Nadie dijo que fuera fácil ser una princesa
Esta es la historia de una princesa. No está encerrada en una torre, lo está en su cuerpo. Nadie puede rescatarla, sólo ella puede dejar de estar atrapada, si quiere. Aquí no hay brujas ni dragones, sólo calorías y espejos.
“Juro que llegaré a las últimas consecuencias para llegar a la perfección y si tengo que morir, lo aceptaré y moriré feliz, con arte, porque soy una princesa y nadie dijo que fuera fácil serlo.” Esta es la clase de cosas que podemos encontrar si entramos en uno de los muchos blogs denominados “Mis amigas Ana y Mía”.

“Hasta el día en el que llegue a la perfección no voy a amarme ni a valorarme, ni mucho menos a aceptarme como soy”, publicaba la dueña de uno de los múltiples blogs pro anorexia y/o bulimia.
Estas plataformas son hechas y seguidas por un gran número de chicas entre 14 y 17 años principalmente. La procedencia es muy variada, aunque la mayoría son de Latinoamérica.
De apariencia inocente, los blogs Ana (anorexia) y Mía (bulimia), son un punto de encuentro de chicas que sufren estas enfermedades. Acuden aquí para encontrar el apoyo que no tienen de sus familiares o amigos, pues según cuentan ellas mismas, no pueden confiar en nadie, se sienten solas y necesitan a alguien que pasen por lo mismo para que así las entiendan. Según su perspectiva, el resto de personas son sus enemigos porque no las entienden.
Lo preocupante es que saben perfectamente que sufren dichos desórdenes alimenticios y no quieren ponerle remedio. Saben que están enfermas pero no quieren salir de la enfermedad porque consideran que es “el camino a la perfección”, según dicen constantemente las chicas que sufren estos trastornos.
También piensan que el día que sean completamente delgadas, aunque nunca se ven lo suficiente, y si lo hacen ya no podrán hacer nada para salir de la enfermedad por ellas mismas, todos las aceptarán y las querrán. Siguen los “consejos” de Ana y Mía porque así serán felices, pues tal como repiten las chicas a través de comentarios y posts, “ser delgada es ser perfecta”.
Buscan sentirse mejor con ellas mismas pero lo que consiguen es exactamente lo contrario. Persiguen una meta que jamás llegará, porque nunca estarán contentas con su cuerpo. Lo que empieza con complejos por no sentirse completamente aceptadas en su entorno, da paso a la obsesión así como al sentimiento destructivo y, en los casos más extremos, a la muerte si no se detiene a tiempo. “Ya no quiero ser bonita, sólo quiero pesar menos y menos”, así rezaba un comentario de uno de los blogs pro-ana/mia.
“La comida es como un arte, está sólo para mirarla”, “te darás cuenta que lo que hoy parece un sacrificio, va a terminar siendo el mayor logro de tu vida”, “si ese chocolate te venció, tal vez debería salir por donde entró”. Frases como estas son publicadas constantemente por niñas y no tan niñas que no se dan cuenta –o sí– de la influencia que pueden ejercer. Una niña que aún no es consciente de los límites y peligros puede caer fácilmente en esta enfermedad.
Es cierto que algunas páginas avisan que la anorexia no es un juego de niños y advierten de los peligros de dicho trastorno alimenticio. No obstante, la mayoría ofrecen la imagen de que es una forma de vida maravillosa, enseñan a niñas muy pequeñas a engañar a los padres y a vomitar sin que nadie se entere, con el lema “nunca estarás demasiado delgada”.
Una usuaria frecuente de estos blogs los define así: “Esto es como una asociación de chicas que tenemos una enfermedad mental, y que no logramos sentirnos conformes con nuestro peso, sin importar lo que la gente diga”. Y añade: “Sin darme cuenta caí en esto y fomentarlo es lo más horrible que podría hacer”. Definitivamente, la anorexia no es un estilo de vida.