Cosmic Dragon, dudas heroicas
¡La Tierra está en peligro! Nuestro planeta está siendo atacado por un monstruo de fuerza sobrehumana llamado Demoniak. Solo Boken, en su infinita bondad, podría derrotarlo. Para ello, deberá emplear los conocimientos adquiridos de su maestro: la Técnica de la Energía Mundial, gracias a la cual recibiría toda la fuerza de los humanos para crear una gran bola de energía y así derrotar al mal.
¿Os suena la historia? ¡Pues claro! Estoy hablando de Cosmic Dragon, el nuevo cómic de Carlos Vermut, que acaba de salir al mercado. ¿Que os suena de algo más? Sí, quizás la historia tenga un ligero aire con algún capítulo del mítico manga de Akira Toriyama, Dragon Ball. No es para menos, ya que Cosmic Dragon es, como su propio autor ha dicho, un homenaje a Bola de Dragón.
Todo evoca a la famosa saga de Toriyama: la estética del protagonista de Cosmic Dragon recuerda a la de Son Goku, con una vestimenta y un peinado muy similares; la Técnica de la Energía Mundial es la conocida en Dragon Ball como “Genkidama”, gracias a la cual Goku recibió la energía de los habitantes de la tierra con la mediación de Kaio Sama, que con sus poderes telepáticos se comunicaba con los terrícolas, representado ahora por Pichukli (que, si se me permite, diré que con ese nombre y aspecto y empleando la técnica del rayo congelador me recuerda inevitablemente a Pikachu), para realizar una gran bola de energía y derrotar al monstruo Bu; hasta el nombre del protagonista, Boken, recuerda al del segundo vástago de Goku, Goten, y el aspecto del malo de Cosmic Dragon, Demoniak, guarda alguna semejanza con Freezer.
Pero ojo, no nos encontramos ante una nueva parodia de Bola de Dragón a lo Dragon Fall. La gracia está en los derroteros que toma la historia a partir de esta premisa, con un argumento del que es difícil hablar sin destriparlo (cosa que no pienso hacer, porque en la sorpresa está la carcajada). La gracia de Cosmic Dragon está en la reflexión que plantea y en el contexto en el que la plantea. Es una reflexión tan absurda como maravillosa, algo sobre lo que todos hemos meditado más de una vez en nuestra vida, normalmente en compañía de nuestros amigos, y que ya era hora de que alguien la planteara en el mundo de los superhéroes.
El nuevo trabajo de Carlos Vermut, autor también de El banyán rojo (Dibbuks, 2006), Psicosoda (Dibbuks, 2007) y Plutón BRB Nero. La venganza de Mari Pili (Astiberri, 2009), para el que parte del universo creado en la serie de televisión de Álex de la Iglesia, está editado por ¡Caramba! Se trata de una editorial que, entre otras muchas cosas, ha sacado al mercado un cómic, ¡Caramba! #2, que recopila a 47 autores, incluyendo a Vermut, en una edición de cinco metros de largo. Se acabó ese anacronismo de las páginas. Ahora quiero que me digan la extensión de mi cómic en metros, que me lo llevo enrollado (una iniciativa cuanto menos original y una muy buena propuesta para hacer frente al formato electrónico).
Cosmic Dragon está realizado con dibujo muy ingenuo, por decirlo de alguna manera, que me recuerda en algunos aspectos al de Johnny Ryan en Pudridero y que contrasta con la temática real del cómic, que no es el combate entre un superhéroe y un villano, si no la clásica duda de qué estarías dispuesto a hacer por el bien común. El contrapunto en toda esta historia lo pondrá el personaje encorbatado, con una estética muy similar a la de Michael Douglas en Un día de furia.
Carlos Vermut, que también se dedica al audiovisual (fue el ganador de la VII edición de NotodoFilmFest y se estrenó recientemente en el largometraje con su genial Diamond Flash), nos sorprende ahora con un trabajo muy breve que no dejará indiferente a nadie, para bien o para mal.
El cómic arranca donde termina el siguiente vídeo que, dicho sea de paso, es una parodia y un homenaje (ya que en toda buena parodia hay algo de homenaje) a aquellos interminables combates de Dragon Ball, con peleas que duraban capítulos. El vídeo refleja perfectamente el timing de aquellos eternos enfrentamientos, con esos efectos de sonido, una banda sonora y una voz en off tan característicos de la adaptación del manga a la pequeña pantalla.
Lo único malo de leer Cosmic Dragon es que ya nunca podrás volver a hacerlo por primera vez.