Juan Del Río, un director gallego en Sundance
Juan Del Río es un joven director de cine que nació en A Coruña en 1988. Después de ganar algún festival en este país fue seleccionado para una master class que impartía la Ghetto Film School de New York. Se ganó el premio a mejor alumno gracias a su trabajo de final de curso, un cortometraje llamado “Pool”. Debido a esta producción Juan Del Río acudirá a Sundance, el festival de cine independiente más importante de Estados Unidos. Es el director de cine gallego más joven que ha logrado ir a este evento. Compostimes trae hoy en exclusiva esta noticia acompañada de una extensa entrevista a este joven director.
Ibas para abogado, pero llega un día en el que decides abandonar derecho y dedicar tu vida al cine. ¿Por qué?
Mi obsesión con el cine empieza cuando veo “Parque Jurásico” siendo muy pequeño. Me quedo alucinado. Entonces pienso: “Lo que yo quiero hacer es esto, no sé como se llama ni cómo se hace, pero a lo que yo me quiero dedicar es a provocar en la gente el efecto que he visto en la sala”. Mi madre me empezó a decir ya desde entonces: “Hijo, el cine está muy bien, pero necesitas hacer algo más real para tener un trabajo de verdad”. Así fue que acabé entrando en derecho. Tardé seis meses en darme cuenta de que aquello era un error. La vida pasa, y no quería arrepentirme con 40 años de haber hecho una carrera que no me gustaba y tener un trabajo que aborrecía. Tuve una “catarsis” y supe que en la vida o te arriesgas o no vale la pena. Prefiero fracasar que quedarme pensando “Que hubiera pasado si…”. Abandoné derecho y me metí en la Escuela Gallega de Cine.
¿Es entonces cuando empiezas a hacer cine? ¿O ya habías rodado antes?
Desde siempre. La gente que se dedica al cine lo ha hecho toda la vida. Las inquietudes siempre salen por algún lado. Hacía películas con cámaras que le robaba a mis familiares y los actores eran mis amigos, hermanos, primos… A esa edad ya empiezas a aprender muchas cosas, empiezas a saber qué cosas funcionan en el lenguaje del cine y cuáles no.
De todo lo que sabes de cine, ¿Qué porcentaje le otorgarías a lo que has aprendido en la Escuela?
Depende. Realmente yo no sé si sé de “cine”. Lo que sé es contar una historia a mi manera. Esta escuela no se dedica a enseñarte cine, sino a decirte cómo hay que hacer para poder contar lo qué tu quieras y del modo que a ti te gusta narrarlo. Si tú no quieres hacer películas, nadie las va a hacer por ti. Por entrar en una escuela como esta no vas a empezar a hacerlas. Pero en este lugar descubres aspectos importantes a la hora de trabajar. Conoces a gente y te rodeas de personas a las que les apasiona lo mismo que a ti. También es muy relevante aprender a recibir críticas. Gente que sabe más que tú te dirá lo que es bueno y, sobre todo, lo que es malo: “Este trabajo es pésimo, esta película falla por esto y esto, este actor es penoso…”. Esas críticas enmendarán los errores del futuro. Hay que aceptarlas y aprender a filtrarlas. Saber cuáles sirven para aprender y cuáles son para hacerte daño.

Me reuní con Juan en una plaza de Coruña donde antiguamente uno de los cines más importantes de la ciudad exhibía historias, el cine Equitativa.
¿El cine tiene una misión? ¿Debe entretener? ¿Debe transmitir algún mensaje?
El cine es un método de comunicación, por lo que la película tiene que ser lo que deseen los autores. Personalmente prefiero contar una historia y que ella se convierta en vehículo de otras cosas. Es decir, que la segunda y tercera lectura que tú le hagas a la película… se la hagas tú. Tiene que haber una participación proactiva del espectador, que la película no esté mascada. Es lo que me interesa. Creo que es importante que exista todo tipo de cine, porque existe todo tipo de personas. Si la peli es interesante encontrará su público.
Del cero al diez, ¿Cómo es el estado de la industria cinematográfica en nuestro país?
