Querida Jo, el nacimiento de una historia

El origen de Harry

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Imagen Oficial de jkrowling.com

Junio de 1990, Joanne Rowling viaja en un tren desde Manchester hasta Londres cuando, en un momento de lucidez, una imagen aparece en su cabeza: un niño que, con once años, recibe una misteriosa invitación para entrar a estudiar en una escuela de magos. Surgía entonces la base de lo que más tarde serían Harry Potter y la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. “Fue el viaje más largo de mi vida. No tenía nada para empezar a escribir, ¡ni siquiera un lápiz de ojos!”, diría años más tarde la escritora.

Entonces regresó a su casa y empezó a escribir el primer boceto del primer volumen de la saga; todo esto en completo secreto, sin hacer partícipes de nada ni a familiares ni a amigos, lo que con el tiempo le pesaría mucho, pues unos cuantos meses después de empezar a escribir la historia, su madre fallecía a los cuarenta y cinco años víctima de esclerosis múltiple. De este fatal desenlace surge la idea de la muerte de los padres de Harry y la aparición del espejo de Erised (Oesed para los hispanohablantes). En muchas entrevistas le han preguntado qué vería ella si se viera en este espejo, y la respuesta siempre es la misma: “vería a mi madre, y le contaría todo sobre Harry, ¡y sobre sus nietos!”.

Tras la muerte de su madre, Rowling decide poner tierra de por medio y se marcha a Oporto, donde empieza a dar clases de inglés para adultos. Allí se casó por primera vez, con el portugués Jorge Arantes, padre de su primera hija: Jessica. Tras un matrimonio lleno de altibajos, Joanne se divorcia y regresa a Edimburgo a finales de 1993, donde subsiste en un pisito gracias a una pensión que apenas si le llegaba para pagar el alquiler y la comida del bebé.

Retoma en estas fechas la labor de acabar el primer manuscrito de “La Piedra Filosofal”, escribiendo en el pequeño café de su cuñado, ahora lugar de peregrinación para todos los fans de la saga, cuando la pequeña Jessica se decidía a dormir. Es entonces, según declaraciones de la propia autora, cuando aparecen por primera vez en el mundo Potter las figuras de los huraños duendes de Gringotts y los terroríficos dementores.

En una de esas tardes de cafés y escritura, Jo se decide a enseñarle el primer borrador terminado a su hermana, Dianne, quien la anima a enviarlo a las editoriales. En 1995, empieza a mandar los manuscritos de “Harry Potter y la Piedra Filosofal” a todas las editoriales que se le ocurren. La mayoría de ellas no se molestan en contestar, y las que contestan dan respuestas negativas. Sin embargo, y como todos sabemos, esta historia tiene un final feliz, y aunque se hace esperar, finalmente llega la editorial interesada en publicar el libro: en junio de 1997 Bloomsbury Children’s Books publicaba “Harry Potter y la Piedra Filosofal”. Nacía un hito en la literatura moderna. Y la fiebre Potter se desataba.

La fiebre Potter

En el 2000, con el cuarto libro de la serie, “El Cáliz de Fuego”, a punto de salir a la luz, empiezan las negociaciones para llevar a Potter a la gran pantalla. El nueve de agosto del 2000, Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson hacían la primera prueba juntos y se convertían, ya de manera irremediable, en la encarnación del trío inseparable: Harry, Ron y Hermione.

GRINT RADCLIFFE WATSON ROWLING

Jo junto a los actores principales de las películas: Rupert, Daniel y Emma

La franquicia crece y crece: siete libros, tres libros complementarios (“Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos”, “Quidditch a través de los Tiempos” y “Los Cuentos de Beddle el Bardo” se publicaron con fines benéficos y ahora son casi imposibles de encontrar), ocho películas (¿quién no se quedó con cara de sota al ver la decisión de dividir en dos “Las Reliquias de la Muerte”?), miles de webs hechas por fans que especulaban y analizaban la salida de cada libro y película (Leaky Cauldron ha sido admirado en numerosas ocasiones por la propia Rowling, y HarryLatino, la mayor comunidad a nivel hispano, filtró varios días antes de su salida la portada española del séptimo libro), … y, de alguna forma, sigue creciendo.

