Esa chica rubia de ahí al lado…

Halcyon (Ellie Goulding)

(Polydor / Octubre 2012)

 


Si es que son como una plaga. El principal problema es que salen de hasta debajo de las piedras. Puedes armarte con una palanqueta y levantar una baldosa cualquiera de la Rúa del Franco, en nuestra querida Compostela, y probablemente aparezcan bajo ella escondidas tres o cuatro cantautoras rubias de bote, pelirrojas o con pelo rapado por un lateral y vestimentas indie-teen, esperando su oportunidad de llevarse un pellizco de billetes a cambio de cuatro temas descafeinados y con mucho azúcar refinado. Ahora todo el mundo quiere ser la nueva Russian Red, la nueva Adele, o la nueva Amy Winehouse (pero sin meterse cocaína, esperemos por su propio bien), independientemente de si realmente tienen un mínimo de calidad (algunas) o de si no le llegan a ninguna de las citadas a la suela de los zapatos (otras muchas).

El presentimiento se torna aún peor cuando el nombre de la nueva artista de turno nos recuerda antes el hecho de que sea pareja del, a mis ojos, roñoso (que no se nos ofenda ningún fan, por favor) de Skrillex. Uno no puede más que ponerse a escuchar el álbum quizás un poco descreído y con bastante mala leche ante el asunto en general, presintiendo una tomadura de pelo de las clásicas.

Las voces iniciales de Dont say a Word (las similitudes con el tema homónimo de Sonata Arctica acaban en el título) no aportan nada esperanzador, más allá de lo visto innumerables veces en otras féminas en su misma situación. Uno ya está por darle el cate al álbum y ponerse a otra cosa más útil, que estamos en crisis y hay que levantar el país en vez de andar perdiendo el tiempo con milongas, pero My Blood consigue arrancar una verdadera sensación de sorpresa, con unas subidas realmente encantadoras en el pre-estribillo. El tema es bueno. Pero bueno de cojones. Aunque Ellie le copie un par de notas a Adele de cuando en vez (hacemos como que no nos damos cuenta), parece que aquí hay algo más que el postín y el pop inglés contemporáneo que hoy en día nos cuelan hasta en la sopa. Anything Could Happen nos confirma que la zagala tiene una voz atractiva, ligeramente rasgada, y con capacidad de cantar en registros tanto graves como agudos, acompañando unas melodías que son como el zumo de arándanos del Lidl, que mejor entra cuanto más bebes.

Según avanza el álbum los temas parecen perder gancho, poco a poco, pero ganan en una faceta experimental que refleja un deseo por Ellie de alejarse un poco de la escena en la que la han encuadrado desde su debut de 2010, con pasajes electrónicos puramente atmosféricos, arrancando pinceladas a lo Florence + The Machine. Además es, cuanto menos, bastante inusual, que una jovencita de escasos 26 años nos deje ver su propio universo interior con la claridad con la que dilucidamos en I Know you Care, donde la historia, la letra, lo es todo.

Atlantis o Joy son puros temas de relleno pero la interesante versión de Hanging On y la nueva adaptación (acorde al single) de Lights, su primer y pegadizo éxito, ayudan a elevar el resultado final de lo que tenemos entre manos.

Puede que aquí seamos más reticentes ante todo lo “mejor-del-mundo-mundial” que nos vende la prensa inglesa año tras año (¿Os acordais de Glasvegas o de Kaiser Chiefs? Sabéis a lo que me refiero), pero aquí estamos ante un más que interesante proyecto. Ellie Goulding está bastante verde, pero es joven y, si continua su notable evolución y se deja en las manos de productores adecuados (pongamos como ejemplo al susodicho Skrillex, quien no le vendría nada bien a su estilo), probablemente se haga con un merecido hueco entre las cantautoras rubias oxigenadas de su generación.

Puntuación: [67/100]