Los Enemigos, la revuelta ferpecta

© Mili Sánchez y Oscar Carriquí

No sé que recordará la gente  dentro de tres lustros del año 2012. No sé si se acordarán de la segunda victoria de Obama en USA, o si aún sentiremos en nuestras carnes la terrible crisis en la que se ve inmerso el país. Algunos recordarán que fue un año bisiesto, otros que Usain Bolt siguió volando como si viniera de otro planeta en los 100m lisos durante la olimpiada que acogió la capital de Inglaterra. Yo no sé que recordaré dentro de tres lustros, ni sé donde estaré, pero puedo asegurar que no olvidaré el año de la Revuelta enemiga.

Era septiembre de 2011 (no podía ser otro mes) y el comienzo del curso escolar traía buenas nuevas. Los Enemigos confirmaban su regreso. Josele, Manolo, Chema y Fino (los Enemigos mas reconocidos) posaban felices en una foto y anunciaban gira. Las cosas las dejaban claras: Ni CD, ni texto largo, ni romanticismo en exceso; tocarían sólo en festivales y después el tiempo diría. El tiempo debió sentar bien y ahora anuncian ya su primer concierto en una sala. Será en la Capitol (Santiago de Compostela). Apenas quedan 100 entradas a un mes del bolo.

Los Enemigos son un símbolo del rock español. No caben medias tintas con su forma de hacer música: O te enamoras de sus canciones y las haces formar parte de tu vida o las despreciarás con cierta extrañez al no ser capaz de entender el sentimiento efervescente que producen en sus seguidores. No son un grupo fácil, no tienen por qué serlo. Eso no es malo ni un error, el error sería no darles, al menos, una oportunidad.

Lo cierto es que los madrileños forman parte indispensable de la historia de la música en España. De ser un profano al grupo, posiblemente los haya oído sin darse cuenta en algún pub, en alguna fiesta, en el reproductor de un amigo, en la radio, en una serie de TV… Han estado ahí desde finales de los 80 y decidieron dejar los escenarios en la cima de su carrera (principios del nuevo milenio). Posiblemente hayan invadido su vida, y usted, sin darse cuenta.

Josele Santiago se ha perfilado como uno de las grandes letristas del territorio estatal. El tándem formado junto con Fino derivó en crear algunos de los himnos que canturrearía toda una generación de chavales, secundados por Chema a la batería y Manolo Benitez con su precisa guitarra.

Nacidos en el año 1985, como trío, Josele (voz/guitarra), Artemio (batería) y Roberto Arbolea (bajo) en el barrio de Malasaña (Madrid). Ganan el ”IX Trofeo Rock Villa de Madrid” dándoles la posibilidad de grabar un maxi de 12”  en los estudios Duplimatic de la capital. En su interior quedarían registradas “Dono mi cuerpo”, “Florinda” y “Velardestrit bugui” y que posteriormente serían incluídas en su primer trabajo, “Ferpectamente”.

Roberto Arbolea abandona la banda y es sustituído por Michi González para la grabación del primer álbum de la banda, un disco de culto hoy por hoy.

Ferpectamente, marca el inicio de la era enemiga, marca un verdadero comienzo. Es un disco veloz, cargado de blues, guitarreos incontestables y unas letras, en ocasiones, lisérgicas. Tan importante es el humor y el delirio en este disco que muchos acercaron al grupo a otras bandas de la época como Siniestro Total. En su interior hay lugar para todo: canciones instrumentales como “El ataque de los hombres Bruster”, versiones castellanizadas como “EL tren de la costa” (Train Kept a rollin’) y canciones que con los años se convertirían en clásicos del grupo como “Florinda”, “Complejo”. No se pueden menospreciar otras coplas como “Tengo una casa” puro blues acústico bajo la reconocible voz de Josele o la delirante “Dono mi cuerpo”. El símbolo del porrón, convertido con los años en símbolo Enemigo adornaría la portada.

Fino Oyonarte ©Charlie Peartree

El vinilo tiene buena acogida por la crítica y el ambiente madrileño y poco a poco se vuelven habituales de las salas de la capital. Cabe mencionar que Fino Oyonarte aparecía en escena para sustituir a Michi al bajo, puesto que ocuparía hasta el día de hoy, lo que lo convierte en el segundo miembro mas longevo de la formación, además de parte indispensable de la misma; ya sea por su aportes a la hora de componer como por formar parte de la imagen más reconocible de Los Enemigos de cara al público.

