“En la derecha hay tontos y listos pero la represión la llevan en el ADN”
José Miguel Monzón Navarro (1955), más conocido como El Gran Wyoming, estuvo en la sala Sónar de Santiago de Compostela con motivo del concierto de su grupo de rock “Wyoming y los insolventes”. Iniciado desde muy joven en la música y licenciado en medicina, este hombre polivalente dedica su vida profesional al programa de humor satírico de La Sexta, “El Intermedio”, con el que viene de cumplir 1000 programas en antena. Hemos tenido la oportunidad de entrevistarlo durante media hora, en la que nos ha contado su visión sobre la sociedad actual, la crisis y la política.
Te dedicas a la música, estudiaste medicina y ahora ejerces como periodista. ¿Es este intrusismo el principal problema de los medios de comunicación como muchos creen?
No, lo que pasa es que yo no trabajo de periodista. Yo hago un personaje que hace como si fuera periodista. En este caso, trabajo de presentador en un programa que lo hacen periodistas y que da un repaso a los medios de comunicación. El trabajo de periodista no lo hago yo, lo hacen otros.
Y dando ese repaso a los medios de comunicación y creando tanta controversia, ¿alguna vez te has sentido presionado políticamente?
No, no. Lo único son las consecuencias. A mí me lo van a hacer pagar, de esto estoy totalmente convencido. De una forma o de otra, en cuanto puedan. Que me van a hacer la vida imposible lo tengo claro porque vivimos en un país muy cainita. Hay una anécdota de don Manuel Fraga Iribarne, recientemente fallecido. La Unión de Actores da unos premios anuales y con aquello de la guerra de Irak los artistas dieron la cara, los artistas y otros muchos estamentos del país, pero éstos tuvieron una actividad muy destacada porque para los medios de comunicación son más golosos. Ese año los premios se iban a dar aquí, en Santiago, pero don Manuel Fraga Iribarne los prohibió y dijo “yo no pago dinero para que me insulten”. Este es el gran error de este país; lo decía completamente en serio como si el dinero fuese suyo. Esta gente se cree que esa pasta que pagamos los ciudadanos con nuestros impuestos es suya y que entonces pueden hacer con ella lo que quieran, tan pronto se la meten en el bolsillo, que lo hacen todo el rato, como la ministra a un colega. Y es una puñetera vergüenza. Y esto me lo van a hacer pagar y ya está, este es el país en el que vivimos.
¿Y realmente nunca, ni siquiera con el caso Quim Monzó cuando te suspendieron el programa por miedo a las críticas hacia la Casa Real? ¿Tampoco en ese momento te sentiste de alguna manera presionado?
No, es que ahí no hay presión, directamente te ponen en la calle. No te presionan para que digas una cosa distinta de la que quieres, es, o haces lo que te digo o te vas a la calle. Hasta luego. Pero sí, ha habido veces que sí. En concreto, El Peor Programa de la Semana se quitó porque invitamos a un señor que en Cataluña trabaja en los medios, no es que trajéramos a un terrorista encapuchado o como han hecho en algún programa que te sacan a un violador. Este señor trabajaba en un programa de la televisión pública catalana TV3, además, escribía en dos periódicos y también trabajaba en una radio. Un escritor al que ese mismo año le habían dado el Premio de las Letras Catalanas, que aquí sería como Francisco Umbral, que en paz descanse. Y es que todavía creemos que estamos en una democracia y nos queda mucho por andar. Aquí se dan cosas por hecho que en Europa son totalmente inadmisibles; lo que han hecho a la llegada al poder con los informativos de la televisión pública, echando gente a la calle… Esto no se consiente ni en Alemania ni en Inglaterra, quien se va a la calle al día siguiente es quien lo dice.
Entonces, ¿se están perdiendo libertades en los medios de comunicación?
Hombre, las consecuencias son claras. Son personas que han hecho, desde mi punto de vista, un trabajo extraordinario. Y no solo porque lo diga yo, sino que durante dos años consecutivos los profesionales de los medios de comunicación de todo el mundo dieron a la Televisión Española, a la 1, el premio al mejor informativo del mundo, y el pago que le han dado estos señores es ponerlos en la calle. Eso es una vergüenza, sin más. Yo cuando hablo de lo triste que es esto, por ejemplo. En una cena con amigos me dicen “bueno, ¿y qué esperabas?”. ¿Cómo que qué esperaba? La gente lo tiene completamente asumido y esto es totalmente intolerable. Es lo que pasa en Telemadrid, que es una cadena absolutamente vergonzosa, ni siquiera trabajaba al servicio de un partido sino al de la presidenta. Cuando Esperanza Aguirre se postulaba para cargarse a Rajoy y ponerse ella, Telemadrid hizo una campaña brutal contra Rajoy al que directamente llaman tonto. Esta señora tenía una televisión que pagamos todos los madrileños y la usaba como órgano de propaganda. Esta gente trabaja en este país como si fuera una S.L., ellos trabajaban como si España fuera su cortijo. No entienden que los trabajadores públicos están al servicio de los ciudadanos que somos quienes les pagamos.
Realmente ahora, con el PP en el Gobierno, estamos perdiendo libertades en general, no solo en el ámbito de la información…
Claro, estos señores esto lo llevan en el ADN. En la derecha hay tontos y listos pero la represión la llevan en el ADN. Nuestra derecha no viene de la democracia, viene del fascismo. En España hubo una dictadura y es el único país donde el fascismo triunfó; después de la guerra civil estuvo cuarenta años, primero porque la guerra supuso una limpieza brutal, aquí no había pintores, poetas, músicos, todos estaban en el exilio. Hubo un gran vacío intelectual y esto con los años generó una sociología del franquismo, una base conservadora, la masa franquista. Aunque se habla de la gente que trabajaba en la clandestinidad para conseguir la libertad, ésta no era ni un diez por ciento. Después de cuarenta años, el noventa por ciento estaba con Franco. Salía a la Plaza de Oriente y se juntaban un millón de personas, es verdad que los traían con autocares, pero venían.