Pero no todo han sido ventajas para la autora. Pese a nadar en la abundancia, ser una de las mujeres más poderosas del Reino Unido y haber recibido múltiples galardones, Rowling ha tenido que pagar un precio muy caro a cambio: su privacidad. La prensa se ha volcado con ella de manera excesiva “¡han llegado a husmear en mi basura y se han atrevido a entrar en el colegio de mis hijos!”, ha declarado, furiosa.

Otro de los problemas de la gran popularidad de la saga fueron las filtraciones. Además de la ya comentada filtración de la versión española de la séptima portada por HarryLatino; durante verano del 2007 la, para muchos mitiquísima, web Spanish Hallows llevó a cabo un trabajo que movilizó a todos los fans de habla hispana. “Harry Potter and the Deathly Hallows” se publicó el 21 de julio de 2007 en inglés, mientras que la salida en español no estaba prevista hasta febrero de 2008. Pues bien, tres días después de la salida de la edición inglesa, el libro aparecía traducido íntegramente al castellano en Spanish Hallows. En pocas horas la web fue eliminada, pero ya era tarde: miles de fans habían tenido tiempo de sobra para descargárselo en su ordenador y difundirlo por todo internet. La noticia tuvo tal calibre que llegó a salir publicada en medios de todo el mundo. No obstante, “Las Reliquias de la Muerte” rompió récords de ventas, siendo el libro que más rápido se había vendido hasta la fecha.

Potterheads: los fans siguen la historia

¿Terminaba aquí la historia? Para nada. Aunque las aventuras de Harry en el papel habían acabado, todavía quedaban tres películas por salir a la luz, la noticia de la creación del parque temático en Orlando ya estaba extendida, Rowling estaba preparando “Los Cuentos de Beedle el Bardo” y había prometido sacar, en un futuro, una “Enciclopedia Pottérica”. A esto habría que añadir los documentales (“JK Rowling: a year in the life”), películas sobre su vida (“Magic Beyond the Words: The JK Rowling History”), juegos de mesa, merchandising… y los fans. Mientras los fans (autodenominados PotterHeads) siguieran tirando de Potter, la historia no se acababa: campamentos, reuniones, fiestas, libros fans… ¡Cuánto revuelo ha habido con los libros fans!

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Rowling posa junto a los fans en el estreno de El Misterio del Príncipe

Algunos tienen el apoyo de la autora, como “Dear Harry”, publicado el año pasado, que recoge cartas de agradecimiento de los lectores de habla inglesa y todos los beneficios van destinados a la organización Lumos!, creada por Rowling para los niños necesitados (en 2013 los fans hispanos sacarán la versión “Querido Harry” con los mismos fines). Otros como “La Trilogía de Draco”, de Cassandra Clare (autora de “Cazadores de Sombras”) han pasado sin pena ni gloria. Nada que ver con “La Guía Secreta de Harry Potter”, del español Cronista de Salem, que después de la segunda edición quedó prohibida la impresión de más copias; o con la polémica enciclopedia fan “Harry Potter Lexicon”, que tras un largo proceso judicial no consiguió salir a la luz.

En julio de 2011, con el estreno de la última película de la franquicia, tras las lágrimas y los discursos de los actores, el director, el productor y Rowling, sí que parecía que era hora de empezar a cerrar una etapa. Pero Rowling nos tenía algo más preparado: ese mismo verano aparecía Pottermore.

Magia más allá de los libros: Pottermore

Pottermore se presentaba como una web interactiva, en la que se irían liberando de forma paulatina los capítulos de los siete libros con “extras”: análisis de los lugares, origen de los personajes, bocetos de la propia Jo, … una versión a gran escala de la antigua jkrowling.com. El funcionamiento principal es simple: te registras en la web y haces un examen de acceso que te asignará a alguna de las cuatro casas (Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff o Slytherin). Desde entonces tendrás que ir ganando puntos para tu casa. ¿Cómo? Avanzando en la historia: haciendo pociones, batiéndote en duelos, buscando la snitch dorada… aunque, eso sí, todo desde tu ordenador. Y como guinda del pastel, la casa ganadora de la copa tendría un premio (hasta ahora, el premio ha sido tener acceso antes que las demás casas a los capítulos de los siguientes libros).

