“Hola, soy David Guapo ¡el de la tele!”

Cuando sonríes se contraen 15 músculos faciales, el diafragma y otros músculos del pecho, así como el abdomen. La frecuencia cardíaca se dobla, aumenta la presión sanguínea, la respiración se hace más rápida y profunda, se liberan hormonas y se activa el metabolismo. No sabes muy bien el por qué, pero tu boca se abre, tu cerebro se despeja y se emite un sonido único y especial: la carcajada. Dicho de esta forma, parece que se trata de todo un esfuerzo físico o mental (sí, de esos a los que todos solemos escapar). Sin embargo, la risa es un fenómeno que engancha, que deja en la persona una sensación de juventud y renovación y que ayuda a olvidar esas partes de la vida no tan adictivas y gratificantes.

La risa se puede considerar como un placer al alcance de todos, pero… ¿y si además fuera tu trabajo? Vale que artista se nace, no se hace, pero poder ganarte la vida haciendo reír a los demás y a ti mismo a la vez es el sueño de cualquiera. Aún así, como todos sabemos los sueños, sueños son, y la profesión de cómico o monologuista no es para todo el mundo. Se trata de gente con encanto natural, que más que conocimientos o ser el gracioso del grupo, tiene lo que se dice carisma. Así llegó David Callejón un 30 de enero de 2011 al Club de la Comedia, programa de humor de La Sexta. Nadie conocía a ese chico con risa contagiosa y apariencia despistada que nos enamoró a todos con sus canciones y el  “Amor actualizado”. Esa misma noche llegó a ser trending topic en twitter, y al día siguiente todo el mundo hablaba del chico gracioso y guapo. De apellido. Así es, para los más despistados estamos hablando de David Guapo, el creador de éxitos como “tkm amr mío”, también colaborador en programas como Sé lo que hicisteis…, El Hormiguero, Buenafuente, o el chico que se inventaba canciones en el programa de radio “Ya te digo”. Tras abandonar su vida como cantautor, David decide volcarse en lo que parece ser “su profesión de origen”: el humor. Y no le está yendo nada mal.

David Guapo en el teatro principal (Santiago de Compostela)

El pasado miércoles 5 de diciembre, el Teatro Principal de Santiago de Compostela colocó una butaca en su escenario y encendió su foco para recibir a David Guapo. De apellido. Ya se sabe que la risa gratifica, pero no es unidad de pago. O sea que los asistentes pagaron su entrada para mover sus 15 músculos faciales, el diafragma, otros músculos del pecho y el abdomen durante aproximadamente 2 horas. Ya sea como sustitutivo del gimnasio, por simple ocio o por enamoramiento hacia el protagonista, no quedó una butaca vacía en el gran teatro en ninguna de las 2 sesiones que se ofrecieron. ¿No había crisis?, ¿lo del cine no era un atraco a mano (des)armada? Parece que el público conoce sus prioridades y que el fenómeno antes descrito, conocido como risa, no se reserva a terrazas con amigos. Es un bien de primera, segunda o tercera, pero de gran necesidad. Yo misma acudí el pasado miércoles al teatro principal, me senté en el asiento asignado, y vi volar dos horas de mi noche como si fuesen cinco minutos. Una carcajada, al igual que muchas otras sensaciones, viene, cumple con su cometido y se va, transformándose en un recuerdo simple bueno o malo. A pesar de todo, esos momentos van creando montañas y se apilan formando la vida de una persona. No puedo enumerar uno a uno los chistes allí contados, pero sí la sensación que me llevé a casa, que hizo que mereciera la pena el precio pagado.

Su acuñado verbo “frunjir” y su guitarra fueron los clásicos acompañantes. Pero, además de un repaso por los sucesos de actualidad en España, la improvisación y la simpatía personal tuvieron un valor importante. Llamar por teléfono al padre de una de las asistentes anunciándose con un: “¡Hola! Soy David Guapo, ¡el de la tele!”, o incrementar (y lo digo en un sentido literal) las ganas de mear de dos de los asistentes, son muestra de ello. Eso sin contar la ya conocida habilidad para inventar canciones con palabras sueltas como pueden ser carallo o becerra.

¿Os estoy dando envidia? Era mi intención. Pero siempre podréis localizarlo en las numerosas actuaciones que está dando por toda España. Y si esto de reír no os parece como para pagar dinero, os diría que revisarais un poco vuestro orden de prioridades.