El Real en catalá (II; ó Coplas a la suerte del empate)
El Real en catalá (II; ó Coplas a la suerte del empate)
1.
¿Ubi sunt las expulsiones,
los combates elegiacos,
las puñetas?
¿Ubi sunt los forcejones,
las patadas con los tacos,
las tarjetas?
Si hasta Busi se mantiene
lejos de su fiel papel
del rey drama,
¿y ése es Pepe? Esa higiene
no era parte del cartel
ni la trama.
2.
Faltan clásicas figuras;
de Higuaín, Modric y Villa
a Piqué,
al que, en ciertas aventuras,
le pega una estatuilla
cagané.
El Camp Nou está al completo;
no hay en la grada un espacio
para el pánico;
aplaude el fan por decreto
mostrándose tan reacio
a lo hispánico.
3.
Aparece ya Mourinho,
la diana del insulto
y la ofensa,
con su angosto desaliño,
con su verbo, que es el culto
de la prensa.
Van saliendo ya al terreno,
con ganas de dejar marca
y hasta Tito
deja de lucir sereno,
porque anhela, ante el toparca,
su prurito.
4.
Y comienzan el partido,
no hay lugar a la tristeza
de Cristiano;
nada importa el apellido,
ni la presente torpeza
de Mariano:
es en Álvarez Izquierdo
donde fijan sus miradas
los banquillos;
en la retina aquel cerdo
que salió de entre las gradas
de los pillos.
5.
Al minuto diecisiete
nos recuerda la afición
la paciencia
con la que han pagado el flete
de la casa del Borbón
y su herencia.
Mientras tanto, toque a toque,
triangulando Xavi, Pedro
junto a Iniesta,
el Barça juega al enroque,
pase al hueco, pase al redro,
vaya orquesta.
6.
Pero ocurre lo siguiente:
Benzema deja a Cristiano
con el tema,
que define fácilmente
por el palo más cercano
donde quema.
Y como es costumbre nueva
cada vez que al Barça anota,
pide calma,
y con ese gesto prueba
sus ganas de ser idiota,
con la palma.
7.
Luego al pronto, Pepe canta
y el balón se queda suelto
cuando llega
Messi, que ante Iker se planta
y se deja el gol resuelto
tal le pega.
Enllégadonse el descanso,
luce el rótulo un empate
más que justo,
y asomándose el remanso,
el juego es un escaparate
de buen gusto.
8.
La segundo parte muestra
la clara dominación
del blaugrana,
y ese Messi (¡obra maestra!)
recupera a la afición
con su diana.
El suave toque de zurda
pone el balón en las mallas
del merengue,
que de forma tan absurda
va cambiando las agallas
por el dengue.
9.
Y aún así, tiran de casta
y, tras gran pase de Özil,
a Cristiano
una carrera le basta
para echar otro misil
mano a mano.
La igualdad está patente;
el culé y el merengazo
sufren mucho.
¿Quién será ahora el siguiente,
y quién tendrá un batacazo,
debilucho?
10.
Y Ronaldo se lesiona:
es algo cerca del hombro
y molesta;
mientras tanto, el Barcelona,
no se lo cree, y del asombro
lo protesta.
Tiene la zona hecha añicos,
mas Cristiano mira al palco
donde Irina
se codea con los ricos,
con los reyes del desfalco
y la ruina.
11.
En los últimos momentos,
Pedro manda un balón
peligroso
y, agotados los alientos,
llega al fin la conclusión
de un vistoso
Clásico de juego repartido,
con un buen sabor de boca
para todos,
si bien crítico y sufrido,
acabando la bicoca
de incomodos.
12.
Al final, fue lo que suele:
el Cristiano y el Messías
al rescate,
y el jugón mortal: imbele
y entre estas dos tiranías
hay empate:
otra vez libran el credo,
otra vez salvan al meta
sus asuntos,
y, aunque todo el miedo es miedo,
sigue habiendo una carreta
de ocho puntos.