El veinte de noviembre de 1975 se muere Franco y hemos creído en una ficción, de que con él se murieron todos los españoles que sustentaban el régimen. Esto es mentira, esta gente estaba ahí. Con la democracia hubo un período de alegría que se manifestó en lo lúdico con movimientos como la Movida madrileña, hubo aires de libertad; nadie se atrevía a poner freno porque nadie sabía lo que iba a pasar. Pero esa sociología estaba ahí, y ahora que ya no está feo decir que uno es de derechas, salen. Pero es que la derecha española no es la misma que, por ejemplo, la alemana, con todo lo que tiene la señora Merkel. En Alemania se avergüenzan del nazismo, allí enseñan los campos de concentración como una vergüenza nacional para que no vuelva a ocurrir. En España, el monumento más grande es el Valle de los Caídos, que está dedicado al fascismo y lo disfrazan, dicen que es a los caídos de España, pero no, es a los caídos por una España mejor. Cada vez que hay que quitar una estatua hay que hacerlo por la noche, tienen que ir cuatrocientos guardias, la gente va a evitarlo y el PP protesta, porque son de Franco, y ésta es la puta realidad. Ellos dicen que Franco es un personaje histórico. ¿Y Hitler? Hitler es un personaje mucho más importante en la historia, llenemos la ciudad de estatuas de Hitler. Yo, por decir estas cosas, me convierto en un radical de extrema izquierda, ya ves tú qué gilipollez.
Y la izquierda, ¿dónde está?
No está. La izquierda no tiene cabida. Se la ha silenciado. Existe una lacra del sistema democrático que es que los partidos necesitan mucho dinero para funcionar, que se lo dan los bancos. Si Bankia quiere, mañana el PSOE desaparece. Los partidos políticos tienen contraídas deudas de miles de millones que no les cobran, pero a cambio les tienen cogidos por los huevos. Si los bancos quieren, desaparecen. Entonces tienen que estar callados, no les queda otra. De ahí ese silencio. ¿Por qué un diario como El País con el tema Bankia calla? También tiene una deuda con Bankia. Por la propia organización estructural de la política todos dependen del mismo ser, que son los bancos; son los amos de todo, también de la voz de los partidos, que por desgracia tienen que estar callados.
¿Hasta dónde llegaremos si la situación no cambia?
He aquí el problema. Antes esto estaba muy claro, en los setenta las cosas podían cambiar si los ciudadanos se lo proponían, esto se ha perdido. La gente ha perdido la conciencia de su capacidad de cambiar las cosas. Últimamente, fui muy censurado porque dije que no hay que salir a la calle, hay que tomar la calle, porque va a tener una consecuencia real, el Gobierno se tiene que pensar que quieren los ciudadanos, no pueden estar pegándole hostias a la gente todo el rato y hacer lo que les dé la gana. La gente ha votado una idea. Rajoy se presentó con la idea de sacar a la gente de la crisis. Decían que tenían el sistema y la gente capaz de hacerlo y luego había tres líneas rojas que nunca iban a traspasar: sanidad, educación y las pensiones. Todo eso es mentira. No tienen ningún proyecto, no tienen la gente que lo haga y en ningún caso quieren hacerlo. Esta gente ha llegado al poder para, aprovechando la crisis, cambiar el sistema en el que vivimos. Estos señores han llegado para acabar con la sanidad pública, la educación pública y el sistema que llamamos Estado de Bienestar.
Lo primero que hacen es una reforma laboral profunda que nos convierte en esclavos para siempre y que no tiene nada que ver con los recortes ni con la crisis. Para evitar situaciones de abuso se crearon unas leyes para que no se tuviese que negociar con el empresario y que se consideran lógicas. Esto, que se tiene que hacer por ley, se va a hacer puñetas de la noche a la mañana, y no tiene nada que ver con la deuda. Los franceses ya han dicho que España es un peligro para la economía europea porque debido a las malas condiciones laborales puede ser un foco donde vengan a recalar todas las empresas de Europa, porque la mano de obra es barata y los derechos son nulos. Esto no tiene nada que ver con la crisis, esto es un cambio de sistema, igual que la privatización de la educación y de la sanidad, que no es un modo de ahorro sino un sistema de gestión. También lo querían hacer en la época de bonanza económica de Aznar. No es un plan para salir de la crisis.
Para terminar, ¿no crees que igual lo que os une a Jiménez Losantos y a ti es más que lo que os separa?
No, porque resulta que yo no le debo nada a Hacienda. La noticia de que yo le debía 900.000 euros por suerte es falsa, yo a Hacienda le debo cero pesetas. Bueno, euros, que yo sigo hablando en pasado. Es una noticia que sale ahora, y vete tú y di que es falsa. ¿Dónde? Me ponen junto a Jiménez Losantos para que no parezca que es una persecución, para evitar eso me ponen astutamente una foto suya al lado pero luego resulta que de él no hablan. Yo no sé qué debe él, pero yo debo cero pesetas. En todo caso, fue una cosa de hace dos años y la cantidad no tiene nada que ver. Pero yo creo que las cuentas estaban mal hechas. Yo pagué, pero ahora tengo un recurso puesto porque creo que me cobraron de más; a día de hoy Hacienda no me reclama nada. Esa noticia no es tal. Me lo hacen para joderme, para que me calle y algún día me callaré, porque yo también me canso. Nadie dice nada, yo algún día tampoco.
Entrevista feita por Rosalía Macías e Xoana Pardo.