Juanito Muehlegg, “igual que los otros”

Diciembre, es la hora de los deportes de invierno. La nieve empieza a cubrir algunos de las estaciones de esquí. Los amantes de estas actividades tienen su oportunidad en los pocos meses que dura el estado óptimo de las pistas. Curiosamente, a pesar de que hay gran afición en España no hay una gran cantidad de deportistas de élite en este tipo de deportes. El poco tiempo que dura el frío puede ser una causa, o los pocos medios con los que se cuenta, como le sucede a Ander Mirambell, el catalán que hace skeleton y se tiene que buscar la vida para poder practicarlo al no disponer de pistas en España.

Participando en los JJOO de Salt Lake City en 2002

Los hermanos Fernández Ochoa fueron otros galardonados. El mayor, Francisco, conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Sapporo en el 72. Veinte años más tarde, Blanca conseguía el bronce en los Juegos de Albertville. Ambos lo hicieron en esquí alpino, en slalom más concretamente. Más reciente, está María José Rienda, que también en esta especialidad le metió el gusanillo  a más de uno con sus grandes resultados, seis victorias en pruebas de la Copa del Mundo. En sus participaciones en los JJOO no pasó de un sexto puesto, conseguido en dos ocasiones (Salt Lake City ’02 y Turín ’06. Sin embargo también hubo alguien que cambiara la concepción que se tenía del esquí de fondo, también llamado nórdico. Ese fue Johann Mühlegg.

Nacido en Alemania, tras participar representando a su país de nacimiento en tres Juegos Olímpicos, en el año 1999 decidió adquirir la nacionalidad española. El principal culpable de su cambio de nación fue Juan Jesús Gutiérrez, fondista español, con el que tenía buena relación. El cambio de nacionalidad tuvo un ingrediente base, la mala relación de Johann con la federación alemana de esquí.  Tras ser retirado del equipo y ser readmitido, llegó un momento en que fue expulsado definitivamente. Ahí decidió dar el paso de cambiar de país para el que competir.

Tras sus primeros éxitos, se le puso apodo, uno muy español: “Juanito”. Siguiendo esa ley no escrita de españolizar los nombres de todo aquel nacionalizado que consigue algún éxito. Tan sólo dos años después , en la Copa del Mundo disputada en la ciudad finlandesa de Lahti en 2001, ya se hacía con dos medallas. Una de oro en la prueba de 50 km y plata en los 10 km persecución. Empezaba el reconocimiento en los medios españoles para Johann. El esquí nórdico ya dejaba de ser aburrido por la simple presencia de un “español” que nos hacía partícipes de esas victorias por el simple hecho de estar viéndolo desde nuestras casas.

Un año después de esa Copa del Mundo de Lahti, se disputaban los Juegos Olímpicos de Salt Lake City. Johann era favorito a medalla en varias pruebas. Consiguió nada más y nada menos que tres, todas de oro. Las dos primeras (30 km freestyle y 10 km persecución) vinieron acompañadas de algo que Johann considera muy especial, las llamadas para felicitarle tanto del Rey Juan Carlos como del presidente del gobierno, por aquel entonces, José María Aznar.

Con las dos primeras medallas de oro conseguidas en Salt Lake

Días más tarde, en la última jornada de los juegos, Muehlegg conseguía el oro en la prueba reina del esquí de fondo, los 50 km. Muchas horas de esfuerzo, de sacrificio, en cada uno de los entrenamientos daban sus frutos. Tres medallas de oro en unos Juegos. Apenas sin tiempo para celebrarlo con familia y amigos, se confirmaba los descalificación en esa prueba por dar positivo en la substancia Darbopoetin Alfa. Aún así, mantuvo sus dos primeras medallas. Hasta el año 2004, cuando el COI, llevado por el TAS, tuvo la decisión de quitarle las dos primeras. Del todo a la nada. De la gloria al infierno. En España no se daba crédito de lo que había pasado. Los medios apoyaron a Johann Muehlegg, pero su historia, como otras muchas, cayó en el anonimato. Ahora más de 10 años después de esos Juegos Olímpicos, no deja de ser un referente en el esquí español, un pionero en el esquí de fondo.

En 2009, ya con el tema más que olvidado, Jordi Évole “el follonero”, decidió charlar con él entre la nieve. Con su habitual estilo de humor tomó ese encuentro con el esquiador, y a la pregunta de si se sigue defendiendo de que no tomó nada respondió:

“Sí o no, igual que los otros”

El esquiador intentó continuar tras la sanción de dos años y tras ser desposeído de todas sus medallas olímpicas. Quería participar en Turín en el 2006, pero no pudo. Finalmente decidió poner punto y final a su carrera deportiva, en la que pasó de ser admirado por todos a ser detestado por algunos. Realmente, ha hecho mucho por el esquí de fondo en España, dónde a partir de la etapa de Muehlegg, se ha empezado a trabajar más la cantera. Desde luego, ya sea por las emociones que nos hizo vivir en las épocas invernales, Johann “Juanito” Muehlegg será recordado como un grande del esquí en nuestro país.