Oltra, por favor, sienta a Valerón
Tras 13 jornadas y con un pobre balance de solo 11 puntos a favor, es evidente que el Deportivo necesita ganar y tiene que hacerlo ya. A pesar de los problemas en la línea defensiva y en la delantera, en parte por las lesiones de jugadores importantes como Marchena, Oliveira y Zé Castro, el problema es otro y creo que tiene fácil solución, ha llegado el momento de que Valerón comience los partidos desde el banquillo.
Quizás para el aficionado medio esto pueda parecer un disparate o un ataque de “lotinismo”. Volver dos años atrás en el tiempo, al pelotazo y a los autobuses con marcador a favor. No señores, los tiros no van por ahí. Uno de los principales problemas del Deportivo es que concede muchos goles, en gran parte por la evidente fragilidad defensiva, pero creo que se ha obviado un detalle muy importante, que muchos de ellos proceden de jugadas rápidas causadas por un mal repliegue o una mala presión en mediocampo. ¿Qué tiene que ver el mago de Arguineguín en todo esto? Muy sencillo: sus limitaciones físicas impiden que realice una buena presión a los jugadores rivales, tanto a los centrales como al medio más atrasado del equipo rival, generando gran cantidad de espacios en el mediocampo del equipo blanquiazul, obligando a retrasar la línea de medio. Esto también obliga a retrasar la defensa, haciendo vulnerable al equipo ante transiciones rápidas y contragolpes.
Tampoco se puede obviar que el propio jugador sabe que no tiene gasolina para jugar noventa minutos una vez por semana; en muchas fases del partido se ve cómo intenta dosificar los esfuerzos, en movimientos con balón y sin balón. Incluso hay jugadas en las que pierde balones fáciles o realiza pases malos por falta de frescura. El mal partido de este fin de semana en un claro ejemplo de que necesita un descanso. ¿Por qué no aprovechar mejor sus características en tramos finales de partido buscando su calidad y sus magníficos últimos pases?
La mejor solución para el equipo coruñés pasa por colocar un trivote en el medio campo. Y no, no me ha poseído el espíritu de Irureta o del ínclito Lotina. No pretendo que un Jokanovic, un Antonio Tomás o un Juan Rodríguez formen parte del equipo titular, no pretendo que el Deportivo juegue como hace dos años cuando el único objetivo del conjunto era generar bostezos en la afición. El trivote del que hablo no sería ni mucho menos defensivo, estaría formado por Aguilar-Bergantiños-Juan Domínguez, dispuesto con los dos primeros en paralelo dejando un poco más adelantado al de Pontedeume.
Los beneficios de este sistema son más que evidentes. Estos tres jugadores tienen características positivas muy diferentes que se complementan perfectamente. Aguilar aporta un gran poderío físico, buena colocación, juego por alto y mucha llegada desde segunda línea. Bergantiños es un pulmón del medio campo, ofrece mucho sacrificio y garra, buena colocación y permite liberar de trabajo defensivo a sus acompañantes en el mediocampo. Domínguez es sin duda el jugador con mayor calidad del trío, goza de un buen manejo del balón, una gran capacidad de juego en corto y un buen último pase.
Colocar a los tres juntos permite un mejor repliegue del equipo, una mejor ocupación de espacios en el medio campo y permite que Aguilar pueda realizar una presión más efectiva sobre el rival, ya que sus dos acompañantes pueden guardar mejor la posición, como se pudo ver en el partido contra el Barcelona. Valerón no puede ocupar la posición de pivote en defensa: estando en primera, dejar una autopista en mediocampo a los equipos rivales es sin duda el camino más corto a tener que recoger el balón de las mallas en repetidas ocasiones. Otra de las ventajas de este sistema es que libera a Domínguez de trabajo defensivo, permitiéndole centrarse en ser el jugador que saque el balón jugado desde el medio campo, tanto para contactar con los interiores como para buscar al delantero.
Entiendo que de esta forma el Deportivo pierde a su jugador mejor dotado técnicamente, al único capaz de dar ese último pase que derribe a la defensa rival, a un profesional de los pies a la cabeza, al ídolo al que la grada adora. Pero hay que asumir la realidad: los años le empiezan a pesar como al resto de los mortales, y ha llegado el momento de concentrar sus dosis de magia en fases más cortas del partido, incluso darle partidos de descanso para que pueda dar lo mejor de sí mismo cuando salte al verde. Creo firmemente que aún queda mucho del gran jugador que fue, pero agotarlo físicamente es una mala opción tanto para el canario como para el resto del equipo. Sin olvidar que en la plantilla existen opciones validas para sustituirlo, sería una verdadera lástima descender por segunda vez en tres años por obcecarse en dar más minutos al 21 deportivista de los que puede aguantar.