Bron/Broen, el norte pisa fuerte

bron-broen the-bridge El puente de Öresund une Suecia y Dinamarca. Miles de personas lo cruzan constantemente en ambas direcciones. Una noche las luces se apagan durante 45 segundos. Cuando se encienden, se ve un cadáver. Justo en la frontera: la cabeza en Dinamarca y los pies en Suecia.

No me hizo falta más para comenzar a ver “Bron/Broen”, coproducción de la cadena sueca “Sveriges Television” y la danesa “Danmarks Radio”, creada por Hans Rosenfeldt. Los escandinavos llevan una temporada demostrando que el misterio y trama policial con trasfondo o crítica social es su terreno: desde la trilogía “Millenium” de Stieg Larsson o las obras de Henning Mankell a series como “Forbrydelsen” (conocida por su remake estadounidense, “The Killing”). “Bron/Broen” sigue por este camino, pero tiene detalles que marcan la diferencia. De momento se ha emitido la primera temporada, y se espera la segunda para otoño de 2013. La cadena estadounidense FX está trabajando en un remake situado en la frontera entre Estados Unidos y México.

Un cadáver en la frontera. Representantes de la policía sueca y danesa aparecen en la escena del crimen para determinar quién va a llevar el caso, pero se encuentran con que van a tener que trabajar en equipo. Y no les hace mucha gracia. Saga es la detective encargada del caso por parte de Suecia. Inteligente, directa, práctica y muy eficiente, en este sentido recuerda mucho a Carrie Mathison en “Homeland”. Se preocupa por hacer bien su trabajo siguiendo las normas. No tiene tacto o empatía, es incapaz de comprender indirectas o sarcasmo y en general carece de inteligencia emocional. Por parte de Dinamarca, Martin es el detective a cargo. Un hombre tranquilo, familiar, simpático. Se preocupa por su trabajo, pero antepone la parte humana a seguir las normas de forma estricta. Lo opuesto a Saga. Forman un equipo curioso que va a tardar en encajar, pero efectivo. La relación entre los detectives es uno de los puntos más interesantes de la serie, por lo diferentes que son. A través de ellos se reflejan las diferencias culturales entre Suecia y Dinamarca, quizá el aspecto de la serie que menos claro queda visto desde fuera. El idioma es un elemento importante: los personajes hablan sueco y danés indistintamente, y el uso de uno u otro llega a ser clave en algunos puntos de la investigación.

Saga y Martin van a comprobar que el caso que tienen que investigar no va a ser nada convencional. El cadáver del puente es la primera de una serie de acciones. Se encuentran con un criminal muy meticuloso, que no deja nada a la improvisación. Tiene cosas que decir y cree que la serie de acciones que planea son la mejor forma de que se le preste atención: va a hacer mucho ruido.  La forma de actuar, la estructura de sus acciones y su finalidad recuerdan a las de John Doe en “Seven”, la película de David Fincher.

La trama principal es una investigación policial corriente y el perfil del asesino es común en este tipo deOla Kjelbye ficción, pero hay varios elementos que se salen del marco. La serie no consiste en la persecución de un criminal a lo largo de diez capítulos, ni de resolver el asesinato que abre la temporada. Saga y Martin dialogan con el criminal a través de pistas, vídeos y llamadas, y la investigación avanza a través de este contacto. No hay un nuevo sospechoso por capítulo  ni búsqueda de pistas para resolver un único caso. La investigación avanza porque el crimen avanza. El tipo de estructura de la serie le da una atmósfera tensa y opresiva que se acompaña con el diseño visual. Da la impresión de que todo en la serie es gris: el paisaje urbano, la comisaría o el tiempo, siempre nublado.

En la serie también se encuentra una crítica a diferentes aspectos políticos y sociales, y se muestran las historias personales de Martin y Saga. Los diferentes elementos se muestran a través de la trama central, la investigación, por lo que todo parece conectado y se mantiene el interés. Además, la forma en la que se presentan nuevos personajes e historias es particular: de repente aparece una trama que parece no tener relación con el resto de la serie. Hasta uno o dos capítulos más adelante no se muestra su relación con el caso, pero llama la atención y obliga a estar pendiente de qué va a pasar. Todos los elementos están bien hilados, y la forma en la que están combinados engancha.  Hay algunos flecos sueltos y algunos capítulos pueden hacerse lentos, pero no es lo común, es una serie que sabe mantener la atención y la tensión. El final de la temporada son dos horas de nervios, de querer dejar de mirar pero no poder.