Apenas dos años después de su obra prima, graban “Un tio cabal”.  Para aquellos que querían encasillar a la banda como un grupo de rock gamberro y humorístico la sorpresa es mayúscula. El nuevo disco tendría unas letras mas interioristas y personales (aunque con ciertos toques de humor) y una producción y música bastante mas cuidada. “Soy un ser humano”, “Un tio cabal”, “Boqueron” o “No amanece en Bouzas” (extraño y onírico viaje por el barrio de Vigo) son algunas de las canciones que la portada del rinoceronte guarda. Atentos al blues “Que bien me lo paso” y a los hammond que Ánjel Muñoz, el Maestro Reverendo (finado hace apenas unos meses, DEP) metió en este trabajo.

Chema Animal tomaría el relevo en la batería tras la salida de Artemio y Manolo Benítez empezaría a ser habitual en las presentaciones en directo de la banda, quedando así conformada la formación más mítica del grupo y que posteriormente quedaría grabada en la retina de sus fans mas allegados.

En 1990 vería la luz lo que por norma general suele considerarse la obra maestra del grupo: La vida mata.  El disco muestra una evolución apabullante. Sus letras se tornan más oscuras y poéticas y se abordan temas como la perdida, la muerte o la soledad. Trece canciones que compondrían un vinilo único, que lograría impulsar y colocar al grupo en primera línea de combate. “Desde el jergón” y “Septiembre”, posiblemente las dos canciones más famosas del grupo se encuentran en este CD, catalogado como obra imprescindible del pop/rock español por diferentes medios especializados como “Rockdelux” o “Rolling Stone”.  La descripción del apocalipsis por Josele en “El gran calambre final” es, simplemente, soberbia:

“Vimos luz,
oímos truenos
y se abrió el cielo azul
y nos volvimos todos buenos.
Y se abrió el cielo azul
y nos volvimos todos buenos”

                                                               El gran calambre final, J. Santiago (1990)

Donde hay oscuridad, también hay luz. Aunque solo sean rayos. Apenas un año desde La vida mata, es grabada “La cuenta atrás”, donde queda patente la madurez del grupo y su inabarcable capacidad creativa. El álbum destaca por la gran cantidad de arreglos que contiene además del cuidado de sus canciones. Violines, violas y demás instrumentos de cuerda se entremezclan a lo largo de sus 12 canciones. En las letra hay lugar para el mas allá, la perdida, la amistad o la monotonía del trabajo. Destacan “La otra orilla”, “La cuenta atrás” (que da nombre al disco y del que se sacaría videoclip), “Brindis” o “Paracaídas”. Ojo a “Blues” y a su preciosa letra. Con este trabajo Los Enemigos llegaron a vender más de 20.000 copias, cifra envidiable.

De la vida se dice muchas cosas, entre ellas que suele estar llena de contradicciones y episodios que no entendemos o tardamos en hacerlo. El mejor momento del momento contrasta con un Josele cada vez mas cercado por la heroína, una ruptura con la discográfica que derivaría en el disco “Sursum Corda” (último con la discográfica GASA) y, para colmar el vaso, la muerte del manager de la banda Lalo Cortés.

Manolo Benítez ©Charlie Peartree

Sursum Corda  (1994) se perfila como un disco creado a base de descartes de otros trabajos o maquetas de la banda. Tampoco debe menospreciarse por este hecho ni infravalorarse injustamente. Contiene algunas joyas como “Zumo de kiwi”, “¡Como es!” o la rocanrolera “Amor de madre” donde se relata a modo de carta desde el manicomio una relación incestuosa mostrando esa ironía Enemiga tan propia del grupo. Ritmo blues en la bella  “Por qué no me vuelvo al pueblo”, recuperada posteriormente para el directo acústico “Obras escondidas”.

“Ahora ya nadie te volverá a tratar mal,
de eso me encargo yo, mamá, ya lo verás,
conserva, mamá, el retrato de papá,
así desde la mesilla nos verá jugar.
Yo sólo quiero volver a casa, mamá,
y que juguemos los dos solos de verdad.”

                                                                       Amor de madre, J. Santiago

El grupo firma con el sello RCA y sale en el mismo año 94 el disco mas experimental y, posiblemente, menos valorado de su carrera. Sucio y tétrico en ocasione, se encuentra actualmente descatalogado. “Tras el último no va nadie” Posee la que considero la portada mas bella de su discografía haciendo honor a su interior, donde también encontramos algunas de las canciones mas intimistas y personales de la banda como “La espera” o “Sueña (por mi)”, una perfecta canción acústica donde la voz de Josele se rompe a medida que avanzan los acordes. “La carta que no” dedicada a su finado manager es una muestra del potencial creativo que habían alcanzado como grupo. También encontramos “¿Por qué yo?”, de la que se haría un vistoso videoclip y que gozaría de gran acogida en américa latina.

