmarcas personales. En el programa corto finalizó en segunda posición con 88.80 puntos, tan solo superado en el último instante por el francés Florent Amodio. Como había ocurrido en otras ocasiones, el español realizó una primera parte de la competición impecable y solo le quedaba demostrar lo mismo en el programa libre.

El Dom Sportova de la capital croata se silenció para escuchar las teclas del piano de la banda sonora de las películas de Charles Chaplin. Bailando en blanco y negro y marcando los pasos de Charlot sobre el hielo, el pionero artista madrileño rozó la excelencia subido a sus patines. Los 24 puntos de diferencia con Amodio y los 30 con el checo Březina en el libre revelan la diferencia que existió el sábado en Zagreb. Sumó 274.87 puntos, que le sirven para mirar con otros ojos el Campeonato del Mundo que se celebrará en marzo en Londres.

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«Yo creo que en el patinaje sobre hielo es impresionante ver como poco a poco evolucionas en saltos, piruetas o series de pasos, la sensación de cómo puedes controlar otra una superficie como el hielo en la que realmente no has nacido, la sensación de la velocidad cuando patinas y sobre todo, todas las sensaciones cuando ganas un campeonato o haces buenos programas después de tanto trabajo hecho todos los días. Realmente es muy satisfactorio.», Javier Fernández.