Yo soy bastante outsider. No me han dado nunca una subvención ni he recibido dinero de la industria nacional, por lo que no conozco el tema de primera mano y no sé realmente como está. Siempre se dice que está mal. Conozco gente que está metida en la industria de este país y me cuentan que no pasa por su mejor momento. Las oportunidades que yo he tenido han sido siempre del extranjero. Para mí el problema esencial es el cambio de modelo. Creo que hay que apoyar a la juventud, pero no sólo en referencia a las personas jóvenes que se quieren dedicar a esto, sino a los emprendedores y plataformas más innovadoras de producción, distribución y exhibición.
¿Está estancado el negocio en el pasado? Cuando aparecen películas como “Celda 211”, “Ágora” o “Grupo 7” se suele oír “Esta película no parece española”. ¿Por qué?
Esa frase empieza a quedar desfasada. Estamos viviendo una época en la que el cine español está perdiendo el miedo a convertirse en cine “comercial”, en un cine que gusta a la gente. Un cine que gana más premios que nunca y que arrasa en taquilla. Hace un mes fui tres semanas seguidas al cine a ver en cada ocasión películas españolas, algo que no recordaba haber hecho nunca. Y las tres me gustaron. Esta es la prueba del cambio.
Si hace una década esto no pasaba, ¿cuál ha sido el motor de esta evolución?
Que ahora hacen películas los que se han criado con un cine más mainstream. Es un cine que se acerca más a sus sensibilidades, a lo que ellos veían cuando eran pequeños.
¿Son peores las películas mainstream?
Son diferentes. No quiero que parezca que soy un defensor del cine comercial. No me gusta esa palabra. Todas son comerciales porque ninguna película se hace para perder dinero. Normalmente se pone esta etiqueta a aquellas que buscan únicamente recaudar, como puede ser “Transformers”. Para mí ese cine también tiene encanto. Lo que yo prefiero es un cine comercial que aporte algo más. El mejor ejemplo que me viene a la cabeza es “Invasor”, una película española que vi hace poco y que funciona a nivel palomitero pero que también permite una lectura para un público que busque algo a mayores. Todos estos ejemplos provocan que mucha gente que se dedica al cine desde hace tiempo tenga miedo. Se me ocurren personas importantes en la industria del país que critican y desprestigian este cine español actual. Tienen miedo a perder su estatus. Se ven relegados a un segundo plano porque sus historias ya no interesan a nadie, y ellos los saben. Se ven obligados a renovarse y eso les da pavor.
Te seleccionan para Sundance. En este momento ni siquiera se ha hecho público. ¿En qué inviertes el tiempo estos días antes de pillar el vuelo a Utah (lugar donde se celebra el evento)?
Estoy montando mi último cortometraje, “Señuelo”, un thriller de ciencia ficción. Es un poco experimental, ya lo veréis, es totalmente diferente a “Pool”. Pero sobre todo tengo la cabeza ocupada en lo que me espera la semana que viene. Irme a Sundance es algo que aún no me creo. Estrenamos “Pool” hace seis meses, en internet conseguimos 30.000 visitas en 12 horas y la Ghetto Film School (que fue la escuela que patrocinó la master class en la cual presenté el corto) decidió enviar mi trabajo a este festival para que se exhibiese.
¿Cómo te avisan de que vas a ir a uno de los festivales de cine más importantes del mundo?
Vía e-mail. Cojo el móvil y veo que el remitente es la Ghetto Film School y el asunto “Congratulations”. Después de reanimarme (risas) ya pude leer el correo: “Vendrás cinco días al festival con todo pagado, etc.” Llamé a mi equipo y no se lo creían. Es más, pensaban que me habían entendido mal. Todos lo fuimos digiriendo poco a poco. Tengo muchísimas ganas de ir, es una oportunidad irrepetible. Tengo 24 años y pensar que voy a presentar mi trabajo en el festival de cine independiente más importante de Estados Unidos es alucinante. Además, tengo pase para ir a ver otras películas… Mi freak interior también está muy contento por esto.
Hoy en día el país donde tienes
que ser visible es internet.
Una vez cumplido el sueño de ir, ¿qué objetivo te gustaría ver hecho realidad allí?