 Suéñame
una vida desde allí.
Suéñame
el sueño que dejaste aquí.

¿Lo recuerdas? Yo sigo aquí
apurando tu sueño hasta el fin,
sueña por mi.

                                                                              Sueña por mi, J. Santiago 

La droga finalmente puede con Josele, y el grupo y allegados lo animan a que se someta a una terapia de desintoxicación lo que los llevará a un breve período de tiempo al cese de toda actividad musical. Fuera como fuese, la  cura parece funcionar y Los Enemigos vuelven al estudio a grabar un EP bajo el título “Hermana amnesia” que incluiría los temas “Por la sombra”, “Hermana amnesia” y cuatro versiones en lengua inglesa (de los Runaways, de TV Personalities, Buddy Holly  y ABBA). Merece la pena pararse a ver la presentación que dieron en “directo” del tema de los ABBA “Waterloo” para La2.

Los Enemigos enfilarán una época dorada a finales de los 90 que comenzará con la publicación del largo “Gas” (1996) y que podría definirse como un auténtico golpe en la mesa, una llamada de atención donde declaraban estar más vivos y engrasados que nunca.

Gas, es un CD complejo donde alcanzan una calidad y producción de sonido muy superiores a sus anteriores trabajos. Guitarras duras, riffs viscerales y letras para la historia. La grabación fue hecha en un caserío de Guipúzcoa donde el grupo vivió durante varias semanas para la realización de ensayos previos a la misma, así como finiquitar con la composición te los temas.

Es un disco asilvestrado, salvaje. Las guitarras propinan una distorsión mucho más elevada que en anteriores trabajos y los tempos son más veloces y machacantes. Quedan para el recuerdo “Alegría”, que durante mucho tiempo abrió sus conciertos; “Dentro”, donde queda patente la energía que desprendía el grupo por aquel entonces o “Sr. Correcto”. En una línea mas calmada se situarían canciones como “Estás cuando te vas”, “Canción ni siquiera negra” o “Real”, que bajo humilde opinión de un servidor la defino como una de las mejores letras que Josele nos dejó para los oídos. Especial mención a “Camarerito” y sus acordes blues a ritmo festivo. Un disco imprescindible a día de hoy, favorito de muchos. Es difícil no destacar alguna de sus canciones. Finaliza con “No estoy” de forma rauda y veloz, haciendo un refrito con frases del resto de las canciones que componen el disco.

“Ya sopla el viento
No puedo quedarme tan campante
Me gusta su aliento
Me voy con él a cualquier parte
¡Oh que impresionante!
Arrancar ahora y no arrancar antes
No hay mucho tiempo
Pero el que hay ya está todo por delante.”

                                                                                              Dentro, J. Santiago (1996)

La repercusión mediática de “Gas” sería importante. La prensa los coloca como un ícono del rock nacional y el número de asistentes a sus conciertos crece de forma significativa. No paran ni un segundo y se animan a grabar dos BSO. La primera para la película “Tengo una casa”, la segunda para el corto “Igual caen dos” de Alex Calvo Sotelo. Cabe decir que con el mencionado director volverían a trabajar años después poniendo música, junto a Raimundo Amador, a la película “Se buscan Full Montis” y que por su calidad y cantidad de canciones inéditas, suele considerarse parte de la discografía enemiga.

Por esta época también graban la mítica versión de “Señora” que sería incluida en el recopilatorio “Serra eres único”, imprescindible desde entonces en sus actuaciones.  Además, destacan sus contribuciones a los discos tributo “Una noche sin ti” en memoria del malogrado Pepe Risi para el que versionarían “Chueca” y en el “Agradecidos… Rosendo” donde ejecutarían una fenomenal “Entonces duerme” hoy convertida en clásico, alabada por el propio Rosendo.  También por estas fechas harían una escapada al otro lado del charco y visitarían Mexico y Los Ángeles.

Tocaría un nuevo cambio discográfico y Virgin se encargaría de editar lo que se convertiría en el último disco de estudio de los madrileños hasta la fecha, “Nada”.