Pero esto no era todo. Tenía que tener algo  más. Inicialmente se lanzó una versión beta a la que sólo tendrían acceso un millón de usuarios. ¿Te parecen muchos? ¡El primer día la web se colapsó debido a que los fans superaron con creces este número de visitantes!

¿Y qué había que hacer para ser beta? Lo convirtieron en un juego, un juego digno de la Copa de los Tres Magos. Durante siete días, una hora cada día (y nadie sabía qué hora), aparecería en la web una pregunta (“¿Cuántas Reliquias de la Muerte hay? Multiplica esta cifra por 7”). Al introducir la respuesta, la web nos redirigiría a otra página (aparecieron desde la web de Sony hasta la portada de la edición digital de un periódico inglés) donde tendríamos que encontrar la pluma de fénix. Al clicar en ella, aparecía una casilla en la que escribiríamos nuestro mail. Desde entonces solo quedaba esperar a la “lechuza” que traería nuestro e-mail con el link de acceso.

El día elegido para el inicio del juego fue el 31 de julio, como no podría ser de otra manera (fecha del nacimiento de Rowling y Harry). A las doce de la noche, las redes sociales echaban humo “¡no aparece nada!” “¿estoy haciendo algo mal?”, se repetía constantemente. Y #Pottermore Trending Topic durante todo el día. Como consecuencia, miles de fans en vela toda la noche de manera inútil: la pregunta no aparecería hasta el mediodía siguiente.

pottermore - expreso de hogwarts

Captura de pantalla del capítulo “El Expreso de Hogwarts” en Pottermore

Al cabo de un tiempo la web se abrió para todo el mundo, y todos tuvieron acceso a esta nueva-vieja aventura, pero la emoción del principio había pasado. Esos siete días de acertijos y especulaciones habían sido el momento álgido del proyecto.

Siete días en los que la magia volvió a aparecer, siete días en los que los fans, ahora mucho más creciditos, dejaban de lado toda madurez para volver a sumergirse en el mundo de las escobas voladoras y los elfos domésticos, siete días en los que el mundo Potter volvió a estar tan vivo como años atrás. Siete días de vuelta a casa.

La generación Potter

Veinte años después de la salida del primer libro, la generación Potter (nacidos entre 1980 y 1994), que creció soñando con recibir cartas vía lechuza, con merodear por los pasillos de un viejo castillo encantado, con aprender hechizos que limpien los platos, con conducir un viejo Ford Anglia volador y  con atravesar las paredes del Andén 9 y ¾, se ha hecho mayor. Ya no buscan boggarts en los armarios, ni marcan el 62442 en las cabinas telefónicas (si no lo entiendes, no eres un auténtico PotterHead), ni mucho menos esperan mover objetos con un “¡Accio!”. Viven pendientes de no dejarse asfixiar por la crisis, de no morir aplastados por las responsabilidades y les aterra el futuro como si este fuera el peor dementor de todos. Ya no tienen tiempo ni ánimos de recordar a su viejo amigo Harry.

Por suerte, todavía quedan muchas más generaciones Potter por llegar. Niños demasiado pequeños para cargar un libro cuando salió el primero, y otros que todavía no son más que proyectos de bebé. Niños que abrirán por primera vez el libro y se ilusionarán con la primera descripción de Hogwarts, y llorarán con la muerte de los personajes más queridos, y buscarán en su buzón esa carta el día de su onceavo cumpleaños, y soñarán con visitar Hogsmeade, y con entrar en Ollivanders. Todo por primera vez. Como nosotros una vez lo hicimos. Y entonces, la historia volverá a empezar. Una vez, y otra, y otra, y otra… con una nueva generación. Porque este es uno de esos libros que perdurará imperturbable al paso del tiempo. Por esa historia llena de aventuras y enseñanzas que nos dejas, y que otros continuarán, querida Jo, muchas gracias.

Y termino citando a la misma Rowling, “No story lives unless someone wants to listen… The stories we love best do live in us forever. So whether you come back by page or by the big screen, Hogwarts will always be there to welcome you home”.