Conocer gente que esté en una situación similar a la mía. Compartir con ellos experiencias y saber como está la industria en otros países. Pero sobre todo, aprovechar esta ventana para hacerme visible de puertas para afuera. Actualmente las películas que haces tienen que ser lo más internacionales que puedas. Hoy en día el país donde tienes que ser visible es internet. El trabajo que realizamos mi equipo y yo tiene que conocerse para conseguir, como segundo paso, que le interese a alguien.
Hablas de tu equipo… ¿es siempre el mismo?
Siempre escribo los guiones con Jose Iglesias. El 50% de “mis” historias son suyas. El sistema de trabajo que tenemos hace que en nuestros guiones uno sea el padre y otro la madre. Generalmente también producimos entre los dos. Usamos el dinero de los sueldos que alguna vez hemos tenido para realizar películas.
¿Tienes una deuda moral con tu equipo si das el salto como director en el extranjero?
Sí, por supuesto. Trabajo con el mismo equipo desde siempre, y hemos hecho una apuesta unos con otros. Aquí si ganamos, ganamos todos.
¿Saber que vas a Sundance te ha cambiado la perspectiva de cómo trabajar?
Espero que no. Me voy unos días, pero después vuelvo. Obviamente esto va a influir en mí, y voy a conocer a nuevas personas. Pero… ¿me planteo un cambio de objetivos en mi carrera? ¿En mi modo de trabajar? No.
¿No te anima esto a irte al extranjero? ¿No es un empujón?
Lo que me ha provocado es sobre todo la idea de internacionalizar los cortos. “Pool” está rodado en España pero en inglés. “Señuelo”, mi nuevo corto, va por esa línea. Si te digo que está rodado en Alemania te lo creerías. Esto lo hacemos desde hace dos años y Sundance es una señal de que ese es el camino.
Si internet es el futuro…
No no, internet es el presente.
…Si internet es el presente, e internet no tiene fronteras… ¿Se acaba la cultura localizada? ¿La cultura gallega, la cultura española…?
No lo creo. La gente siempre es de algún sitio. Tu trabajo siempre refleja de donde eres. Internet es una plataforma, es un gran altavoz. Pero no por eso se pierde el lugar que te ha forjado.
De aquí a diez días estás en Sundance. ¿Dónde estarás de aquí a diez años?
Yo soy muy fan del Homer inventor. No sé si te acuerdas pero hay un capítulo de Los Simpson donde Homer tiene dibujada una línea del tiempo para compararse con Edison y poder inventar grandes innovaciones con una edad similar. Yo también lo hago. Pienso “a mí edad Spielberg estaba rodando capítulos de Colombo, Orson Welles preparaba Ciudadano Kane…”. Es un tema que me obsesiona un poco. Dentro de diez años… ¡Quién sabe! Espero haber rodado un largometraje, o varios (risas).
¿Te rendirías algún día?
No. La cuestión es que llega un momento en el que la realidad llama a tu puerta. Hay que vivir de algo… Si yo trabajase y no viese frutos evidentes, lo dejaría. Por ahora he tenido guiños del destino que me indican que voy por el buen camino: algún festival que he ganado, lo de exhibir Pool ante Robert de Niro, lo de Sundance… De momento no puedo quejarme.
Dices que has podido rodar “Pool” gracias al dinero que ganaste trabajando. Concretamente, en un tarot. ¿Qué se aprende en un programa de tarot?
Me ayudó a entender que es importante saber cuando decir no. Hay que luchar por un sueño y adaptarse a todo, pero con cuidado. Hoy aceptas dirigir un tarot porque te pagan bien y te deja tiempo para dedicarte a tus cosas, pero a lo mejor en unos años eso se convierte en tu vida. Conocí allí una persona que entró como yo de forma provisional porque pagaban muy bien pero que se acabó olvidando cual era el objetivo principal, convirtiéndose ese trabajo provisional en su vida. Si ahora mismo estuviese currando allí y me apareciese lo de Sundance… ¿Iría a Utah aunque perdiese el trabajo? Por supuesto. Pero… dentro de diez años, ¿Me arriesgaría a quedarme en la calle por ir unos días a un festival de cine? Ahora mismo soy un inconsciente y prefiero arriesgarme y caerme. El verdadero fracaso es no intentarlo.
¿El día que se pierde la inconsciencia empiezas a despedirte del éxito?