Chema “Animal” ©Charlie Peartree

En “Nada” los enemigos alcanzan el summun compositivo yendo más allá de cualquier etiqueta o género. Es un álbum empapado en melancolía y emotividad, como un recordatorio al pasado. Aprovechando el sonido conseguido en “Gas” y dando un paso hacia delante, alcanzan una profundidad nunca vista antes en sus canciones. Posiblemente sea su disco más extremo, un disco donde caben guitarras acústicas, percusiones, distorsiones y contratiempos. Maravilloso.

“Nada” abre con la sobresaliente “Me sobra carnaval” que podría resultar una especie de resumen y apunte claro de lo que está por llegar en las siguientes canciones. Un juego de guitarras hoy convertido en clásico y una letra que ensalza a Josele como auténtico genio compositor declarando verdades y pensamientos que posee todo ser humano. Pletórico. “Na de na” es absoluta melancolía convertida en canción. Una copla al amor y las relaciones de pareja y a la incomprensión que irremediablemente despiden ambas partes.

T.T.L. (del latín Tibi terra levis) sería un corte instrumental de ritmo pesado y atmósfera densa. Contrasta directamente con An-tonio, una elegía al cantautor de Algeciras amigo de Josele y que denota la tristeza producida por el hueco dejado en el mundo tras él. Se sacaría como single y se realizaría un videoclip con la canción. “No se lo cuentes”, “¡Con Dios!” y la lenta “Claro que arde” completan uno de los mejores discos de los madrileños junto a la voraz “Razas de caín” o las entrañables “Héroe o basura” y “Animal”.

“Aunque los platos pagues
ya no hay quien te devuelva
lo que un día no supiste
y ahora sabes.

De nuevo carnavales
y tú ya ni te acuerdas
de que aquí se entra,
pero no se sale.”

                                               Me sobra carnaval, J. Santiago (1999)

Pese al álgido momento en el que vive el grupo, el comienzo del milenio no traería buenas nuevas. Achacando al cansancio personal y al desgaste de las relaciones, Fino, Chema, Josele y Manolo dan por terminada su época enemiga y anuncian una gira de despedida con la que se supone darán sus últimos conciertos juntos. Dicha experiencia queda recogida en el CD “Obras escocidas”, trabajo en directo de la banda y grabado en varios conciertos de la mencionada gira (parte del disco está grabando en la extinta Sala NASA de Compostela).

El grupo se desintegra en la cima y cada cual toma su camino. Fino se volcaría en su faceta como productor y su banda Clovis; Josele emprendería carrera en solitario en la que ya ha grabado cuatro discos, obteniendo premios y alagos por la crítica; Chema continuó tocando y formo parte de los Fitipaldis de Fito durante un tiempo, luego comenzó carrera como actor de teatro; Manolo retomaría su grupo Freedom y años después entraría como guitarrista en Porretas tras la baja forzada de Rober, además de promover proyectos medioambientales.

© Mili Sánchez y Oscar Carriqui

Se debe mencionar que antes de esta revuelta, en 2006, Los Enemigos hicieron una gira conmemorativa por el 20 aniversario de su primer álbum “Ferpectamente”. Bien es cierto que para la ocasión el repertorio solo se basó en canciones del propio disco o versiones que hacían por entonces, además de que sólo se reunieron Fino, Josele y Artemio (primer batería de la banda).

Ahora es 2012 y la profecía se cumplió. Los Enemigos volvieron a la carretera. Cumplieron su anuncio y les vimos las caras de nuevo. Algunos por primera vez y es que cuando se deshicieron apenas éramos unos críos. El tiempo les ha dado la razón y sus canciones siguen vigentes, siguen vivas en su público y sin duda, en los que los que conocieron posteriormente a su desaparición.

Los Enemigos han demostrado tener un repertorio imperecedero, capaz de captar nuevas caras para sus conciertos y de poder hacer hervir nuestra sangre como antaño. Un potente aluvión de sentimientos a flor de piel que esgrimen en sus actuaciones. Ahora llegan a la capital gallega, a Compostela, como lo hicieron hace años en su gira de despedida. Anuncian que darán algunos conciertos en salas y Josele declaraba en televisión hace unas semanas que no descarta la posibilidad de grabar un nuevo disco de estudio. La cosa parece que arraiga, parece que son fuertes sus raíces. La revuelta ha sembrado su semilla, ahora solo queda esperar a recoger los frutos.

Josele Santiago ©Charlie Peartree

 

Texto: Charlie Peartree