Aperitivo ligero del All-Star

Como cada año el fin de semana de las estrellas ha llegado a la NBA. Como es costumbre los más jóvenes han sido los encargados de abrir el fuego intentando mostrar que no son meras promesas sino que son una gran camada capaz de transformarse en los “jugones” del futuro.

El “Rising Stars Challange” es siempre el pistoletazo de salida a los tres días más espectaculares del año baloncestístico, la reunión de lo mejor de lo mejor del mundo del baloncesto promete año tras año dejar boquiabiertos a los espectadores que abarrotan las gradas del estadio, en esta ocasión el Toyota Center de Houston, sin olvidar las millonarias audiencias que miran con atención a estos tres días de grandes emociones y momentos inolvidables.

Una vez más el foco se sitúa primero en los más jóvenes, los jugadores de primer año “Rookies” y los que se encuentran en su segundo año en la NBA “Sophomores” se enfrentan buscando mostrar quienes son los mejores entre las jóvenes promesas de la liga. Hasta hace tan solo dos años este enfrentamiento se hacía directamente entre promociones, los jugadores de primer año contra los de segundo. Debido a que estos partidos acababan transformándose en infumables pachangas más parecidas a concursos de mates, piques y jugadas suicidas, el comisionado de la liga decidió buscar un formato más atractivo. Para ello dos leyendas del baloncesto conocidas tanto por su calidad en la pista, como por su habilidad frente a las cámaras, y sus enfrentamientos en la pista y fuera de ella. Charles Barkley y Shaquille O´Neal se transforman en los capitanes de dos conjuntos en los que se mezcla lo mejor de cada promoción.

En esta edición “Sir Charles” se decantó por jugadores como: Kenneth Faried, Ricky Rubio o Anthony Davis. Mientras Shaq apostó por Kyrie Irving, Chandler Parsons o Damien Lillard.

El resultado de la contienda no difirió demasiado de las pachangas que año tras año se suelen contemplar, ambos equipos contaban con mejores jugadores de perímetro que interiores lo cual favoreció un “run and gun” con jugadas de todos los colores, desde jugadas supersónicas de menos de cinco segundos que terminaban en la línea de tres sin mediar ni tan si quiera un pase, entradas suicidas que terminaban con el balón doblado a un jugador exterior o asistencias por la espalda o bajo las piernas para dejar solo al compañero. El resto de las jugadas fueron entradas prácticamente suicidas a canasta, “Alley-Ops” desde cualquier posición de la pista y de forma excepcional también se pudo ver algún mate tras rebote, siendo lo más escaso las jugadas mínimamente elaboradas ya que ver más de cuatro pases por jugada se hizo una odisea. La falta de intensidad defensiva, la escasez de bloqueos o jugadas con un poco de elaboración transformó este partido en un aperitivo descafeinado sin mayor emoción, ni tan siquiera en el marcador ya que el equipo de Barkley gozó de cómodas rentas durante la totalidad del evento. Los 28 puntos de diferencia finales son un fiel reflejo del control del marcador que ejerció su equipo durante los 40 minutos que duró el partido.

Aunque como todos los partidos tuvo sus buenos momentos. La intensidad de Kenneth Faried, elegido a la postre MVP del enfrentamiento, los mates de Shved, la buena mano en el triple de gente como Isaiah Thomas, Nikola Vucevic o Irving o las bonitas jugadas protagonizadas por Ricky Rubio sirvieron para animar un poco un partido que sin duda no pasará a la historia.

Sin lugar a dudas el momento cumbre del enfrentamiento fue el pique protagonizado por Brandon Knight y Kyrie Irving. Durante algo más de dos minutos el partido se transformó en un enfrentamiento directo entre ambos jugadores. Esta pequeña batalla comenzó tras una falta del jugador de Detroit a Irving que motivó al número del Draft del año pasado a buscar a Knight en la siguiente jugada. En este lance Irving mostró todo su talento realizando una jugada de muy bella. En ella realizó un par de fantásticos “crossovers” y tras pasarse el balón por debajo de sus piernas, este movimiento dejo desequilibrado a Knight que no pudo hacer más que dar con sus huesos en el suelo mientras el balón salía de las manos de Irving, esta jugada terminó con el balón entrando limpio en la canasta. La revancha del  joven “Bad Boy”  no se hizo esperar, en la jugada posterior anotó un gran triple a tabla a pesar de la buena defensa realizada por su rival. El pique se prolongó durante alguna jugada más pero lo mejor ya se había producido en los primeros 30 segundos de la contienda.

Como es habitual en estos partidos los últimos minutos sirvieron como un pequeño concurso de mates casi como aperitivo de lo que se puede ver en la madrugada del sábado. Un año más el “Rising Stars Challange” sirve como entrante del All-Star ya que deja al espectador con hambre de buen baloncesto tras un ágape del todo insuficiente y la sensación de que los jóvenes jugadores pierden una buena oportunidad de darse a conocer entre los espectadores menos habituales del baloncesto. Por suerte el menú del fin de semana parece mejorar, con uno de los concursos de mates que mayores expectativas atrae desde los últimos años al contar con figuras de la especialidad como Green o White. Mientras el concurso de triples se presenta igualmente interesante con un cartel nada despreciable en el que sobresalen tiradores de la talla de Irving, Curry o Novak. Como en toda comilona lo mejor parece estar concentrado en los platos principales ágape, ya saben este es el fin de semana de las estrellas de la NBA ·”Where Amazing Happens”.

Imagen de portada sacada de: basket4us.com