El día que se pierde la inconsciencia has perdido las ganas de soñar. Te empiezas a autoconvencer: “Realmente ir a Sundance no es tan importante” “Voy a ir allí y no sucederá nada con mi carrera”. Empiezas a enfocar tu vida de forma más negativa. Ser un soñador es compatible con ser realista. Lo importante es no ser un cenizo.
¿Para qué sirven los premios? Los goya, los oscar… ¿Es política? ¿Son importantes?
Sirven para reconocer el trabajo de la gente y darle más carrera comercial. Sí, son importantes. Yo sigo todos los festivales y la película que ganó Sundance el año pasado la vi, precisamente, porque ganó Sundance. Te da una importancia y relevancia nada despreciable. La relevancia siempre es buena. Tener relevancia es positivo siempre que sea por premios… Por polémicas ya no tanto.
Hablando de polémicas… Blancanieves tuvo una fuerte promoción gracias a que Kristen Stewart se lió con el director de la película, engañando a Pattinson… ¿Es todo teatrillo?
Tanto como si es premeditado como si no, a mí es esta relevancia mediática la que no me gusta nada. Conseguir promoción a través de temas que no pertenecen al ámbito cinematográfico no me atrae en absoluto.
Un director gallego que ha dado el salto es Rodrigo Cortés, ¿qué es lo que hizo “clic” en su carrera?
El salto fue gracias a su película “Buried”. Es un gran ejemplo de lo que hablaba antes sobre el nuevo cine español. La película es estupenda y tiene relativamente bajo presupuesto. La forma en la que Cortés narra la historia provoca que en Hollywood alguien dijese: “Aquí hay algo, yo estoy interesado en lo que este hombre puede hacer”.
¿El cine en 3D es una evolución como lo fue pasar de blanco y negro a color?
La cuestión aquí es: ¿Te olvidas de que estás viendo una película en 3D cuando llevas cinco minutos? Si la respuesta es sí, es buena señal. Lo importante de un formato es que no te acuerdes de él cuando pasa un tiempo. Si en el minuto 30 en tu cabeza te estás diciendo “Qué 3D tan excelente” significa que la película no tiene interés. No hay que centrarse en el formato. ¿Es un avance? Es otro camino.
¿Morirán los actores con la creación digital de personajes?
No. Siempre habrá actores. Quizá no de la forma en la que los vemos ahora. Llegará un momento en el que el actor no necesite parecerse físicamente a su personaje para interpretarlo. En unos años un chico blanquito de Queens podrá interpretar a un hombre africano de dos metros. Pero siempre hará falta un actor.
¿Crece así la libertad en los actores?
Exacto. Yo creo que los efectos digitales son el nuevo maquillaje. Es una nueva herramienta. Es mucho más interesante tener un actor que interpreta al Rey Goblin que tener que hacerlo desde cero a ordenador, le otorga capas que de la otra forma no tendría.
En el rodaje se graban las palabras,
pero en el montaje se crea la frase.
Desde Orson Welles hasta George Lucas siempre se han quejado los directores de que no tener derecho a meter mano en el montaje es quitarle parte del poder al director sobre el resultado final. ¿Cómo consideras de importante el montaje?
El montaje es la película. El montaje es lo que provoca cómo quedará todo. En el rodaje se graban las palabras, pero en el montaje se crea la frase. Una de las bases del cine es la fórmula A+B=C. De donde tenías A (un plano) y B (otro plano) sacas una C (la conclusión del espectador) que solo la da el montaje.
¿Cuándo está una película acabada? ¿Qué opinión te merecen las ediciones extendidas después del estreno, o que George Lucas edite Star Wars treinta años más tarde?
Hay un director que dijo una vez que las películas no se estrenan, se escapan. Tú estás montándola y llega un día en el que hay que estrenarla. Es muy complicado decir en algún momento “Esto se ha acabado”. Cuando una película se estrena deja de ser “tu película” y pasa a ser “una película”. Blade Runner se estrenó con un montaje determinado y después se convirtió en un clásico. Después hubo cuatro remontajes… Así que en mi casa tengo cinco versiones de la película. ¿Cuál es la buena? ¿Cuál es la obra maestra? El problema es que de alguna manera con esas revisiones constantes erosionas el mito. Star Wars está en el Instituto de Cine Americano convirtiéndose así en parte de la historia de Estados Unidos. ¿Qué versión es parte de la historia? ¿La del 77? ¿La del 97? ¿La del 2001? ¿La que está en 3D? Yo entiendo que esta gente quiera cambiar su obra, porque yo me veo 20 años después de estrenar una película pensando en cómo la mejoraría. El problema de revisionar es la erosión del monolito.El problema de las revisiones es que cambiar el monolito, aunque sea para intentar mejorarlo, en cierta manera es un deterioro.
