Chapapote fresh
El 19 de noviembre de 2002 un monstruo lleno de fuel con destino a Gibraltar decidió desangrarse frente a Costa da Morte. Se llamaba “Prestige”.
La noticia golpeó todas y cada una de las conversaciones de la población. En los bares, gasolineras, autobuses y demás espacios públicos se hablaba del desastre. Todo el mundo opinaba, todos sabían cómo se podía haber evitado que 77.000 toneladas de fuel se vertieran en nuestras costas. Galicia entera se cubrió de banderas con el logo de “Nunca Máis”.
La marea negra, comprendió una extensión que iba desde el norte de Portugal hasta las Landas de Francia. Cubrió de negro todo lo que se interpuso en su camino, y dejó al menos unas 22.000 víctimas animales (aves, peces, delfines y tortugas entre otros) y tan solo una victima humana, Manfred Gnädinger, un alemán que llegó en 1962 a un pequeño pueblo da Costa da Morte, Camelle, donde se instaló y creo un rinconcito mágico al lado del puerto, creado con elementos que el mar y su entorno le regalaron. Dicen que murió de tristeza, por ver destrozada su obra, y por ello no se le practicó la autopsia, la cual probablemente habría revelado que Man, murió por inhalar durante más de un mes los gases tóxicos que emanaban del chapapote que cubrió su pequeño edén.
Ahora, 10 años después, el país entero recuerda la noticia porque comienzan los juicios contra los responsables de dicha catástrofe: el capitán del barco, Apostolos Mangouras y el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos. También se sienta en el banquillo el que era por aquel entonces director general de la marina mercante, José Luis López-Sors, acusado por una gravísima imprudencia en el rumbo del barco durante 6 días, que lo llevó a hundirse delante da Costa da Morte.
Pero ninguno más de los políticos responsables durante la catástrofe del Prestige van a ser juzgados y tampoco pedirán disculpas por las mentiras que nos contaron: unos para no perder votos, y otros, para ganarlos. Pero como voy a hablar de disculpas si vivimos en España, el país donde nunca ningún político se equivoca.
Mientras todo el país se empapa de las declaraciones de un hombre de 77 años, que va a ser condenado 10 años después de su delito, 10.000 toneladas de residuos orgánicos procedentes del desastre esperan a ser tratadas en las instalaciones de la empresa Sogarisa. Esta empresa terminó en 2009 los tratamientos de unas 80.000 toneladas de residuos (compuesto de fuel, agua, plásticos y arena). El fuel obtenido se utilizó como combustible, y el agua fue depurada y devuelta a la atmósfera en forma de vapor.
Actualmente el gobierno se lava las manos, y olvida esas 10.ooo toneladas recogidas gramo a gramo por los voluntarios.
Aproximadamente unos 300.000 voluntarios que se desplazaron en grupos hasta las costas gallegas, y sin más medios que sus manos y su esfuerzo recogieron durante jornadas de entre 5 y 6 horas el fuel que asfixiaba todo lo que recubría. Llegaron de muchos puntos de España, así como de algunos puntos del extranjero.Enfundados en un mono blanco y con una mascarilla que cubría gran parte de su cara crearon una marea que también se veía desde el cielo. Se les llamó “la marea blanca”.
Ellos fueron la cara más amable de todo el desastre. Gracias a todos esos voluntarios anónimos, que limpiaron nuestras playas y nuestro corazón. Gracias. Esto solo es un pequeño resumen de todo lo que ha sucedido en 10 años, pero con él espero poder haber desordenado vuestras conciencias, y espero también, que no tengan que cubrirnos con otra marea negra para volver a oír vuestras voces gritando NUNCA MÁIS.
NOTA: Leed esto escuchando “Chapapote Fresh”, de los Heredeiros da crus. Todo cobra más sentido.
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