Los Goya e Internet

Una mariposa amenaza en Twitter con agitar las alas y desata una tormenta en Facebook; no hace falta ni que las mueva. La importancia que han adquirido las redes sociales, en especial las dos citadas, está alcanzando cotas jamás imaginadas por el ser humano. Fue precisamente en la red de microblogging donde el director de cine Jaume Balagueró, artífice de Mientras duermes y coautor de las dos primeras entregas de la saga REC, tuvo que explicarse por culpa de una de las manías más universales, especialmente si el maniático en cuestión es un periodista: el ansia de hacer tornado sin tener siquiera el aleteo de la mariposa.

Balagueró tuvo la inocente idea de bromear con un periodista mientras se encontraba en Lisboa, pero cuál fue su sorpresa al día siguiente cuando se despertó y la broma se había convertido en noticia. “Balagueró advierte de que los Goya corren peligro”, titulaba el ABC. El director de Para entrar a vivir explicaba así la situación en su Twitter personal:

Hablando con un periodista en Lisboa sobre las pocas pelis que se están rodando en España, le dije de broma que a este paso la próxima edición de los Goya no van a tener suficientes pelis para llegar a las nominaciones y van a tener que aplazarlos… Y hoy me despierto y leo en todas partes: “Balagueró advierte que los Goya corren peligro por la escasez de películas”. ¿Perdón? Pues eso, que lo dije de broma. Pero parece que el periodista no lo pilló.

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O no lo pilló, o le hacía falta rellenar páginas. Este no es el primer caso en el que un director de cine ve reflejadas como noticia seria las palabras que dijo en tono humorístico. Ya le sucedió, años ha, a Kevin Smith, al hablar del remake de Tim Burton de El planeta de los simios. El director de Nueva Jersey, hablando con un periodista amigo suyo, dijo que una escena de la película había sido robada de un cómic de su autoría y que pensaba emprender acciones legales. Y se rio. Sin embargo, no había ni rastro de las risas cuando el artículo fue publicado y, naturalmente, Burton montó en cólera.

Afortunadamente, hoy en día las víctimas de interlocutores con escaso o nulo sentido del humor (o con ansias de tornados) pueden explicarse abiertamente en las redes sociales. Sin embargo, la que parece no adaptarse a las nuevas tecnologías es la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, lo que ha creado un nuevo debate en Twitter.

Diamond Flash, la genial ópera prima de Carlos Vermut, que se estrenó en Internet a través de Filmin, no pudo optar a la candidatura a los premios Goya por no haberse estrenado en salas de cine antes que en la red. Las bases de los premios lo dejan bastante claro:

Las películas que, en cualquier versión, hayan tenido su primera exhibición pública o distribución mediante cualquier procedimiento distinto a la exhibición en salas comerciales, no serán elegibles para los Premios Goya en ninguna de sus categorías. Esto incluye emisión televisiva, vídeo doméstico y transmisión por Internet.

De la quema se ha podido salvar Carmina o revienta, el muy solvente primer trabajo detrás de las cámaras de Paco León, nominado a mejor dirección novel. La película se estrenó simultáneamente en Internet, cines, dvd y televisión a la carta, así que técnicamente no tuvo su primera exhibición pública mediante “cualquier procedimiento distinto a la exhibición en salas comerciales”, ya que todos los canales fueron el primero.

Carlos Vermut, según afirmó en Twitter, era conocedor de este aspecto de las bases de los Goya cuando decidió estrenar la película en Filmin. Como él mismo dijo, sería absurdo hacer una película underground y luego quejarse de que no está en los Goya, por no hablar de que muchos de los que criticamos su ausencia en los premios de la Academia la conocimos gracias al portal de cine online.

Pero una cosa es que a Vermut no le importe no optar a los Goya, y otra muy distinta que la Academia no sepa adaptarse a la realidad en la que vivimos. Y a pesar de que Álex de la Iglesia dijo, cuando presidía la Academia, que Internet no es el futuro, si no el presente, se conoce que los señores académicos aun no han comprendido que porque una película se estrene en Internet no es menos película, aunque para ellos no sea digna de optar a nominación.

Todos somos internautas. La realidad por el momento y probablemente por un tiempo demasiado largo es que Internet no forma todavía parte de la actividad económica del cine. No dudamos que va a formar parte esencial de la misma en el futuro, pero ese futuro todavía no ha llegado.

Estas palabras fueron pronunciadas por el actual presidente de la Academia, Enrique González Macho, en la pasada edición de los Goya. Lo que resulta paradójico es que este señor, según Wikipedia y otras páginas de Internet, es el dueño de Filmin. Además, es el propietario de la cadena de cines Renoir y tiene a sus espaldas una larga trayectoria como productor cinematográfico, por lo que resulta evidente que González Macho es conocedor de los entresijos de la industria y de dónde procede el dinero. Sin embargo, la pregunta que uno se plantea es qué se valora en los premios de la Academia: ¿la calidad de la película en campos como la dirección, fotografía, guión, vestuario, música, es decir, aspectos puramente artísticos —incluyendo el premio a mejor dirección de producción, porque la producción, según cómo se mire, también es un arte—, o su modelo de distribución y comercialización?

En definitiva, me remito a lo dicho por Nacho Vigalondo en Twitter: “Lo importante de cara a los Goya es que algún día puedan estar nominadas películas sin estreno en salas como Diamond Flash.” Eso sería un gran paso por parte de la Academia para favorecer que el cine se adapte a ese nuevo modelo de distribución y comercialización que es Internet.