¿Cuáles son tus ídolos cinematográficos?
Todos los directores son humanos y han cometido errores, aún así hay autores que cuando estrenan yo estoy en primera línea esperando para ver su obra. Steven Spielberg es una de mis deidades, es un genio. No creo que esté descubriéndole a nadie esto, pero considero que es un artista por múltiples motivos: por haber conseguido llevar a tanto público al cine, por cómo cuenta la historia, por cómo mueve a los personajes, su utilización expresiva de la cámara, cómo usa la música… Un tío que ha logrado estar 40 años en la cresta de la ola es porque algo tiene. David Fincher también me gusta mucho. Tarantino y Christopher Nolan son otros dos que no me pierdo nunca. Kubrick es incontestable. Españoles me quedo con Álex De la Iglesia, Amenábar, Juan Carlos Fresnadillo y Rodrigo Cortés.
De todas las películas que existen, ¿cuál te gustaría haber firmado?
Me viene a la cabeza “Seven”. Te podría decir “Ciudadano Kane” pero es muy típico. También “Pulp Fiction”. Soy consciente de que nunca haré una película como estas. Es imposible. Un error que mucha gente comete es querer hacer una película que ya existe. Tú haz las tuyas, ya te saldrá algo parecido en calidad si tienes suerte. Inspírate en ellas, imita lo que otros hagan. Bebe de las referencias que te gustan. Pero no intentes hacer lo mismo.
Ya que hablas de imitar y copiar a otros. ¿Qué opinas de la piratería? ¿Qué es piratería?
La gente que trabaja en el cine, en las editoriales, en la música… tiene familia y tienen que comer. El problema de la cultura libre es que es un concepto que a veces se usa de forma demagógica. Hay personas que creen que la cultura no debe venderse. Pero en el nivel práctico, la gente tiene que comer para vivir. Pienso que es necesario un cambio de modelo. Hace falta un cambio en la mentalidad de los consumidores y también en los creadores de contenidos. El cine puede ser cultura, sí, pero también es negocio. Es un equilibrio delicado pero necesario.
¿Deben ser dobladas las películas?
Con el doblaje tengo el alma partida. Soy muy friki del doblaje, me gusta saber quién dobla a quién e intentar identificarlos. Es tópico decirlo pero en España tenemos un doblaje muy bueno. Aún así, yo intento verlas en versión original. Hay sutilezas que sólo se aprecian con la voz del propio actor. Es un tema complicado porque hay actores que me gustan más oyéndolos con su doblador que con la voz original.
¿Bruce Willis y Ramón Langa?
No voy a decir qué actores. En resumen: tengo un dilema. El doblaje es un servicio público para aquellos que quieran ver las películas en su lengua materna. Es un derecho. Pero por este derecho algunos pierden el suyo a verlas con voces originales. Aunque, no nos engañemos, me da que cuantitativamente hay una mayoría de público que prefiere las películas dobladas.
¿Cómo consigues que actores como Luis Zahera, Patxi Bisquert o Terele Pávez trabajen en tus cortometrajes?
En mi experiencia con ellos he visto que los actores más conocidos siempre están dispuestos a colaborar en aquellas historias que les interesan. Si la historia les gusta y tienen un hueco para hacerlo, suelen participar.
Que triunfes en el futuro, ¿depende de ti o depende de la suerte?
Decían en “Match Point” que nos da miedo pensar qué gran parte de nuestro destino depende de la suerte. Yo creo en la suerte, que es encontrarte un euro por la calle; pero también en la buena suerte, que es la que te curras tú. Hay que trabajar mucho y creo en el esfuerzo, aunque en ocasiones hay que estar en el lugar idóneo en el momento correcto.